28 diciembre, 2008

PROBLEMA DEL ALMA...

En el orden psicològico, Platòn sigue el proceso pitagòrico, y desde este punto de vista su teorìa de las ideas alzan el vuelo y penetran, no en el campo de las "hipòtesis"- como era lògico-, sino en el de la "reminiscencias", que es mucho peor.

Entiende que la uniòn del alma con el cuerpo es accidental, como la del jinete con respecto al caballo que monta: uniòn violenta y forzada, debido al ansia de volar que sufre el alma hacia otra esfera màs elevada. Distingue tambièn tres tipos de almas: racional, sensitiva y pasional. Su psicologìa es una combinaciòn de las creencias en el origen celeste de las almas, en la preexistencia y la transmigraciòn. Este retorno a una nueva vida material puede certificarse mediante una ley- kàrmica- que fuerza a las almas a dar màquina para atràs y encarnar de nuevo hasta alcanzar la perfecciòn deseada, y con esto sustituye a un tribunal al caso que las juzgue y pida cuenta de sus actos, como lo vemos en el orden social. Dicha encarnaciòn se verifica por el sortilegio de la metempsicosis, y pueden encarnar en tigres, reptiles, gusanos y hasta en tortugas. Todos estos animales son para Platòn instrumento de purificaciòn mejor que un tribunal acusador, que es lo correcto. A eso se reduce toda nuestra sanciòn moral que nuestros vicios merecen, y la herida mortal que se infiere a un ser divino, fenòmeno de orden moral, queda restañada por el esparadrapo de la encarnaciòn.

26 diciembre, 2008

JERARQUIA CATÒLICA Y MEMORIA HISTÒRICA-...¿POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS?....

¿Debemos retirar los crucifijos de las escuelas públicas?, ¿Debemos seguir manteniendo a la iglesia con nuestros impuestos? .... ------

Monseñor Cañizares, príncipe de la Iglesia y alto cargo Vaticano, nunca ha tenido dudas: Las campanas doblaron y seguirán doblando solo por los vencedores.

*José Antonio Martín Pallín (El Periódico, 22-12-2008)

La Iglesia jerárquica siempre tuvo la habilidad de ajustarse a los intereses dominantes. Ha demostrado, a lo largo de los siglos, una cierta alergia a la democracia y ha sabido convivir, sin mala conciencia, con las más siniestras dictaduras. DESDE SU orígenes se puso en pie de guerra contra la Segunda República. Cuando los militares golpistas se rebelaron contra el orden constitucional no dudaron en ponerse fervorosamente a su lado cubriéndolos con el manto de la Cruzada. Su alineamiento coincidió en el tiempo con unos movimientos obreros mayoritariamente agrarios e incipientemente industriales atraídos por doctrinas en boga que predicaban la revolución proletaria y abominaban de la democracia liberal a la que identificaban con las insoportables desigualdades que les tocaba vivir a diario.

El levantamiento militar esta vez no era para restaurar una dinastía monárquica, su objetivo era instaurar un régimen totalitario a imagen y semejanza del nazismo y el fascismo. Los militares golpistas diseñaron una política de exterminio cuyas directrices las plasmaron por escrito sin rubor en numerosos documentos. La caravana de la muerte que tan certera y trágicamente relata Francisco Espinosa en su libro del mismo titulo es el modelo que después se implantaría en toda España, prolongándose mucho mas allá de la victoria militar. El ejército sublevado era recibido en los pueblos ocupados con redobles jubilosos de campanas volteadas por el cura de la localidad. Los moros mercenarios se sentirían desconcertados ante el entusiasmo de los que tras ocho siglos de reconquista los recluyeron en la zona de Marruecos donde siguieron sufriendo el dominio español. Los atrapados, con el temor marcado en el rostro, fueron entregados para su ejecución sin formación de causa. Se los llevaron a las tapias del cementerio. En la plaza del pueblo se escuchaban las descargas de los fusiles y el silencio de las campanas. Algunos curas tocaron jubilosos las campanas al sentirse seguros de su suerte, otros también pudieron tañerlas porque su cercanía a los vecinos y la preocupación por sus problemas les había salvaguardado de reacciones airadas. Unos pocos conscientes de su posición privilegiada evitaron que muchos fuesen fusilados.

Mientras la muerte y la desolación arrasaban nuestro país las campanas seguían sin doblar por todos los muertos. El día de la victoria todos los campanarios lanzaron sus espadañas al viento. Los vencedores añadieron la muerte cruel, selectiva e inmisericorde a los que habían sobrevivido. Los que no fueron ejecutados, después de parodias judiciales, les esperaba el campo de concentración o el exilio. Las matanzas no cesaron pero las campanas seguían sin doblar. El general vencedor era recibido por la Iglesia con las campanas al vuelo, los brazos en alto y los palios serviles, pero las campanas seguían sin doblar por los vencidos. El ritual de la misa incluía plegarias por su salud y eterna vida. Los púlpitos resonaban en alabanzas al salvador de la verdadera y única España. Más tarde de lo deseable llegó la Constitución. Los valores democráticos, por los que muchos de los vencidos habían luchado, comenzaron a implantarse no sin reticencias o cautelas.

Las homilías del cardenal Tarancón no sirvieron para que la Iglesia, que se había volcado en favor de los vencedores, iniciase un periodo de reflexión. Perdido parte del poder terrenal decidieron utilizar el fantasma de la excomunión contra los políticos que sacaron adelante el divorcio o la recortada ley de la interrupción voluntaria del embarazo. Inasequibles al desaliento se han alzado contra la educación para la ciudadanía oponiéndose a que los jóvenes conozcan la historia de la conquista de los derechos humanos y lo que significa su implantación para la convivencia pacífica y democrática.

EL CARDENAL Cañizares, desde hace tiempo, mantiene que no es necesario ningún milagro para beatificar a los que murieron, según su peculiar visión, por odio a la religión. Ignora el ilustre prelado que nunca la guerra civil fue una guerra de religiones. Ignora también, ignora tantas cosas, que los vencedores fusilaron a sacerdotes vascos. ¿Fue también por odio a la religión, monseñor?. Lo último y lo que queda por llegar lo sabemos o nos lo imaginamos. Monseñor Martínez Camino ha justificado la beatificación tardía no como una obligación incumplida. Curiosa obligación que tanto ha podido demorarse desaprovechando la oportunidad de que el fasto de los vencedores hubiera contribuido a la magnificencia oficial del la ceremonia. No creo que el problema de la Iglesia oficial del presente sea el anticlericalismo o la "cristofobia". Tiene raíces mas profundas. Han perdido el contacto con la realidad y son incapaces de aceptar la pérdida de sus privilegios y la imposición coactiva de sus dogmas. Pueden leer el prólogo de la novela de Ernest Hemingway ¿Por quién doblan las campanas?: "La muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y, por consiguiente nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti". Un esperanzador mensaje de quien puso fin a su vida sin importarle los anatemas.

*Magistrado emérito del Tribunal Supremo

17 diciembre, 2008

PROBLEMA DEL SER....

Segùn Platòn "ser y conocer son cosas correlativas" contrario a Parmènides y Descartes, que lo identifican-. "El no ser- dice- es absolutamente incognoscible." Seguro; lo inexistente no puede llegar al conocimiento. "Sin ser- afirma Sciacca- no puede haber conocimiento". Es decir, que el ser, algo es, y el no-ser, algo es tambièn, al decir de Heràclito; luego el ser y el no-ser algo son: ¿que son?; el uno opuesto al otro. Pero a fin de que haya oposiciòn, alega Platòn, tienen que existir los oponentes, y en el no-ser no aparecen, aparte de que si algo fuera tendrìa que ser congnoscible, y no lo es.¿Còmo salir del impasse? Veamos:

El concepto que se tiene del ser en el campo de la existencia es una cosa y el concepto que se tiene de la inexistencia, o del no-ser, es otra; en involucrar los conceptos tan dispares està el error. Se da un salto del orden ontològico del ser al orden lògico o conceptual del no-ser y al confundir los tèrminos se le atribuye al no-ser una existencia extramental! que reside en la mente solamente, y aunque en el orden de los conceptos haya una realidad lògica conceptual entre ser y no-ser, en el orden de la existencia no hallamos realidad ontològica; luego el no-ser nada es, no tiene ser.

Sin embargo, desde otro punto de vista cabrìa decir que el no-ser algo es. ¿Què es? Diverso al ser, no opuesto. Porque si consideramos al ser opuesto al no-ser, en vez de considerarlo diverso, tal proposiciòn no le cabe, porque el no-ser carece de objeto que le sea contrario al ser; en cambio, sì le cabe el ser diverso. Asì, un objeto en movimiento y otro en reposo son contrarios, porque ambos objetos estàn ahì uno frente al otro; pero en el no-ser tambièn es. El error es debido, segùn Fraile, "en tomar diversa una forma que es idèntica, y por idèntica una forma que es diversa". El mismo Platòn reconoce que el no-ser no es contrario u opuesto al ser, sino diverso.

15 diciembre, 2008

J.J. BENITEZ DICE HABER "ENCONTRADO A DIOS"...

El investigador del fenómeno ovni y periodista, de 62 años y abuelo, recoge en su nuevo libro, "De la mano con Frasquito", todo lo que ha aprendido "sobre la vida y la muerte".

Juan José Benítez es, a sus 62 años, un abuelo feliz por transmitir a su nieto todo lo que ha aprendido sobre la vida y el "Destino", con mayúscula, como a él le gusta escribir. "De la mano con Frasquito" es su libro número 51 y el primero con la editorial Granica después de que Planeta, tras 29 años de unión profesional, rechazara su publicación porque "no era comercial".

Frasquito es el nombre ficticio del nieto de Benítez, al que trata de transmitir en 101 ("palo cero palo", como él lo llama) pensamientos, "todo lo que he podido aprender sobre Dios, la vida y también la muerte, aunque yo tengo más asumida la muerte que la vida". "Quizás porque estoy siempre pensando mucho en ella y me asusta menos que la vida", añade.

