25 octubre, 2013

EDUARDO LIZALDE: "EL POETA NUNCA SE SIENTE SATISFECHO CON SU OBRA"


EDUARDO LIZALDE | POETA MEXICANO

México 24 OCT 2013 - 20:28 CET           

 

Eduardo Lizalde, en su despacho de la Biblioteca de México. / SAÚL RUIZ
"Yo ya empiezo a ser el más viejo de los poetas vivos en México, ha desaparecido casi toda mi generación". Desde su despacho de director de Biblioteca de México, el poeta Eduardo Lizalde (Ciudad de México, 1929) desgrana una vida dedicada a la literatura que aún cultiva cada día. "Escribo todo el tiempo", dice. Suma casi 80 años de voraz lector, siete décadas de escritor y miles de papeles emborronados con sus palabras. El poeta que alcanzó el reconocimiento internacional con la publicación de El tigre en la casa (1970) enumera los numerosos premios recibidos con la misma facilidad con la que habla de sus fracasos, de aquellos primeros libros de juventud "frustrados" o del poeticismo, la fallida corriente literaria de la que fue cofundador en los años 50. Apodado El Tigre por su fascinación por este animal, que aparece en varias de sus obras, el poeta viajará a España el mes de mayo del próximo año para recoger el Premio Internacional Ciudad de Granada Federico García Lorca, que se la ha concedido este mes. Un galardón a la obra de toda una vida que aún se agranda cada día.

Pregunta.- ¿Recuerda el primer verso que escribió?
Respuesta.- No, por supuesto. Eran muy malos los primeros versos que escribí. Publiqué los primeros a los 18 años pero empecé a escribir versos a los 12. Cuando uno empieza y lee a Lorca, a López Velarde, a los poetas que nos han influido desde las adolescencia, lo primero que quisiera hacer es escribir poemas como ellos. Pero el proceso poético no es tan rápido, requiere cultura y tiempo. El poeta no sabe nunca cuando va a ser capaz de publicar un verso original o digno de aparecer en las páginas en blanco.

P.- Ha dicho alguna vez la poesía no sirve para nada. ¿Cómo puede un poeta decir eso?
R.- La poesía no es un instrumento utilitario como sí lo son otras actividades como la economía. La poesía es la literatura menos favorecida por las grandes masas de lectores. Es mucho más abstracta y más difícil para el público en general que la narrativa, aunque debo decir que el lector común que lee la novela de Kafka, Tolstói o Dostoievski no quiere decir que entienda el valor estético de la prosa. La literatura es una especialidad que, como la medicina o las matemáticas, requiere formación. La posibilidad de publicar un libro que no se parezca a los libros anteriores es muy remota. Cervantes murió sin saber que iba a ser el príncipe de las letras, él pensaba que era un autor divertido y culto, pero jamás pensó que iba a ser el centro de toda la literatura Renacentista. Lo mismo le pasó a Shakespeare, él tuvo un genio impresionante pero jamás supo que iba a ser el poeta y el dramaturgo más célebre de la historia. La poesía es un arte que es una especie de bomba de tiempo, porque cuando es una poesía importante hace efectos posteriormente. Los grandes poetas de la historia tardíamente empiezan a ser publicados en grandes tirajes.

P.- ¿A usted también le ha tardado en llegar el reconocimiento?
R.- Yo tardé mucho en publicar libros importantes. Tenía más de 30 años cuando se publicó, en 1966, mi primer libro importante: Cada cosa es Babel, pero el libro que me dio mayor celebridad es El tigre en la casa.

P.- ¿Sabía cuando lo escribía que ese sería su libro más celebrado?
R.- No, pensé que no lo iba a leer nadie. El anterior era un libro mucho más complicado, de una poesía filosófica metafísica crítica y este era un libro sobre los infortunios amorosos. Es un libro oscuro que sin embargo fue celebérrimo desde que se publicó, cuando cumplía yo 40 años. En fin, nunca sabe cómo va a ser el destino.

