¿Es un mito falso que los artistas padecen siempre de algún tipo de trastorno psiquiatrico? La historia está llena, en efecto, de casos de grandes creativos que sufrían patologías conductuales pero se ha demostrado la relación entre arte y neurosis.
Van Gogh, Schumann, Cezanne, Wilde, Poe o
Lovecraft son ejemplos recurrentes entre otros muchos de genios que
sufrieron en toda la extensión del término trastornos fácilmente diagnosticables
como neurosis. Siempre se ha considerado como casuísticamente constatable que la
depresión es uno de los desórdenes psicopatológicos favoritos de los
artistas.
Los artistas poseen una forma de ser y de actuar
que difiere del grupo social al que pertenecen. Son poco convencionales, con una
extraordinaria sensibilidad, vulnerables emocionalmente, con una vida interior
rica en fantasía y tendencia a vivir como inadaptados. Parecería ser que la
vocación del artista es algo con lo que se nace. Inclusive hay evidencias
históricas de familias con distinguidos artistas entre sus miembros. Tal es el
caso de Juan Sebastián Bach: provenía de un linaje de destacados músicos y un
hijo y cuatro nietos suyos también gozaron de gran reputación en este arte. Si
es hereditaria la concondición también pueden ser hereditarios factores
conductuales que la acompañan en el conjunto genético que se transmite
genéticamente.
Son muchos los grandes artistas que murieron por
suicidio como resultado de depresiones profundas que no pudieron superar.
Jack London |
Virginia
Wolf
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Las teorías psicológicas de Sigmund
Freud lo cambiaron todo. Incluso el arte.
La locura había sido durante
siglos una condición maldita: incluso cuando no era
considerada una posesión
diabólica provocaba incomprensión y rechazo.
La gente podía asustarse de sus
propios sueños, cuando eran demasiado extraños,
porque no entendían los
mecanismos mentales que había detrás. El loco, en la literatura o el arte,
era
siempre una figura trágica; el bufón de Dios, cuyas ideas aberrantes eran objeto
de burla,
de ocultamiento o de piedad, pero nunca de imitación. A nadie se le
hubiese ocurrido que
las ideas nacidas en la locura podrían servir de
inspiración para el arte.
Freud mostró al mundo que las ideas
aberrantes no eran
necesariamente
producto
de una maldición: explicó los sueños
y lo de menos es
que su explicación fuese
certera o no. La idea de que el consciente
no es el
único dueño de la mente.
Hay un subconsciente irracional dentro de
todos
nosotros que produce los sueño
s y, en aquellas personas cuyas barreras
entre
realidad y fantasía se rompen,
también las alucinaciones y delirios.
Una
explicación científica que explicaba
la locura.
(Extraido de Jot
Down)
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Siegmund
Freud
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Los esquizofrénicos fueron el principal objeto
de culto por parte de los artistas que buscaban
llevar los productos del subconsciente a
sus lienzos. Los pintores empezaron a visitar
las instituciones psiquiátricas en busca de inspiración.
Evidentemente no todos los pacientes mentales son
capaces de dibujar o pintar; como entre las demás personas
los hay que tienen talento, y los hay —una mayoría— que no
. Pero incluso quienes no eran especialmente hábiles
dibujaban temas sorprendentes y figuras de retorcida
originalidad que eran muy cotizadas por los artistas.
Si la imaginación es la capacidad para generar imágenes en nuestra mente, qué duda cabe que los esquizofrénicos tienen una imaginación florida: el único problema es que no la pueden controlar.
Los surrealistas se nutrieron abiertamente un buen número de pintores surrealistas. René Magritte, solía abundar en conceptos como la disociación (figuras cuyo rostro se separaba del cuerpo, edificios con luces nocturnas frente a un cielo diurno), la confusión (barcos hechos del mismo océano, manzanas en lugar de cabezas) o el cambio de propiedades de la realidad (rocas flotantes, hombres caminando sobre el aire, espejos con refracciones anómalas).