A través de esos 101 pensamientos, el investigador y periodista navarro traza a modo de "catecismo" su particular visión sobre el ser humano y su relación con Dios, alejado de los estereotipos de las religiones porque él no cree en ninguna. "He encontrado en buena medida a Dios escribiendo, pero al buen Dios lo encontramos en los sitios más inverosímiles y en los lugares más increíbles", afirma.

Benítez confiesa que al ser supremo lo "empezó a vislumbrar en la lejanía, cuando empecé con todos los temas de enigmas y de misterios". Así llegó a plantearse un "Dios que no es el convencional y el ortodoxo. Con la escritura de los caballos de Troya rematé la faena con un natural y un pase de pecho increíble".

Ahora asegura que le habría gustado leer este libro en su juventud, para "saber lo que es la vida", que alguien le hubiera advertido de que "no pasa nada si te equivocas o te arrepientes". "El libro está dirigido a quien le resulte oportuno".



05 diciembre, 2008

GUILLERMO HEGEL Y SU MUNDO FILOSÒFICO....

Su filosofìa llenò toda una generaciòn. Es tan complicado y oscuro que no hay dos que lo expongan del mismo modo. El mismo Hegel decìa que uno solo de sus discipulos lo comprendiò, y malamente.

Su sistema filosòfico se reduce a tres fases: tesis, antìtesis y sìntesis. La idea evoluciona a un ritmo lògico dentro de su propia estructura. "Es una soberbia construcciòn filosòfica sin valor real por ser puramente forma o lògica"
Es una abstracciòn estèril ingeniosamente elaborada que avanza al compàs de un ritmo de tesis, antìtesis y sìntesis, donde gradualmente y hasta sofisticadamente el principio de contradicciòn le convierte en principio de identidad. Primeramente hace una afirmaciòn (tesis); luego halla su contrapeso o fallo (antìtesis) y finalmente, hace un resumen de ambas (sintesis). Pero èsta, a su vez, resulta (tesis) de otra proporciòn que contiene sus contradicciones (antìsesis), que nos daràn otra nueva (sìntesis), base de otra tesis.

Dicho proceso lo aplica a la filosofia, la historia, la socilogìa y religiòn, con golpe rìtmico nacional matemàtico, culminaciòn del pensamiento racionamiento, exprimiendo la razòn como se exprime un racimo de uvas.

Con este sistema se persigue hallar la evidencia en los misterios del mundo y la realidad universal, que no es màs que la manifestaciòn del mundo exterior por un desenvolvimiento lògico de tesis, antìtesis y sìntesis, y asì encerrar los misterios todos en un puño, como se encierra en la red al pez en el agua. Confundo el mundo lògico con el ontològico.

El objeto de su filosofìa, no es màs que el ser (esse) percibido en toda su extensiòn, y este ser indeterminado o concepto abstracto de la mente, que es justamente Dios, pero que èl no lo concibe asì, sino idea universal (tipo platònico), y ademàs, la evoluciòn continua de las cosas determinadas hace que pasen al campo indeterminado o abstracto, ya que el ser indeterminado es el que existe, el determinado no se da, por la evoluciòn sufrida, puesto que al punto que aparece ya no es, y venimos a parar al viejo concepto de Heràclito, que el ser es y el no ser, tambien es; lo que Aristòteles dice: Actus entis in potentica prout in potentia( que el acto el ente, pero en potencia nada màs, y en ese caso està y no està, porque està en potencia y no està en acto.

Afirma Hegel que el ser indeterminado es el que existe y el determinado el que no existe, pero evolucionando pasa a existir, pero en el campo abstracto o absoluto. De ahì que el objeto de su filosofìa sea un proceso evolutivo, por el cual el concepto pasa del estado indeterminado al logro de plenitud de todos los modos de existencia o ida abstracta intuitiva (a lo platònico), mediante la evoluciòn dialèctica, que no es màs que la misma dialèctica vuelta al revès, porque las formas utilizadas del pensar son las mismas categorìas del ser, resultando un panlogismo, ya que salta del campo ontològico, o un panteìsmo ideològico, que nos darà luego en sociologìa un estado-panteìsta.

Hegel sintetiza su principio idealista en estos tèrminos..."Todo lo racional es real, y todo lo real es racional"...Un juego mental por el que las formas utilizadas en el pensar son las mismas que utiliza en el ser, dicho arriba; por donde el objeto del pensamiento es el mismo pensamiento y lo hace cosa, y tenemos a Platòn a la vista. Es un remolino mental donde las cosas revueltas con el pensar las hace idea universal, y resulta otro remolino descomunal mayor. En otros tèrminos: "Que el estudio de lo real- dice Weber- es la misma realidad; el pensamiento desarrolla y constitye la universalidad de los seres"

La realidad (opuesta a la idealidad) esencialmente es razòn, y no debe ser, sino que lo es. Esto es, que la realidad (razòn), en verdad es; la idealidad, deber ser. Una es opuesta a la otra. La realidad (razon) es absolutamente necesaria y es base de la ciencia. La ciencia expresàndola en conceptos, hace universal el contenido de la realidad. Por eso los conceptos no son un algo distinto a la realidad, sino la realidad misma en su necesidad intrìnseca de universalizarse, de ahì que el orden de las cosas no es sino el mismo orden de las ideas o conceptos; de ahì tambièn la necesidad de la evoluciòn para elevar la realidad a idealidad, a lo absoluto. Hegel aborrece lo concreto, solamente admite lo abstracto. Pero hay dos realidades, cada una en su campo.

02 diciembre, 2008

DIOS DEBE EXISTIR, PERO....

Después de 60 años de agnosticismo, finalmente he llegado a la conclusión de la razonable existencia de Dios. Es más, me atrevo a sugerir que en la actualidad Dios, nuestro Dios naturalmente, debe de tener alrededor de 50 mil millones de años, o 50 años de nuestro tiempo terrenal.

Dicho así como introducción de este nuevo artículo esta afirmación puede parecer una tomadura de pelo y una intolerable falta de respeto por la posible sensibilidad religiosa de mis lectores, pero he llegado a esta conclusión tras desarrollar un nuevo método cognoscitivo, para el que provisionalmente no tengo otro calificativo que el de "método contextual", pues se basa en la constatación de la existencia de tres contextos etimológicos, cada uno de los cuales expone una misma idea con tres conceptos distintos, y el método consiste en "agruparlos", de manera que lo que tenga sentido en uno debe tener sentido en los otros dos o carece de sentido en los tres.

Estos tres contextos son, por orden de aparición en la realidad cognoscitiva, el teológico, el físico y el metafísico, es decir, el contexto de los dioses, el de la naturaleza y el de las ideas. También podemos decir el de la imaginación, el de la experiencia, y el de la razón, o todavía más objetivamente, la religión, la ciencia y la filosofía.

Dios aparece históricamente dentro del primer contexto, cuando podemos decir que la "imaginación se hace trascendental", pero sus fuentes no están ni en la razón ni en la experiencia, sino de la fe o la "revelación".

Es importante entender que cuando nos preguntamos por la "existencia" de algo, no buscamos su certidumbre "física", que sería su "consistencia" ni su certidumbre "psicológica" que sería su "apariencia", sino que lo que buscamos es su certidumbre "metafísica", es decir, una "idea más allá de la física que sea lógica y razonable" y que pueda ser entendida, tenga o no presencia o consistencia. Es decir, la existencia de Dios sería aceptable si pudiéramos "hacernos una idea de Dios y de su causa", pues ninguna idea puede ser ni existir sin una causa". ¡Y aquí está el problema!

Para darme una respuesta aceptable he recurrido a este método de equivalencias, por tanto buscamos a Dios desde estos tres contextos posible:.Primer contexto: la teología. En el origen del cosmos está el «Espíritu santo», es decir, el espíritu, que se transforma en mundo. El mundo, "informado" por la fe, tiene la capacidad de «crear» las criaturas que lo pueblan, pues el mismo Adán surge del polvo, de donde proceden todas las criaturas.Segundo contexto: la física. En el origen del universo, hace ahora alrededor de 13,7 mil millones de años, y de acuerdo a la aceptable teoría de la «Gran explosión», está la energía, que por progresiva condensación se transforma en materia. La materia "informada" en sus orígenes por el instinto y posteriormente por la experiencia, tuvo la capacidad nata de organizarse "inteligentemente" y de forma dinámica, es decir, como organismos, de donde procede la vida natural, o la naturaleza.

Tercer contexto: la metafísica. En el origen de la consciencia está la mente, que gracias al pensamiento se transforma en ente. La entidad, informada por la intuición, tiene la capacidad de transformarse en seres, dando origen a la existencia misma y a las ideas.Según esta primera reflexión tanto la materia, el mundo como la entidad deben ser en realidad una misma cosa, pero expuesta en tres contextos distintos. Podremos hacer extensible este método a otros conceptos y veríamos que todos se pueden agrupar, pero para este caso nos quedamos aquí, porque ahora vamos a situar a Dios en el contexto que aparece por primera vez y tratar de buscarlo en los dos restantes.

Dios surge en el contexto de la teología como una "revelación de su imagen" fruto de la imaginación exaltada, y como creador debe de estar "fuera" de lo creado, es decir, fuera de este mundo y de la creación misma. Por tanto sin duda que debe morar en el "Cielo", que es "otro mundo" o "el mundo de Dios". Dios es además nuestro "Padre celestial".