P.- ¿Qué significan los premios?
R.- Los premios significan mucho para los escritores porque ayudan a la difusión de una obra que es poco leída en general. La poesía nunca alcanza en vida del poeta tirajes tan grandes como pueden tener algunas obras de Carlos Fuentes, a excepción de estas grandes celebridades que desde la juventud alcanzan el estrellato absoluto. Los casos de Neruda o Lorca mismo, que era el primero entre iguales. Eran de igual calidad que él los poetas que lo acompañaban como Gerardo Diego, Alberti o Cernuda, pero ninguno alcanzó la inmediata celebridad que él con su temperamento, su ángel natural y genio. Poetas tan importantes como Cesar Vallejo, el más grande poeta peruano del siglo XX, son poetas que a la larga alcanzan una celebridad enorme. Charles Baudelaire, que es el fundador de la poesía moderna y de toda la posterior, nunca fue aceptado en la Academia Francesa, murió muy joven después de una obra enorme y fue una celebridad para muy pocos lectores, sin embargo ahora sus obras se venden por millones. Es misterioso el proceso de la poesía.

P.- El jurado del premio García Lorca se ha referido a usted como "poeta excéntrico", ¿se siente cómodo con ese adjetivo?
R.- Todos los poetas que escriben una obra son excéntricos, en el sentido de que no se ajustan a las formas o las pautas en boga en su momento, de otra manera pasan como imitadores. La poesía mexicana estuvo muy desconocida durante muchas décadas, en la última etapa esto ha cambiado y hay una enorme cantidad de antologías que sí recogen la poesía mexicana del siglo XX. La poesía de Octavio Paz, por ejemplo, no es profundamente conocida en España. Octavio Paz fue un hombre de genio, con una obra prosística y poética extraordinariamente importante. Recibió el premio Nobel a los 80 años y creo que su celebridad fue posible más a su prosa que a su poesía, aunque su poesía es magnífica.

P.- De niño quería ser cantante, soñaba con ser Caruso, ¿sigue cantando?
R.- Canto en reuniones privadas y a mi avanzada edad no tengo la voz que tenía hace 25 años. No destaqué como cantante porque no se podía vivir del canto.

P.- ¿Y de la poesía sí?
R.- De la poesía menos. A los poetas nos pagan por no escribir, vivimos de la cátedra, de la burocracia, del servicio cultural, de la atención de editoriales. La poesía solo deja mucho dinero en casos excepcionales como el de Paul Valéry o Neruda.

P.- A los seis años leía a Salgari, a los 12 a Balzac, pero a los 25 se sintió totalmente confundido, ¿es buena esa precocidad?
R.- Yo creo que casi todos los escritores son precoces lectores. Yo aprendí a leer a los cinco años con una maestra que me puso mi padre. Empecé con Julio Verne y Salgari, pero a los 11 o 12 años empecé a leer a los escritores mayores como Balzac, Zola o los doctores españoles. No creo que sin lecturas se pueda prosperar en la literatura. Lo que pasa a los 25 es que no encuentro el camino para producir obras verdaderamente singulares e importantes, eso es algo que se da con el tiempo, con la formación y con los accidentes de la producción literaria. El escritor descuella cuando lo reconocen sus iguales o mayores, las relaciones personales con los especialistas son las que permiten a un poeta y a un libro prosperar. Son accidentes y extrañas posibilidades.

P.- Usted ha sido muy crítico con sus primeras obras, ¿es fácil ir contra uno mismo?
R.- En algunas las notas de España [publicadas a raíz del premio García Lorca] dicen que mi libro más reconocido y más notable es La mala hora, mi primer libro. Es un libro que intentaba ser un mensaje popular, estábamos picados por el gusanillo de la izquierda, como todos los autores del mundo, pero es un libro muy elemental, escrito a los 23 años. Tenía formación técnica pero eran poemas que intentaban contar el mundo de la sociedad mexicana, lamentar la pobreza, elogiar la revolución, es un libro absolutamente frustrado, del que he hablado mal yo mismo.