Decorado de Dalí para 'Recuerda' de
Hitchkock
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Estos curiososimbolismos pictóricos
eran muy similares a los que se presentan en la obra de ciertos esquizofrénicos;
aunque algunas drogas y en menor medida los sueños pueden producirlos también,
no aparecen con la misma abundancia ni son tan concretos como los que causan los
procesos de enfermedad mental. Hoy en día hemos contemplado casi un siglo de
arte surrealista y puede parecernos que no son ideas especialmente originales,
pero en su momento suponían una auténtica ruptura porque provenían de uno de los
pocos ámbitos que el arte no se había atrevido a explorar: la locura. Otros
grandes surrealistas como Max Ernst, Giorgio de Chirico o Salvador Dalí
solían ofrecer, sin embargo, una versión más elaborada del surrealismo,
generalmente más cercana al mundo onírico que a la pseudorrealidad quebrada de
la esquizofrenia, pero incluso ellos se sentían atraídos e influidos por las
derivaciones pictóricas de la enfermedad mental. Chirico,
particularmente, introducía elementos esquizoides —como la sustitución de partes
corporales por objetos o huecos— en algunos de sus cuadros, como La comedia
y la tragedia o Las musas. (Extraido de JOT
DOWN)
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'El Antipapa de Max Ernst'
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'Héctor & Andrómeda' de De
Chirico
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'La exlosión del reloj' de Dalí
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![]() 'Hombres en las nubes' de Magritte |
Reflexiones a parte merecen creaciones de difícil
explicación fruto de estados alterados de la conciencia, enajenaciones
transitorias propiciadas por la ingesta de autacoides como el LSD.
Siempre se ha mantenido que la visión de animales
antropomorfos es una alucinación propia de viajes con ácidos o del delirium
tremens etílico. ¿Fue en un trance de esa naturaleza donde Disney
se encontró con esos monstruitos que tanto fascinan a niños y adultos? ¿Es una
leyenda urbana el origen que se atribuye a una experiencia con el peyote
mejicano a esos seres que luego se han convertido en entrañables? En el
imaginario de la memoria colectiva abundan ese tipo de presencias que acercan la
figura animal al hombre y viceversa. No hay más que contemplar las gárgolas de
algunas catedrales o echar un vistazo a las pinturas de El Bosco o de
Brueggel en pleno siglo XVI muchos años antes de la implantación del
surrealismo y otras corrientes oníricas en el arte.
Micky Mouse es una rata, animal arquetípicamente
repulsivo que, sorprendentemente, genera ternura y simpatía presentado en un
código antrópico en movimientos imposibles, movimientos inventados por los
dibujantes y la técnica de los dibujos animados de ese visionario que fue
Disney.
Si efectuamos el ejercicio de desprendernos del código asumido culturalmente
en los cartoons de Disney y nos abstraemos a la realidad de lo que
vemos en sus escenografías podemos llegar a alucinar. Son animales que danzan y
se mueven como nosotros como sucede en las pesadillas y en un trance agudo
alcóholico. Y no sólo eso, también la alteración y subversión de los discursos
lógicos de lo que acontece en escena son propios de la mente surrealista más
desbocada: dentaduras que se convierten en teclados, vacas que danzan en
bipedestación, ropa tendida que cobra vida, objetos que pierden su consistencia
y amenazan con derretirse...
En el siguiente vídeo se puede comprobar como se
transgreden y subvierten los eslabones lógicos básicos sin que nos sorprendamos
lo más mínimo. Es posible que Disney plasmase tan sólo lo que todos conservamos
como arquetipos ancestrales y por eso los hemos incorporado tan rápidamente a
nuestra cultura visual y narrativa. Nuestro cerebro estaba esperando estas
imágenes, estos personajes.
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'El loco del Jazz' (1929) Cartoon de Micky
Mous de Disney
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Disney conoció al loco Dalí durante el rodaje de 'Recuerda' de Hirchkock,
film para el que había diseñado los decorados de las escenas de pesadillas en
las que el protagonista se veía sumido. De ese encuentro nació un proyecto común que nunca vió la luz. Bien mirada, la afinidad de contenidos entre uno y otro es coherente. Disney crea formas y narrativas que podían corresponderse con perfectamente con las esencias del surrealismo.
La película comenzó a realizarse pero se paralizó poco después debido a los
problemas financieros que atravesaron los estudios Disney después de la II
Guerra Mundial. Sólo se rodó una prueba de 18 segundos del corto, el guión y
algunos bocetos de Dalí quedaron en el olvido de la factoría Disney.
Pero el destino es caprichoso y quiso que, en 1999, Roy E.Disney,
sobrino de Walt Disney, encontrara unos documentos entre polvo y telarañas, el
proyecto y decidió traerlo de vuelta a la vida. El corto fue producido por
Baker Bloogworth y dirigido por el animados Monfréy Dominique,
manteniendo los bocetos y el guion original del artista surrealista.
En el siguiente vídeo podemos ver la re-edición, vale la pena. No deja de
ser un ejemplo de la conjunción de dos espíritus extremadamente creativos y
peculiares, dos mentes peculiares pariendo a la
par.
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Cartel de 'Destiny' de Disney y Dalí (Vídeo)
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![]() Dalí y Disney |