Si lo vemos en el contexto de la física decimos que Dios debe de estar fuera de la naturaleza producida. Como la naturaleza constituye una unidad espacio-temporal contenida en una duración, la del universo, el Dios de la física, que ya no es creador sino "productor", debe de estar en otro universo, contenido en otro espacio-tiempo, con otra duración. Si este Dios ha "producido" nuestro universo debe tener su propia duración, y si nuestro universo tiene una vida mesurada de 13,7 mil millones de años, el universo gestante debe tener "más duración" que el nuestro. Si tomamos como medida de relación 1 año = 1000 millones de años, este Dios debe de tener ahora alrededor de 50 años en su propio tiempo y en su propia demisión espacio-temporal. Es decir, debe tratarse del "padre" de nuestro universo.Si ahora nos pasamos al contexto final de la metafísica decimos que Dios debe de estar fuera del ser, y como todo lo existente tiene necesariamente ser, Dios no puede existir dentro de nuestra propia mente, pero sí fuera de nuestra mente, es decir, en otra "existencia paralela", con otro Ser, entidad e idea. Por tanto debe ser "el padre" del ser de las cosas existentes en nuestra mente, pero no está en nuestra mente, es decir, para nosotros "Dios es, pero no existe". También podemos decir que "es cierto que hay Dios", porque podemos tener su certidumbre con la fe y el instinto, pero no es verdad que exista en tanto no pueda se concebido como una idea lógica y razonable a partir de su "intuición". ¡Se trata de una cuestión de contextos!De manera que es fácil llegar a la conclusión de que Dios debe ser el "padre del universo" y habita en otra dimensión espacio-temporal, o en un "universo paralelo", y que en la actualidad debe tener alrededor de 50 mil millones de años de nuestro tiempo, unos 50 años del suyo. Pero ¿cómo es posible llegar a esta conclusión si no se puede establecer la prueba física de su existencia? Sencillamente porque la física no pude probar la existencia, pues la física no tiene en su propio "vocabulario" la voz "existencia", que pertenece a la metafísica, sino que tan sólo pude probar la "consistencia" de Dios. Por tanto la certidumbre que de Dios puede tener la teología o la física se refiere a su "apariencia" o "consistencia" pero nunca a su "existencia".

No quiero concluir este artículo sin exponer brevemente la "lógica matemática" del "Misterio de la Trinidad", que contiene cada una de las reflexiones expuestas con anterioridad. El Misterio también habla de "tres contextos", el de un "Padre": universo paralelo; de un "Hijo": nuestro universo, y de un "Espíritu Santo": la energía, espíritu o mente, como se le quiera llamar, causante de los tres. Como el misterio está basado en una "revelación", que resulta rigurosamente lógica y razonable, pese a ser una aporía, las tres Personas se sitúan dentro de un triángulo, cuyo "centro" contiene la "primera causa, que no existe", pues las tres Personas "son y existen", en tanto que "Dios en sí mismo", como causa primera de las tres "personas divinas", que no obstante son "consustanciales", "no puede existir, pero es", pues el "ser no puede no-ser".Esto nos obliga a considerar que "Dios es lo que no existe, pero que es", para algunas tradiciones teológicas "el Innombrable". Y si es pero no existe, sólo pude "ser por defecto", de manera que todo lo que causa "en efecto" debe ser "parte de la divinidad" o "divino", incluidos el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, sin que sea posible la existencia de "Dios en sí mismo". Reflexión que ya se hizo el propio San Agustín, para quien Dios era "emanación". De manera que más que preguntarnos por la existencia de un "Dios inexistente, impensable improbable" deberíamos ser más "concretos" y preguntarnos por las "divinidades existentes", aquellas que han "producido nuestra naturaleza", "creado nuestro mundo" o "causado nuestra entidad", sin ir más allá en nuestras consideraciones.¡Y ese es el misterio que nuestra mente no está capacitada para resolver, y donde se le han "cruzado los cables" a todos los filósofos de la historia de la filosofía idealista y trascendental! Para hacerlo más familiar podemos decir que el uno, el dos y el tres provienen "potencialmente" del cero, pero el cero "no vale nada", "¡solo es pura potencialidad!

Si la contradictoria idea de Dios en sí mismo persiste pese a que no existe, es porque se pude percibir a través de lo único que no requiere probar su existencia, porque carece de entidad, ser y existencia, como es todo aquello que "vemos en la imaginación", que no es consistente ni existente sino "aparente", o una mera "ilusión" de la mente.Con esta breve reflexión sobre la probable existencia de Dios en sí mismo, el Dios que "es" pero que no existe naturalmente, y las "divinidades" creadoras, productoras o causantes, es decir, "Padre, Hijo y Espíritu Santo", yo no he hecho otra cosa que aplicar un nuevo método contextual a lo que ya se sabía o imaginaba, y la conclusión sólo es válida en la medida de que sea lógico el método utilizado. Esto no es nuevo en filosofía, antes que yo Aristóteles recurrió a su método silogizo y Descartes al suyo, basado en la duda razonable, y más recientemente Husserl expuso el suyo, el fenomenológico. Por tanto me limito a exponer una conclusión que surge de manera inevitable por ser razonable que sea como el método sugiere que debe ser. Después de todo el conocimiento es fundamentalmente una cuestión de "método.
Nota: autor desconocido

01 diciembre, 2008

¿VALE LA PENA PREOCUPARSE DE DIOS?....

TRIBUNA
MATILDE GASTALVER*
A raíz del artículo publicado el 24 de noviembre, en El País, "Los ateos se hacen fuertes" me parece formidable y del todo respetable que los ateos enarbolen su bandera y ,sin embargo, me pregunto, ¿su saber, su ciencia, su dinero no tiene mejor ocupación que la existencia de algo que según ellos no existe? ¿Es realmente el problema de nuestro planeta la existencia o no existencia de Dios? ¿Lo que les preocupa a los científicos ateos, es el espacio de la religión en nuestras sociedades? There´s probably no god, now stop worryng and enjoy your life. ¿Es éste el problema que realmente tienen nuestras sociedades occidentales, desarrolladas, cultas, preparadas científica y tecnológicamente? Porque, si todo el problema es la existencia o no existencia de Dios, sería fantástico, como lo sería si nuestros líderes religiosos o políticos fueran realmente honestos, ocuparan el cargo en función del bien social y más allá de nuestra sociedad, mirando al mundo entero, principalmente a la parte del mundo expoliada y sumida en la miseria, precisamente por esta parte del mundo de científicos y personas "desarrolladas".

Nada importa perder tiempo y dinero en campañas para creer o no en la existencia de Dios sino no las hacemos en beneficio de la existencia del hombre.Barack Obama ha conseguido financiar su campaña electoral con los donativos de los ciudadanos que necesitaban "creer" en un cambio, y uno a uno, poco a poco han financiado su esperanza, y lo han logrado, como un milagro en la historia política americana.

Ése es el problema de la fe y de la esperanza, religiosa o no, buscar respuestas a los problemas de la humanidad. Hombres tan creyentes como Confucio, Lao Tse, Chuang Tzu, Sidharta Gautama..., hasta Jesús de Nazaret, hablaron poco o nada de Dios, se distinguieron por su obrar y exquisitez humana respecto al momento en que vivieron, dieron respuestas concretas a la humanidad. Casi todos ellos entraron en conflicto con el sistema religioso establecido, incluso fueron desacreditados, perseguidos o ejecutados. El problema, quizás no sea Dios sino los sistemas y poderes que a costa de Dios o en nombre de la política, establecemos los seres humanos.

Los países más ricos del mundo se reúnen con urgencia ante la crisis económica actual para sacar de donde sea (del bolsillo de los ciudadanos, esta vez no como en la campaña de Obama, sino por decreto político) el dinero que equilibre el desajuste de la codicia de unos pocos (aunque no tan pocos), no para resolver el hambre y el desequilibrio de la injusticia de un mundo en que un tercio arrebatamos lo que es de todos.

Podemos seguir discutiendo si existe o no Dios, eso no cambia el mundo. Yo prefería que nos enfrascáramos en la discusión de resolver problemas de los que Dios (en el caso de su existencia) es el primer problema que quiere que resolviéramos.En tal caso, el reciente eslogan de los autobuses ingleses, siguen afianzando desde el ateísmo: "no te preocupes y disfruta de la vida". ¿Puede ser ése un principio para funcionar en la vida? No sé si es un eslogan que favorece el ateismo, pero, sin duda favorece el individualismo que ha caracterizado siempre a las sociedades capitalistas desarrolladas. Cabría analizar la situación de miseria y desquicie social que hay detrás de muchos fanatismos religiosos de al actualidad, por poner un ejemplo el de Afganistán.Más que nunca deberíamos afianzarnos, desde cualquiera que sea nuestro credo, y más si cabe sin él, en otro eslogan: preocúpate y haz algo, para que "todos", de igual forma, podamos al fin disfrutar de la vida.

(*) Licenciada en Filosofía y en Ciencias Teológicas.

26 noviembre, 2008

LA EXISTENCIA DE DIOS....

Contrario a lo que muchas personas creen, Kant no niega la existencia de Dios, pero sostiene que no se puede probar por la razòn. Su prueba la asienta en la ciencia fìsico-matemàtica y en la conciencia moral. El grito de la conciencia, que es un hecho, no lo puede eludir, y ese hecho se eleva a Dios.

El argumento de San Anselmo, fundado en la idea de un ser perfectìsimo que uno puede imaginar, pues de otra manera la idea no fluiría, al decir del Santo, Kant la rechaza de plano, pues afirma que para que algo exista no basta tener idea de ello, sino que es preciso sentir percepciòn tangible de algo, es asì que la percepciòn sensible de Dios no la sentimos, el argumento de San Anselmo lo rechaza por ser un argumento màs bien lògico que ontòlogico.

En cuanto al argumento cosmològico de que por una serie de causas se llega a una causa incausada, tampoco le satisface. Santo Tomàs, en cambio, lo acepta. Kant rechaza dicho argumento de causalidad, por la sencilla razòn de que no encuentra el porquè se haya de suspender el proceso ascendente de que una causa trae otra, y asì sucesivamente, y de momento el proceso cesa. Entiende que no deberìa cesar.

En cuanto al argumento de la prueba de Dios fisico-teològico, que consiste en el ùltimo fin que nosotros hacemos para la descripciòn de la realidad metafìsica, tampoco le llena. "No podemos- dice-, sin salirnos de los lìmites de la experiencia, sacar esa adecuaciòn a un fin, conclusiones referentes al creador de esas formas. La metafìsica es imposible como conocimiento cientìfico". Como conocimiento cientìfico nada màs. Ciertamente, pero es que Kant funde las dos corrientes: cartesiana y empirista. El racionalismo parte de ideas necesarias existentes por sì en el pensamiento humano, y de ahì el salto a la realidad universal.