P.- ¿Qué intentaban crear con el poeticismo?
R.- Era una propuesta estéticamente equivocada, hablábamos de la programación técnica y científica de la poesía. Estudiamos filosofía y pensamos que era posible producir poemas como los de Góngora por la vía técnica, pero en cuanto empezamos a conocer a los verdaderos grandes poetas de lengua francesa, inglesa y otras, comprendimos que ese no era el camino.

P.- ¿Tenían un interés de revisar e ir contra todo lo anterior?
R.- Toda poesía innovadora va contra lo anterior. El parricidio es inevitable. Si uno se aviene solo a las enseñanzas de los poetas de antes de la generación, no prosperará. Hay parricidio pero también hay conocimiento de la tradición. Un poeta no puede encontrar un nuevo camino si no ha leído a los grandes de España, a los grandes autores del Siglo de Oro o la literatura del siglo XIV.

P.- Usted militó en el Partido Comunista, ¿qué tiene hoy la política de poesía?
R.- La poesía y la política no tienen absolutamente nada que ver con el talento. Algunos de los poemas más sectarios y perniciosos desde el punto de vista político de Neruda son solo propaganda y hasta paja literaria para el combate político local. Independientemente de eso, los grandes poemas políticos dependen del genio del que los redacta. El talento está por encima de la política, poetas enemigos de la revolución socialista fueron despreciados y vilipendiados y han sobrevivido como grandes poetas de todas maneras. No cuenta la política, lo que cuenta es el genio literario. A la larga la política muere, las aportaciones culturales no.

P.- ¿Se siente orgulloso y satisfecho con su obra?
R.- Nunca se siente satisfecho el poeta con su obra. Algunas cosas me parecen afortunadas, no todas. Algunas las hubiera vuelto a escribir y mucho menos estoy orgulloso de las obras juveniles.
 

11 octubre, 2013

LA ESCRITORA CANADIENSE ALICE MUNRO GANA EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA.

 
La escritora canadiense de relatos cortos Alice Munro gana el Premio Nobel de Literatura La escritora canadiense Alice Munro. (EFE) La autora canadiense desbanca al japonés Murakami, el gran favorito pero más valorado por sus lectores que la crítica. Se trata de la primera mujer que gana esta categoría desde 2009, en la que la academia sueca eligió a la poeta Herta Müller. Ha sido considerada "maestra del relato corto contemporáneo".
 
     20MINUTOS.ES. 10.10.2013 - 13:03h
   La autora canadiense Alice Munro ha recibido el Premio Nobel de Literatura, en un reconocimiento al género del cuento y de las mujeres escritoras; la última vez que dieron este galardón a una mujer fue en 2009 a la poeta Herta Müller. También es la primera vez que este reconocimiento se va a Canadá. Otras imágenes 2 Fotos Nacida en 1931 en Wingham (Ontario), Munro está considerada una de las escritoras actuales más importantes de la lengua inglesa, cuya especialidad es el relato y la narración breve. Es la primera vez que este reconocimiento se va a Canadá La academia sueca ha destacado precisamente ese aspecto de la autora, denominándola "maestra del relato corto contemporáneo".
 
Munro, destacó la Academia en su fallo, es aclamada por su "armonioso estilo de relatar, que se caracteriza por su claridad y realismo psicológico" y es considerada por algunos críticos como 'la Chejov canadiense'. Sus obras suelen tener como escenario pequeñas ciudades donde la lucha por unas condiciones de vida aceptables provoca en ocasiones conflictos morales. La madre de Alice Munro fue profesora y su padre un granjero. Durante la adolescencia comenzó a escribir pequeñas historias, miestras estudiaba Periodismo y Lengua Inglesa en la Universidad Western Ontario, pero dejó sus estudios al casarse en 1951, con 20 años. Se estableció con su marido en Victoria, situado en la Columbia Británica, donde abrió una librería. Comenzó a escribir para varias revistas y publicó su primera obra en 1968, una colección de historias llamada Dance of the Happy Shades, que tuvo una buena acogida en Canadá.
 