El empirismo inglès rechaza esas ideas y parte del anàlisis de la mente subjetiva y todo lo reduce a fenòmenos donde la idea universal y la realidad exterior desaparecen. Kant no parte ni de las ideas en sì ni de la mente subjetiva, sino de la existencia objetiva de la ciencia, elaborada por la mente, pero dotada de innegable validez universal. En suma: Kant rechaza la metafìsica y por eso rechaza el argumento fisicoteòlogico.

Pero si ninguna de esas vìas le llevan a Dios, Kant lo encuentra en la libertad, en la inmortalidad del alma y en la conciencia moral. En efecto, en la conciencia moral la libertad obra desahogadamente en toda su amplitud; no està sujeta a causas y efectos, es un modo de actuar puro, puès no depende del conocimiento de los fenòmenos, no es un mundo de objetos a conocer donde los fenòmenos se sucedan y son base de la ciencia; en la conciencia no tiene cabida el tiempo ni el espacio. En decir, que en lugar del objeto a conocer se sitúa el Yo conscio con doble funciòn: en cuanto conoce se pone a sì mismo como sujeto cognoscente (conciencia moral), y en cuanto desarrolla una actividad estimativa y valorativa (objeto a conocer), hace referencia a sì mismo, no tanto como sujeto cognoscente cuanto como sujeto agente, y en relaciòn con los demàs hombres, en el mismo plano de acciòn.

Pero en este punto Kant se contradice, porque la conciencia moral kantiana carece de horizonte, se halla enclaustrada en la ley por la ley, y ahora se los abre. La conciencia tiene un horizonte vastìsimo, y nos descubre panoramas de amplias perspectivas, en que las almas se mueven por fuerzas morales y el sujeto cognoscente tiene poco que ver, por ser un agente que intuitivamente valoriza los actos humanos...."Conciencia es el conocimiento intimo del ser, por el ser mismo". Esto es: que el conocimeinto ìntimo de la conciencia se abre a otros espacios no encajonados en la ley, y vuela al mundo inteligible, donde intuitivamente percibe valores en los actos humanos que estàn por encima de toda ley positiva.




22 noviembre, 2008

"ME DA MIEDO MI PASADO"....

Lo decimos sin ambages, a nosotros nunca nos ha gustado este autor, aùn asì no podemos dejar de reconocer su popularidad y el volumen en la venta de sus libros es impresionante, la mayorìa libros de "auto-ayuda", que nos convencen muy poco, a pesar de los pesares" (Karina)
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ENTREVISTA: PAULO COELHO Escritor
G. ALTARES / C. GELI - Francfort - 23/11/2008
"Unos nueve o diez al año". Las cifras son, claro, ventas en millones de ejemplares, y las pronuncia Mônica Antunes, la Bruja de Barcelona, como la conoce aterrorizado medio mundo editorial, el que ha de tratar con ella como dura agente del escritor Paulo Coelho (Rio de Janerio, 1947), estrella literaria de Feria de Francfort que se celebró el mes pasado. Este certamen literario le invitó a dar la conferencia inaugural y allí recibió el homenaje de medio centenar de editores (una fiesta comentadísima, con 400 invitados y el autor cantando con Gilberto Gil) tras alcanzar los 100 millones de libros vendidos. "Bueno, eso fue el pasado octubre: ahora son ya casi 110", matiza, sin pretensión alguna, Mónica Antunes, responsable de una agencia, Sant Jordi Asociados, que trabaja exclusivamente para la galaxia Coelho.

Su biografía narra una juventud de satanismo, drogas y manicomios
"Hubiera acabado sabiéndose. No tenía sentido ocultarlo. Es mi vida. Salí de eso"
Cumple Coelho con el ritual: de negro riguroso de arriba abajo, que llevaría a pensar en alguna especie de uniforme sacerdotal si no fuera por su gesticulación y un brillo de diablillo en los ojos.
Desprende gran tranquilidad o confianza en sí mismo. La debe tener porque de no ser así no hubiera dado la llave del baúl de su vida al periodista brasileño Fernando Morais para que sacara de él 170 cuadernos manuscritos y 94 CD de audio donde el escritor fue notarialmente dando fe de su vida desde que tenía 12 años hasta 1995. El fruto ha sido la voluminosa biografía (más de 600 páginas) El mago, vendido ya a 21 idiomas y que Planeta distribuye estos días en las librerías españolas.

El libro es una bomba. La vida de Coelho ha sido un blanco o negro, un yin y yan constante: nació casi muerto por problemas con el líquido amniótico y sus heces; de pequeño organizó sectas secretas; fue un desastre total como estudiante; atropelló casi mortalmente con un coche que llevaba sin carnet a un joven y se dio a la fuga; ese episodio acabó deteriorando aún más las relaciones con sus padres, que le encerraron en un manicomio que visitó tres veces en su juventud y donde fue tratado con electroshock. Antes, había intentado sucidarse con gas. Y para calmar al que llamaba "el ángel de la muerte", por no haber cumplido, degolló una cabra de un vecino en un particular rito.

El descenso al infierno fue vertiginoso: apagó un cigarrillo en la pierna de una de sus múltiples, simultáneas y bellas novias para comprobar si le quería; a otra, bajo la tesis de "la cura por desesperación", le alentó su intento de suicidarse porque finalmente, dice, sabía que no lo acabaría cumpliendo... Época de teatrero sin fortuna, de hippy, de asiduo a todas las drogas posibles y de practicante homosexual para descartar inclinaciones. Y en su enésima desesperación vital se apuntó a la magia y se convirtió en fiel seguidor de los mandatos de Aleister Crowley y del satanismo, hasta el extremo de tener un joven esclavo. Detenido por supuestas actividades políticas extremistas, y tras una cierta estabilidad componiendo canciones para artistas, el famoso Camino de Santiago que emprendió con 39 años, a manera de epifanía, le decidió a hacer lo que anhelaba desde los 13 años: ser escritor. Desde entonces, fama sin fin y vida antitética.

"Leí el original el pasado mayo y mi mujer lloró tras acabarlo. 'Sufriste mucho', me dijo; yo, la verdad, no recordaba muchas cosas, pero no creo que sufriera: cuando uno está luchando, no sufre". Hoy, admite que aquella etapa de su vida fue excesiva: "Sí, me da miedo mi pasado: llegué demasiado al límite de muchas cosas y más cuando arrastraba conmigo a otras personas".
¿Por qué facilitar que salga a la luz este pasado oscuro de hoy un adorado escritor?
"Hubiera acabado sabiéndose igualmente. No tenía sentido ocultarlo: es mi vida. Al fin y al cabo, salí de eso, luego vencí".

Se cumplió también con él una de sus premisas: cada día, en la vida de uno, hay un momento para cambiar: "No hay otra virtud en la vida que ser valiente. No hay nadie que no vea su oportunidad en la vida; el cambio está ahí. Lo que ocurre es que entre el momento y el valor de cambiar hay una separación de 200 océanos", sentencia.

El número 200 lo utiliza también para intentar cuantificar razones que explican su éxito, pero serían todas falsas.
"No lo sé, de verdad; ¿me cree?". ¿Quizá la pérdida de valores de la sociedad ha facilitado su discurso? "No escribo sobre espiritualidad; en cualquier caso, la tempestad viene ya desde poco antes de la I Guerra Mundial; la desorientación de la sociedad es hoy total. ¿Dónde está la alegría de vivir? Estamos en unos tiempos en que la gente está totalmente controlada vigilada y hastiada". ¿La crisis que estamos viviendo purificará? "Esta sociedad no va a aprender nada de esta crisis económica porque las autoridades intervinieron demasiado pronto, la Bolsa tenía que haber caído y caído para encontrar otra salida... Es mi lado jesuítico: de una buena purga sales purificado; así, sólo volveremos a caer más pronto que tarde".

La intransigencia imperante es la consecuencia de este estado, según Coelho: "Estamos cercados por todo fundamentalismo. Ojo con lo que puede ocurrir en EE UU ahora que ha ganado Obama porque buena parte de su país no lo quiere por ser negro: la violencia física podría reaparecer". También da caña al actual Papa: "Soy católico, practicante y pecador, pero este Papa es un desastre: está siempre con sus dogmas religiosos y entrometiéndose en temas políticos; es bastante culpable del fundamentalismo católico imperante", sentencia.

Con 18 libros publicados, traducidos a 67 lenguas en 160 países, el autor de El alquimista puede permitírse casi todo en el mundo del libro.
Como asegurar "soy un pirata de mí mismo" y defender, con un discurso que dejó estupefactos a los responsables de la feria, el free copyright que practica: en su página web puede descargarse alguno de sus títulos.

En su caso, como en su vida, debe haber magia: de cada libro así ofrecido acaba vendiendo luego en papel diez veces más. O cien o mil.
"No sabemos qué pasa más allá de la curva del río de la vida; ésa es la belleza de nuestro mundo; es posible que vaya con una corriente que hoy el sector editorial no sepa o no quiera saber que existe, pero el lector ya no es pasivo y no podemos seguir actuando igual ahora que existe Internet, a menos que queramos que al libro le pase lo de la música y el cine", argumenta Coelho, que dedica tres horas diarias a navegar por la red.
¿Y los editores entienden la jugada?
"No pregunto a los editores, no suelo hacerlo".

Una de las mayores ilusiones de Coelho ahora es retirarse tres meses en un monasterio ("con Internet, eso sí") o volar en un avión supersónico ("los ejércitos del aire canadiense y español ya me han ofrecido esa posibilidad").
De nuevo, el Coelho dicotómico.
"Soy contradictorio, pero eso debería ser inherente al ser humano; sin confrontación no hay evolución; la clave en esta vida es desear algo mucho, pero cuidado porque el universo es amoral; funciona contigo o con tu deserción".

Para el año que viene Coelho prepara El vencedor está solo, y llegará la versión cinematográfica de Verónica decide morir.
¿Es feliz Coelho?
"Depende, hay momentos, pero quizá estoy más contento que feliz; eso sí, duermo bien".

21 noviembre, 2008

LA TEORIA FILOSOFICA DE DAVID HUME....

Locke indica que solamente unos pocos datos tienen cabida en la realidad....Berkeley no acepta ningùn dato de la realidad, los rechaza todos, y sòlo acepta los fenòmenos psìquicos individuales....Hume da un salto y niega todo aquello que los sentido no alcancen; asì, visto un objeto, el color se advierte por la vista, su suavidad por el tacto, y asì otras distintas cualidades, pero no alcanza a màs. Eso que llamamos sustancia no lo ve. ¿Porque hemos de admitir como real lo que no vemos?.....
De igual modo argumenta con respecto a la causalidad....Vemos que los objetos se dilatan debido al calor, que es su causa....vemos que se dilatan, pero la causalidad no se ve. Pero tampoco se ve la muerte...ni la vida...ni la germinaciòn de las plantas y animales. Es decir, que para Hume nada de eso es real, sòlo los efectos. Pero no hay efecto sin causa, luego....

La razòn de ese desvarìo està en que Berkeley la realidad no la dejò asentada en lo sensible, sino en el espìritu, y esos fenòmenos psìquicos son causados por mì, yo soy la causa. En rigor, segùn Hume, solamente son de admitir los fenòmenos mismos, puès eso es lo que aparece a la vista, y con el aniquilamiento del Yo sustancia de Berkeley, Hume nos dio el nihilismo puro.

Entonces tenemos que las funciones del pensamiento se reducen a impresiones, sensaciones y afectos internos...Las ideas pueden ser por asociaciòn, lo que implica la memoria: por semejanza, por contigüidad en el tiempo y por casualidad.

Los universales los define como un algo confuso por su semejanza individual, que la mente asocia y le da un nombre: es decir, que por un proceso de abstracciòn de lo concreto y particular saltamos a lo universal saltando por las circunstancias de tiempo y lugar, y a esa idea forjada por la mente se le da un nombre.

Las sustancias de las cosas no existen, son puras sensaciones, de donde resulta que sustancia y sensaciòn son lo mismo.

La conciencia tampoco existe; es un manojo de impresiones subjetivas engañosas que nos son totalmente desconocidas.

La causalidad como la conciencia tampoco existe: es un fenòmeno psicològico que crea nuestra mente por la relaciòn del antecedente con el consiguiente y lo reputa como cosa; pero esa cosa (causalidad) es pura ficciòn mental. En suma, la identidad personal la reduce a manejo de nervios sensoriales e identifica la conciencia con las sensaciones y el YO se vuelve polvo. No hay responsabilidad, ni libre albedrìo, ni conciencia de su yo consocio, de que el hombre es algo màs que nervios y sensaciones; èstos son medios, no causa, ni fin.

De moral no podemos pensar mejor cosa. La moral es algo experimental regulado por sensaciones de agrado o desagrado sin fundamento racional, es un movimiento de atracciòn o repulsiòn ciego, no responde a un acto sobrenatural movido por un ser personal. Un caballo domado y un hombre educado se mueven por actos ciegos que les lleva por carambola a un fin recto. Esa es la moral de Hume; muy lejos de la evangèlica.

De religiòn tiene un concepto pobrìsimo: no es un impulso volitivo, consiente y sobrenatural que eleva al hombre a otra esfera superior. La religiòn la acepta por el bien que reporta a la sociedad, pero ninguna religiòn positiva es revelada; milagro y culto son rechazados. Solamente se rige por la religiòn racional. El hombre debe evitar toda disputa al respecto y contemporizar con todos para vivir en paz consigo mismo y con la sociedad.

A fin de cuentas, ¿què es lo que nos deja Hume?....para èl todo se reduce a fenòmenos sensoriales que afectan a la psiquis y èsta la reduce a pensamiento, y el YO, la persona, la cociencia de sì mismo, no existen, porque la causalidad es pura ficciòn y el efecto es la misma causa, y todo se vuelve sensaciòn.... pensamiento.... humo....polvo....nada. Anula la persona, el ser responsable, y niega lo sobrenatural porque no se puede experimentar, no puede encerrarse en una probeta de quìmica. Su filosofìa arrastra al escepticismo, al iluminado y al nihilismo flotante en la filosofìa moderna.

17 noviembre, 2008

VOCES DE ALASKA....
















Una de las formas màs reconfortantes de despedir un año cualquiera es entregàndose a alguna reflexiòn que refresque y airee las llamadas preocupaciones existenciales.

A principios de los años treinta, Segundo Llorente, un español, sacerdote y arriba de eso jesuita, tomò la resoluciòn de ir a ejercer su ministerio bien lejos que le exigiera mucha renunciaciòn y aùn màs sacrificio.

Y, como lo pensò lo hizo. Debidamente autorizado por sus superiores fue designado al puesto de misiòn alaskeña de Akulurak donde habìa de sacrificar los años de su plenitud con entereza grande y disposiciòn gozosa.

Los años que pasò en Alaska están recopilados en varios tomos de sus cartas, y obras acerca de Alaska: En el paìs de los eternos hielos...En las lomas del Polo Norte...en la desembocadura del Yukòn...y otras tantas.

El sacrificio muere con el sacrificado. El P. Llorente muriò en España, su tierra natal, y con èl, como es natural, su presencia vital. En algunas bibliotecas quedaràn algunas de sus obras, en otras màs especializadas probablemente la colecciòn completa.

Ningùn ilustre hombre puede pretender que su memoria sea imperecedera por los siglos de los siglos. Los tiempos varìan las generaciones, las aficciones y las modas. Los ilustres y los santos tienen su època, y despuès cenizas y humo.

Como siempre existen admiradores de la inmolaciòn, atravès de todo lo largo de su vida , de este Segundo Llorente, no podemos menos de traer sus cartas y sus obras.

Muy poco se le recuerda ya y aùn menos se le menciona. Actuò motorizado por la fe y la ilusiòn de entrar por la puerta ancha al Reino del Padre....si su fe y su ilusiòn resultan verdadera como puños, estupendo, no desperdiciò su valiosa vida, sino, ya està pago.

Aunque èl no lo sepa, los que lo sabemos con sobrada razòn creemos si puede descansar en Paz. La vida toda es un amasijo, ¡fantàstico amasijo de sueños!....

Tanto el que armado con la espada de la fe y la esperanza que fortalecen y va a sitios inhòspitos y lejanos en la lucha por la realizaciòn de lo que considera la verdad, y asì, todos los tocados por inspiraciòn de un ideal que se someten a los mayores sacrificios para verlos cuajar, cultivan en su jardìn interior una fantasìa marchitable con los años pero que mientras està en lozanìa su aroma sostiene y se animan.

09 noviembre, 2008

J. JACOBO ROUSSEAU (1712-1778).-

"EL ESTADO ES UN MAL, QUE SE CONVIERTE EN NECESARIO CUANDO NACEN LAS DESIGUALDADES ENTRE LOS HOMBRES"
Este filòsofo ginebrino mantiene la idea de que la sociedad corrompe al hombre que es naturalmente buena. ...No hay duda de que el niño en la cuna es naturalmente bueno y tambièn que el medio ambiente contribuye a malear al hombre.....Hay un adagio ruso que dice: "habita con los lobos y te volveràs lobo". Para Rousseau, la sociedad y supersticiones todo lo hace malo. Es preciso destruir esa sociedad y levantar otra donde no haya "ìdolos" (creencias), porque la irracionalidad- producto cultural y social- no es un estado que precisamente se transforme en ilustraciòn, sino que la misma ilustraciòn es la causa del mal y origen de la perversiòn del hombre, el que naturalmente es bueno, en su primitivo estado natural. Esta es, en sìntesis, su doctrina.

Las instituciones humanas amparadas en sus "ìdolos" (tradiciones, creencias, etc.) no sòlo pervierten al hombre, sino que dejan el ambiente viciado. Todo ello es debido a que se obra irracionalmente, y aboga por una sociedad racional en la que el hombre viva libre de creencias y sometido a un poder estatal mìnimo, sin impuestos, sin patentes, fìsico, tan usurero, que despelleja al pueblo.
Los ideales de Rousseau tienden al logro de la democracia directa y la igualdad polìtica; exigen una transformaciòn radical del sistema polìtico y social, y conducen de una manera lògica, a la Revoluciòn.

Parte la teorìa de Rousseau del supuesto de un estado de naturaleza, anterior a la sociedad, en donde vivan los hombres en un plano de igualdad, contentos, satisfechos y bastàndose a sì mismos. La piedad, el propio interès, no la razòn, determinan su conducta. Los males aparecen con el progreso de la civilizaciòn.
La divisiòn del trabajo, como resultado del desarrollo de las artes y la apariciòn de la propiedad privada, crea distinciones entre ricos y pobres que rompen la felicidad natural de los hombres y originan el establecimiento de la sociedad civil.

Segùn Rousseau, cada individuo cede a la comunidad sus derechos naturales; de esta manera se establece una organizaciòn polìtica, con voluntad propia, distinta de los miembros que la integran. Dentro del Estado, cada individuo posee una parte igual e inalienable de la soberanìa, considerada en su totalidad, y recobra, de nuevo, bajo la protecciòn del Estado, los derechos de que se desprendiò primeramente.
De todo ese racionalismo utòpico, con el fermento revolucionario que venìa haciendo en la sociedad su labor de zapa, saliò lo que luego resulto ser la "Revoluciòn Francesa". El asalto a la Bastilla pudo considerarse como un asalto mas, pero el ambiente estaba saturado de ideas volterianas y roussonianas, lo que derivò la revoluciòn a socavar los cimientos de la màs vieja de las instituciones, la monarquìa, carcomido ìdolo medieval, al que siguiò la Iglesia, otro "ìdolo" màs digno de desprecio, entonces tenemos que la fe sustituyò a la diosa "Razòn", con la que se pretendìa instaurar una nueva sociedad, tan nueva como la que los "bàrbaros instauraron a su entrada a Roma.