En 1971 publicó otra recopilación de relatos breves, La vida de las mujeres, sobre los recuerdos de la infancia y adolescencia de la narradora en un pueblo rural de Canadá, que también obtuvo un considerable éxito. Títulos más destacados Entre sus trabajos más notables destaca Who Do You Think You Are? (1978), El progreso del amor (1986), Las lunas de Júpiter (1982), Escapada (2004) y La vista desde Castle Rock (2006). Las más importantes son: En Demasiada felicidad (Lumen, 2010), la autora despliega todo su talento ya no en cada cuento de esta colección, sino en cada línea. Las fronteras entre la poesía y la prosa en Munro se diluyen de un modo tan sutil que apenas roza lo complejo. La elegancia de la complicada sencillez es la bandera de la escritora. En estos cuentos está todo su universo temático: una madre ante la muerte del hijo, una mujer humillada por un hombre, la crueldad de la infancia y como siempre, en sus vértices más dolorosos, la soledad. Mujeres y Munro: siempre uno.
 
En La vida de las mujeres (Lumen, 2011) Munro pone a prueba su asombroso poder literario y lingüístico en el largo (que no necesariamente más difícil) terreno. En la obra rememora la escritora el final de su infancia y su adolescencia en un pueblo canadiense a través de una niña que lleva al lector a mirar el mundo con unos ojos diferentes, más nuevos, más ingenuos, menos dañados y sin embargo capaces de reconocer ese futuro en el que habrá que escoger entre la rutina feliz (aunque demasiado gris para algunos) o el riesgo. Ese día que a todos llega y que no se deja pasar, se elige, por mucho que cueste confesar a uno mismo que no sólo intervino el azar. Mi vida querida (Lumen, 2013): El último conjunto de cuentos de Munro cuesta saber si es poesía narrando una historia o su contario. Acaso porque sea ambos géneros al tiempo. Sus personajes atormentados vuelven a estar aquí, Munro jamás se aleja de ese mundo creado con mucho talento pero también con grandísimo esfuerzo, gente que ha de plantarle cara a la vida y a todas sus trampas.
 
Esa balanza que no se inclina hacia los más favorecidos es casi protagonista. El amor maldito, el paso del tiempo y su dolor, cómo sólo después de haber sido ve el ser humano quién fue y lo que pudo haber conseguido. El arañazo que deja siempre la autora sigue estando en ella. Los años no doblegan ni su talento ni su defensa de una literatura que nunca ha buscado ser de masas. La colección Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio (2001) inspiró la película Lejos de ella (2006), dirigida por Sarah Polley. Sus obras conectan de una forma especial con el público femenino y ofrecen un paisaje íntimo de su tierra, Canadá. Murakami, con las manos vacías Curiosamente, Alice no figuraba en la lista de favoritos. El japonés Haruki Murakami, estadounidenses como Joyce Carol Oates y Philip Roth y nombres menos conocidos como la bielorrusa Svetlana Alexijevich y el noruego Jon Fosse dominaban los pronósticos. Murakami, más valorado por sus lectores que por la crítica, volvía a ser el gran favorito a suceder en el palmarés al chino Mo Yan.
 
El Nobel de Literatura está dotado con 922.000 euros El nombre de Alice Munro era uno de los 'habituales' en mencionarse en las vísperas del Nobel, como el checo Milan Kundera, la argelina Assia Djebar, el húngaro Peter Nadas, el keniano Ngugi wa Thiongo, el irlandés William Trevor y el israelí Amos Oz. Pero no figuraba entre los favoritos. Otros autores como Thomas Pynchon, Don DeLillo, Cormac McCarthy y el cantautor Bob Dylan son otros autores estadounidenses que se mencionaban, ya que las letras de ese país no ganan desde 1993 con Toni Morrison. Esa teoría perjudicaba a los españoles Javier Marías, Eduardo Mendoza, Enrique Vila-Matas y Antonio Gamoneda, así como al argentino César Aira y al nicaragüense Ernesto Cardenal, ya que sólo han pasado tres años desde el triunfo del peruano Mario Vargas Llosa. El Nobel de Literatura está dotado con ocho millones de coronas suecas (922.000 euros).

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