Este nuevo sistema social tiene su entronque en Locke con su democracia liberal y en Rousseau con su individualismo, esto es, separado de la sociedad; lo que no se entiende si la sociedad es precisamente un compuesto de individuos. Supone mas que nada la anulaciòn de las instituciones polìticas y sociales de los pueblos hasta entonces vigentes.

La razòn es porque al tenor de la mente de Rousseau es una sociedad històrica plagada de vicios y causa de perversiòn, y al tener de Locke porque toda idea religiosa y moral es producto mental y no puede imponerse en la sociedad por ser todo ficciòn.

Su objeto es destruir las instituciones històricas intermediarias con el Estado , a fin de que el individuo se entienda directo con el Estado, con eso el estado le librra de corromperse, como si el Estado fuera un sanctasactòrum de virtud.

Desgranando estas teorìas, Rousseau afirma que el hombre es bueno de naturaleza y culpa a la sociedad de su corrupciòn. Asienta un principio falso. Si consideramos al hombre ontològicamente en la cuna, naturalmente que es bueno; la inocencia rebosa su faz y màs parece àngel sin alas que hombre. Pero si se le considera despuès que la conciencia se desvanece diluida por la luz de la razòn, esa inocente bondad sufre los vaivenes del oleaje pasional, que la razòn debe poner a raya- cual timòn en la nave, a fin de que èsta no zozobre y se anegue.

Rousseau niega el drama del Paraìso o lo desconoce, donde Adàn perdiò la inocencia- reflejada en el niño dormido en la cuna-, pero al despertar del sueño en la edad madura, las furias desatadas del Averno le zarandearàn de un punto a otro, y en esa crisis moral el hombre envuelto, ha de echar mano de la razòn unida a la fè, para salir del aprieto y triundar, haciendo buen uso del libre albedrìo y la libertad.

Es en esa circunstancia donde se debe estudiar su Yo, cuando el horizonte se despeja y aparece la realidad, y echa de ver el bien de un lado y el mal del otro, y libremente y consciente elige el vicio o la virtud. No es la sociedad mala en sì, como lo plantea Rousseau, porque la sociedad no es una entidad aislada del individuo, està formada por èstos. La sociedad es un algo abstracto, pero es formada por el ser humano concreto; si èste es vicioso y corrompido, la sociedad serà corrompida; eso no tiene vuelta de hoja. En una sociedad de bandoleros, cada uno es bandolero, que en conjunto nos da una sociedad dedicada al pillaje.

A la inversa, una sociedad religiosa compuesta de individuos personalmente virtuosos, esa sociedad o comunidad no serà corrompida, mientras los que la componen no se corrompan.

Por consiguiente, la sociedad en sì ni es mala ni buena; depende de la levadura de los individuos que la componen, como en el pan: que la hogaza serà buena si la levadura lo es. Ciertamente que el medio ambiente contribuye al mal o al bien del individuo, segùn lo que le rodee y taras hereditarias; esos problemas tan profundos la razòn no alcanza a resolverlos; segùn Rosseau es la fe que descorre el velo del misterio que encierra al hombre, pero cuando se carece de ella el problema queda insoluble. El racionalista se empeña en resolverlo a espaldas de la revelaciòn y de la fe, y queda incompleto porque empieza por barrer todo lo sobrenatural y acaba con la tradiciòn, y arrasa con lo que Rousseau llama ìdolos o mitos que inventa el hombre, tanto en religiòn como polìtica asì como el culto a la personalidad.

Al rechazar Rousseau toda tradiciòn y todo contenido sobrenatural, por reducir al hombre al estado primitivo de inocencia paradisìaca, perdida por Adàn, sin tener en cuenta las pasiones que surgieron tras la caìda y todo el drama humano que siguiò a su despido del Edèn. A todo este misterio llama mitos.

Rousseau rompe la teoria de los idolos. ¿A que ìdolos se refiere, a los invetados por el hombre en su provecho y la misma Iglesia ha inventado en su provecho bajo el aspecto humano, que tanto la perjudica. Porque la Iglesia es bifronte y en cuanto a su jerarqùia, como humana al fin caben abusos y corruptelas, pero cuanto a su Cuerpos Mìstico, no: pero sufre los desvarìos de la primera.

El liberalismo polìtico de Locke...el infatilismo individual de Rousseau...todo revuelto en sucesivas manifestaciones de autonomìa, libertad y racionalismo matemàtico, con ausencia total de los valores morales y olvido de lo sobrenatural y ateìsmo; es el molde que nos legò el Siglo XVIII, sì ese mismo el de la luces, que han despedido màs humo que claridad, por los odios desatados en la sociedad, odios de clases con el objeto de formar una sola clase. ....como si la naturalez no nos mostrara una jerarquìa de valores, un escalafòn de perfecciones: unos, inteligentes...otros necios....unos trabajadores...otros haraganes...unos viciosos...otros sin vicios.

Ahì no se puede llegar a ser iguales, en el amor entre los hombres sin envidias ni rencores, eso sì. Ademàs de que es una utopìa perseguir un sistema de gobierno universal para todos los pueblos y naciones; el mismo Rousseau lo confiesa diciendo que toda forma de gobierno no es apropiada a todo pueblo ni paìs...
Su doctrina de la formaciòn de la voluntad general, como resultado de la cesiòn de los derechos naturales de cada individuo, termina en una concepciòn de la soberanìa del pueblo, tan absoluta como el Leviathan de Hobbes.

29 octubre, 2008

VOLTAIRE....



Voltaire sufriò persecuciones por sus ideas liberales que se acabò. Su pensamiento es puramente racionalista; tiene gran fe en el triundo de la razòn. En religiòn, -segùn algunos- fue deìsta pero en la pràctica fue un perfecto ateo. En polìtica vislumbrò la monarquìa constitucional que vino a imponerse despuès sobre la absoluta.

Como no era posible vencer a instituciones arcaicas que carecían de sentido comùn y de razòn y les sobraba despotismo, a la fuerza opuso la sonrisa sarcàstica; al dogma....la ironìa; a la ingnorancia....la verdad y a despotismo...el desprecio. Se ve acosado por dos fuerzas internas que le zarandean de un lado para otro: por un lado es optimista y lucha contra el mal, el oscurantismo...los prejuicios y contra la abundante paja fraseològica de la historia que oculta la verdad. Por otro, desespera ante la estupidez humana. Tanto Voltaire como Rousseau luchan contra el "iluminismo" disfrazado de materialismo y rechazan todo lo superficial, su objetivo es buscar ideas claras....

Voltaire entiende, contra Roussseau, que el hombre antes de ser bueno es entupido, y que dicha estupidez acarrea muchos males, y la ilustraciòn y cultura podràn barrer con la ignorancia y estupidez....La historia manifiesta la constancia del mal en la Tierra. El maniqueìsmo del que es portador no es el maniqueísmo tradicional, no es el de ser el hombre espectador desinteresado en el cosmos, sino en su lucha con la "sinrazòn humana" para desvanecer las sombras y la ignorancia.

En el secreto fondo de Voltaire aletea la ilusiòn de una lucha universal entre el fanatismo de la verdad y el fanatismo de la mentira, entre la razòn reveladora de la luz y la razòn justificadora de las tinieblas. No obstante la calidad de sus pensamientos, no hay en Voltaire un sistema filosófico, sino actitudes o posturas donde sus ideas quedan centradas. Esto no es impedimento para ver en Voltaire un contribuyente al trabajo filosòfico de la època.

El ideal màximo de Voltaire fue proponerse a destruir la religiòn catòlica, pues decìa: ..."Me fastidia oir una y otra vez que doce hombres fueron suficientes para propagar el Cristianismo; yo demostrarè que un solo hombre basta para destruirlo"...En sus cartas, cuantas se referìa a la Iglesia, decìa: "La infame". Lo cual no es de extrañar porque en un ambiente tan saturado de incredulidad no podìa esperarse otra cosa de Voltaire, cìnico, a quien nunca le preocupò la conciencia, si es que la tuviera...Tratò de halagar a la sociedad que le rodeaba, descreída como èl, y con su estilo elegante, càustico y de agudo ingenio, hacìa gala de su ateìsmo y se mofaba de la religiòn.

Su popularidad se debiò màs a eso, a haber caído como pez en su agua, es decir, al ambiente màs que a una labor filosófica constructiva...Su labor fue negativa, ya que su chispeante ingenio lo aplicò a zurcir ingeniosos aforismos contra la moral, la religiòn y contra todo lo sobrenatural, volcando sus odios en especial contra la Iglesia y la Compañìa de Jesùs, que se enfrentò a sus osadìas y sandeces.

En resumen, la moderna incredulidad, la apostasía, el indiferentismo religioso, moral perniquebrada, la subversión a toda autoridad, la tendencia al automatismo y hedonismo, la aversión a todo lo sobrenatural, arrancan de la filosofía del "siglo de las luces", del siglo XVIII oasadas al XIX, y cuyas consecuencias hoy sufrimos y palpamos, pues su luz no alcanza a la nariz y nos deja a oscuras en los misterios que encierra el mundo, el hombre y Dios.



25 octubre, 2008

"LA FILOSOFIA ES LA DISCIPLINA POR EXCELENCIA DE LA CRISIS.....

Alejandro Arvelo
CONCEPTO
Ibeth Guzmán - 10/25/2008

ALEJANDRO ARVELO CONSIDERA QUE VIVIMOS UNA ÉPOCA DE RENACER FILOSÓFICO

Alejandro Arvelo, además de su labor intelectual, es director general de la Feria Internacional del Libro.
SANTO DOMINGO.-
Alejandro Arvelo está considerado como uno de los principales expositores de la filosofía en el país. Posee una licenciatura en Filosofía y otra en Derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), así como un postgrado de la Universidad Complutense de Madrid. En esta entrevista nos acercamos a su pensamiento y su visión del presente.

¿Cómo evalúa la situación que está atravesando la filosofía en estos momentos?Alejandro Arvelo. En la actualidad, diríase que vivimos una época de florecimiento del quehacer filosófico, así en el plano nacional como en el internacional. Los asuntos, las publicaciones, las escuelas, los grupos de discusión y los filósofos del presente son mayores en número y mejores desde el punto de vista cualitativo que en épocas pasadas.

En lo que respecta al quehacer filosófico dominicano, con la generación ochenta y las sucesivas promociones de los noventa y principios de la presente centuria, se ha alcanzado tal nivel de depuración, rigor y riqueza que este momento, visto en su conjunto, difícilmente encuentra otro que lo supere o lo equipare en el pasado.

Desde siempre tuvimos grandes filósofos y pensadores, sin lugar a dudas, pero nunca en semejante proporción. Buen ejemplo de ello lo ofrecen los casos, en época reciente, de Lusitania Martínez, Luis Brea, Mario Bonetti, Rosa Elena Pérez, Jacinto Gimbernard, Federico Henríquez Gratereaux, Manuel Núñez, José Ulises Rutinel Domínguez, León David, Jesús Tellerías, Miguel Pimentel y Nolberto Soto.

A esta hornada habría agregar, moviéndonos siempre en los linderos del siglo veinte y sin pretensiones de ser exhaustivos, los nombres de Pablo Iñiguez, John Saunders, Angeolo Sánchez-Bethancourt, Armando Cordero, Carlos Benavides (E. C. Alben), Antonio Fernández Spencer, Pedro Troncoso Sánchez, Fabio Mota, Andrés Avelino, Fabio Mota, Osvaldo García de la Concha y Juan Francisco Sánchez.

Ahora bien, su pregunta, Guzmán, deja sugerida una cierta connotación de crisis o encrucijada de tipo genérico. En efecto, Usted no se refiere a la República Dominicana sino a la situación del pensamiento filosófico en sentido general. Le diré, para empezar, que la Filosofía es la disciplina por excelencia de las crisis.

Diríase que casi siempre encuentra sus mejores alientos en los momentos en que se tambalean los cimientos de un orden social o de un paradigma antropológico. En ese sentido, la época actual constituye un estímulo de primer orden para reflexión filosófica.
Basta con volver la vista en torno para advertir que muchos de los ejes que constituyeron el horizonte vital de la humanidad de hace cincuenta años, y aun veinticinco, hoy se hayan en franco proceso de cuestionamiento. Campea el descreimiento, pulula la falta de fe. No parece haber reglas fijas ni signos que orienten, con la serena inexorabilidad de la estrella de Belén, el porvenir de la especie. Ningún sistema se nos aparece eterno ni de perfecciones colmado, ni libre de cataclismos.

Vivimos, pues, una época propicia a esta forma de conocer la realidad. La Filosofía se alimenta de las crisis, en el sentido de que su papel es, en primer término, no asumir como dado o establecido de una vez y para siempre ningún principio, ningún estadio, ninguna situación, ninguna verdad.
De manera, pues, que cuanto mayor es el nivel de cuestionamiento, vale decir: de crisis de esquemas y horizontes, mayores son las posibilidades de que la Lechuza de Minerva alce el vuelo con la gracia y la gallardía que les son características. La transvaloración es el contexto apropiado al florecimiento del espíritu filosófico.

¿Puede decirse que en nuestro país tenemos alguna corriente filosófica que nos identifique?
Otra de las notas características de la Filosofía es su multilateralidad. No hay acuerdo en este área del saber humano, ni siquiera en cuanto a su definición ni a su método de apropiación de su objeto de estudio. El elemento unitivo en el quehacer filosófico proviene, antes bien, de su forma o estructura lógica. Vale decir, del conjunto de exigencias formales que les son propias, cual es el caso de su carácter general, crítico y conceptual.

El rigor es un requisito indispensable para filosofar. Pero no lo es menos la capacidad de asombro. Pero lo uno y lo otro devienen estériles si no están mediados por la apropiación de pasado filosófico, aunque ello no constituya más que material primario para quien decide dedicarse en plenitud a filosofar.

La Filosofía no está hecha. Es un saber en gerundio -como suele decir Don Federico Henríquez Gratereaux-. Por eso es siempre preferible hablar de quehacer filosófico, antes que de Filosofía, pues más que un ser, es un quehacer. Algo que cada quien tiene que hacer por su cuenta y riesgo.
Claro que si no se tiene dominio del pasado filosófico se pueden repetir errores, ser presa de falsos problemas o permanecer en patrones de enfoque que bien pudieran no ser los mejores. Dominio del pasado filosófico y de los recursos que la Lógica, e la Retórica, ponen a nuestro servicio, son elementos indispensables en el equipaje de todo aprendiz de filósofo.

Pero, aparte de ello, el quehacer filosófico no es más que un conglomerado de escuelas y puntos de vista. Cuenta Boshenski que, en los años cuarenta, participó en una reunión de filósofos, en Francia, entre los cuales no se alcanzó acuerdo alguno acerca de cuál sería la forma mejor de definir la Filosofía.

Hace aproximadamente dos décadas Urmson dio a la estampa un volumen en el que recoge el punto de vista de veintitrés filósofos contemporáneos que aceptaron dar su opinión acerca de qué cosa es la Filosofía. Ninguno estuvo de acuerdo, aun cuando se trata de una cuestión aparente elemental. Imagínese Usted, qué pasa cuando vacamos hacia asuntos tales como qué es el bien, el hombre, la justicia, la belleza o cuál es el porvenir que nos aguarda en cuanto humanos o como dominicanos. De modo, pues, que mal podría existir alguna tendencia filosófica característica del quehacer filosófico dominicano de los tiempos que corren.
Fuente: Listìn Diario



24 octubre, 2008

EL UTILITARISMO: LA LIBERTAD DEL ESTADO Y LA LIBERTAD DE LOS INDIVIDUOS...

Juan Stuart Mill

El hombre màs significativo en la vida intelectual del siglo 19 fue Juan Stuart Mill, predominan sus ideas hasta que aparecen las doctrinas de Spencer y Darwin, proporcionando a la filosofìa polìtica un fundamento biològico.

Concediò mucho importancia tanto a las emociones, como a la inteligencia, y se alejò algo de los principios rìgidos y estrechos del Utilitarismo, perdiendo la confianza en las reformas democràticas. Para Ventham y James Mill existe una correlaciòn o identidad entre todos los aspectos de la felicidad; los placeres de la vida difieren, solamente, en cualidad. Pero Juan Stuart Mill señala una gradaciòn de placeres, unos màs altos y otros màs bajos. Segùn èl, "vale màs ser un Sòcrates descontento, que un necio satisfecho". Mill se manifiesta opuesto a la idea egoista que concentra todos los esfuerzos del individuo, de una manera deliberada, a la conquista de su exclusiva felicidad; y dice que quien persigue directamente su bienestar propio, puede fracasar en tal empeño. Con mayor claridad que sus precursores, señala el caràcter social de la moralidad, y considera a la justicia y al altruismo como sus principales fundamentos. Mill, por consiguiente, insiste en la recomendaciòn de que cada individuo se preocupe de producir con sus actos el bienestar general. El fin del gobierno radica en el bienestar social, en la supremacia de la virtud y el imperio de la inteligencia descansa la prueba de su propio èxito.

Con respecto al problema de la naturaleza y mètodo de las ciencias sociales, se nota en Mill la influencia profunda de los positivistas franceses, especialmente de la filosofìa de la historia que sustenta Augusto Comte, y del interès que se desarrolla en torno de la apariciòn de una ciencia de la sociedad. No obstante, Mill se interesa màs por el individuo, y, en general menos por la sociedad que aquel escritor. Señala la complejidad de los fenòmenos sociales y los errores de razonamiento en que caen con frecuencia los polìticos.

Abogò, con todo entusiasmo, por la emancipacion de las mujeres y fuè el primero que llevò su causa al parlamento. Segùn Mill, si se dieran a las mujeres las mismas facilidades en la vida que a los hombres, se producirian resultados beneficiosos para su destino, porque sòlo la libertad puede engendrar la felicidad, y, tambièn, para la comunidad en general, porque la sociedad se enriquecerìa con obras que resultaran de la cooperaciòn de las mujeres.

Con respecto a las clases trabajadoras, Mill defiende la necesidad de su educaciòn y la posesión de un mayor grado de independencia. Posteriormente, admite las trade-unions y la cooperaciòn voluntaria entre el capital y el trabajo. Admite, igualmente, la propiedad privada, pero solicita determinadas reformas que mitiguen sus desigualdades, sobre todo las que se derivan de la propiedad de la tierra. Al mismo tiempo, Mill desconfìa de la intervenciòn de los gobiernos en las cuestiones econòmicas. Cree que el control del Estado debe reducirse a lìmites estrictos, y que solamente debe intervenir cuando lo exijan los intereses generales de la comunidad. En sus ùltimos años, sin embargo, la confianza en las reformas y en el mejoramiento económico le llevan a la concepción socialista fundada en "propiedad comùn de las primeras materias del globo y en la participaciòn idèntica de los individuos en los beneficios del trabajo.

Se opuso a la educaciòn del Estado por considerar que constituía "un medio para modelar a los hombres, en el mismo patrón, haciéndoles exactamente iguales los unos a los otros"....

A pesar de la estrechez y caràcter materialista de su ètica y del formalismo y abstracciòn de su concepciòn de la soberanìa y de la ley, que induce a los escritores posteriores a buscar la existencia de un soberano polìtico dentro del soberano legal de Austin, las teorias del Utilitarismo encierran una verdadera importancia tanto en el campo de la polìtica pràctica, como en el aspecto de la filosofìa polìtica. Bajo su influencia nacieron muchas de las reformas màs importantes del siglo 19. La sencillez y precisiòn de su nomenclatura polìtica y el interès que demuestra esta escuela por las realidades concretas de la vida pùblica, ofrecen un marcado contraste con las generalizaciones vagas de la filosofía de los derechos naturales y los conceptos metafìsicos de los idealistas..



20 octubre, 2008

EL POSITIVISMO.....

Augusto Comte desde temprana edad diò cuenta de su talento especulativo y pràctico. Su obsesiòn fuè la de construir una nueva sociedad teòrico-pràctica, polìtico-religiosa, pero que de religiosa no tenìa nada, ya que la sociedad positiva fundada por èl le nombrò Gran Sacerdote de la misma.

El positivismo surgiò del exceso del espiritualismo frances, por un lado, y del idealismo alemàn, por otro, viniendo a parar a los hechos, a los que se palpa, que es lo que positivamente determina la verdad, basado en la experiencia. Pero si bien es cierto que el espiritualismo exagerado y el idealismo alemàn perdieron contacto con la realidad, y por lo mismo con la verdad, el positivismo al exagerar su postura y rechazar todo lo abstracto y metàfìsico tambièn cometiò otro error, pues no toda verdad pasa por el filtro experimental.

Y es bueno advertir que el positivismo no es materialismo. El positivismo, aunque se alimenta del empirismo baconiano y tiene su entronque en la experiencia, no rechaza la religiòn. Religiòn a su manera, no religiòn sobrenatural, no puede serlo, pues va en contra de sus principios. Es una religiòn sui generis: sin dogmas, sin sacramentos, sin sacerdocio; una religiòn natural. algo asi como decir que que no acepta al hombre, pero admite su esqueleto. El positivismo niega toda religiòn positiva y sobrenatural, y siendo "positivismo", niega la religiòn positiva: paradòjico.

Por ùltimo, el positivismo manifiesta ser enemigo de todo sistema y cae en un naturalismo simplòn, reduce la filosofìa a ciencia. Para èl solamente tienen valor las ciencias naturales: la astronomìa, la fìsica, la biologìa, la historia natural (sobre todo Blanca Nieves y sus siete enanitos), la quìmica, y màs aùn, la quìmica culinaria..., una mesa bien surtida es para el positivista un placer.

Los tres estados socilògicos: supone que la humanidad pasa por tres etapas sucesivas: la sociedad tiene una fuerza dinàmica que la empuja a evolucionar y la saca del primitivo estado estancado al dinàmico, pero que en la evoluciòn sufrida perdiò su inclinaciòn natural altruista (Rousseau) vivre por autrui (vivir para otro), y lo ha cambiado por el de "vivir para sì" con sentido egoista. El primitivo estado social era militar o de dominio; pasò luego al jurìdico-metafìsico, sin mayor provecho para la sociedad, y, por ùltimo, el tercero, el industrial cientìfico, el realmente pràctico, ùtil y positivo.

En la primera etapa con caràcter teològico la sociedad navega en la ignorancia, y los fenòmenos naturales los adjudica a los dioses, y tenemos el fetichismo; en la seguna es filosòfica, y la razòn sustituye a la religiòn (que confunde con sùpersticiòn), y echa de ver que muchos fenòmenos o "misterios" no son tales misterios, sino leyes naturales, nada de seres ocultos o demiurgos, y del politeìsmo venimos al monoteìsmo, pero tambièn èste va perdiendo su caràcter divino, para darnos un principio metafìsico sin Dios, un ateìsmo embozado en la humanidad divinizada. Es decir, que por la razòn muchos llamados misterios quedan despejados, por la evoluciòn del progreso racionalista llega a ver en esos oscuros principios metafìsicos algo irreal, que no le llena. Basta con el conocimiento cientìfico para descorrer los "misterios", basados en la observaciòn de los hechos.

Este tercer estado racional o positivo es el "definitivo" de la humanidad, y los misterios se aclaran mediante la razòn, como el sol diluye la neblina, y el misterio se convierte en un simple problema. Ya no tenemos misterios, la razòn los destruyò, pero en su lugar tenemos problemas, màs ocuros a veces que los misterios, porque muchos quedan sin resolver. Desconoce Comte que hay dos clases de "misteriors"; los naturales y los sobrenaturales; los naturales, una vez descubiertos, se llaman ciencia, y a los sobrenaturales, se dice dogma.

Origèn del conocimiento: Para Comte està en la experiencia nada de especulaciones metafìsicas, pues lo ùnico esencial y el objetivo exclusivo de la ciencia es lo positivo, lo pràctico. Pero en el campo ideològico del conocimiento aparecen no sòlo un conglomerado de concepciones filosòficas propias de la ciencia, sino una gama de conocimientos variadìsimos dignos de estudio; descubrimos en la ideologìa del movimiento dialèctico una entera interpretaciòn del saber filosòfico y su misiòn hacia una integral filosofìa.

En Comte la concepciòn dialèctica se estanca en la observaciòn de los hechos, y no alza el suelo a nuevas concepciones, que, no por carecer de sentido pràctico dejan de interesar al intelecto humano. "La concepciòn dialèctica- dice Carlos Parìs- reduciendo el campo del saber sistemàtico a la matemàtica y a la ciencia natural, ha limitado a èstas el campo de la investigaciòn, que, no obstante, debe ser extendido al reino del saber filosòfico"

En el saber filosòfico hay que formular dos planteamientos conceptuales; uno, el que parte de la contemplacòn del cosmos y las cosas que nos rodean, que podrìamos identificarlo quoad nos- en cuanto a nosotros- y, otro, quoad se- en cuanto al que se nos incita a la averiguaciòn de su esencia, hacia la cual se dirige la ciencia-, son dos conceptos que se complementan. La diferencia- sin que la una estorbe a la otra- salta a la vista. El conocer cientìfico opera atenido a lo real, tanto en el origen como en la meta, y el conocimiento ideal es trascendente, pero en su carrera ascendente al reino del espìritu se basa en la racionalidad creada por este mismo. Por eso, la razòn humana rebota en la irracional contingencia de los seres que toma como trampolìn, para saltar en la bùsqueda del ser necesario, meta final del conocimiento humano, meta lògica que nos lleva a la divinidad.

"Hay- al decir de Carlos Parìs- en el conocimiento humano una entrañable aspiraciòn hacia la visiòn hontonal y unitaria del misterioso y plural mundo que nos rodea, ascendiendo desde el ocaso en que nuestros ojos carnales lo contemplan hacia su resurgir matutino en la divinidad creadora" Muy cierto: el hombre no es animal que solamente piensa; cree y espera....

18 octubre, 2008

EL PRAGMATISMO....

William James (1842-1910)
Willian James publicò algunas lecciones dadas en Bostón con el tìtulo de pragmatismo, es decir, antiguos caminos del pensamiento, que se tradujeron a varios idiomas. De ahì data se extendiera por toda Europa con innumerables comentarios que despertò dicha filosofìa. Esa misma teorìa fue aplicada por el mismo autor a los problemas RELIGIOSOS.

El Pragmatismo, se califica a la filosofía que se basa exclusivamente en hechos, y de verdad queda reducida al bien, a lo ùtil y pràctico; pero consiguiente, los valores lo son en cuanto reportan utilidad. Y al igual que Sòcrates reducìa la virtud a la ciencia, el pragmatismo convierte la verdad en utilidad, y hasta el arte coge fuego si no reporta cuentas bancarias. Las verdades abstractas son pura ilusiòn, siguiento a Nietzsche en ese desfiladero.

Para èl la vida toda tiene sentido pràctico y no hay otro problema que el de entregarse golosamente al azucarado racimo de la vida y vivirla lo màs còmodamente posible. El verdadero conocimiento para èl no es màs que una transvasaciòn de la ciencia en utilidad pràctica, como si la vida humana fuese puramente vegetativa. Por eso la filosofía, la religiòn y moral aceptan en aquello que pueda redundar al bien y utilidad de las persona; todo lo que es de utilidad y provecho es verdadero. Por tanto, la ciencia es verdadera por la utilidad que reporta; tambièn acepta la religiòn por la paz que proporciona. De ahì que el mundo trascendente no sea imaginario, sino real, puesto que produce efectos reales en nuestro ser.

Llevado de esta lògica entiende que Dios existe por los efectos singulares que las almas experimentan, por las conversiones a una vida de perfecciòn que la historia testifica, y esos efectos no tienen otra causa que Dios. Sin embargo, ese Dios- en su concepto- no es infinito, porque no se compadece de la existencia del mal en el mundo con un Dios infinitamente perfecto. Resultado: que culpa a Dios de la imperfección reinante. Pero entonces el libre albedrío del hombre, ¿donde me lo deja?...Si Dios es el "culpante", que dice el cibaeño, la responsabilidad recae en Dios. ¡Absurdo!....

Entiende, asì mismo, que los conceptos filosòficos, teolìgicos y dogmas son formas simbòlicas que inducen a la reflexiòn, pero no arrastran a la verdad...."La verdera religiòn. dice- se halla en relaciòn a su utilidad pràctica en orden a la vida de los individuos y de la humanidad; pero no puede concederse (desde el punto de vista cientìfico) un valor rigurosamente universal y absoluto"...

A W. James le preocupaba el comportamiento del individuo con relaciòn a la sociedad y su vinculaciòn a la familia. Anhela pasar la vida lo màs felizmente posible, y el buen comportamiento se lo proporciona; de ahì los consejos pràcticos que de sus obras se han entresacado, formando gavillas de pensamiento ùtiles y pràcticos: "el trabajo vigoriza"; "modelemos nuestro propio caràcter"; "hagamos algo difìcil cada dìa"; "el quehacer filosòfico denota el temperamento individual". Son màximas en las que no se percibe una chispa de espiritualidad, porque su filosofìa tiende a una religiòn natural; nada màs.

Filosofìa barata, por cierto, pues confunde la utilidad con la verdad; sòlo es verdadero lo que es ùtil. Pero en la vida hay otros valores que sin reportar utilidad pràctica e inmediata recrean el espìritu y son un sedante confortador. En ese caso, los museos de pintura y arte estàn demàs, porque, a fin de cuentas, contemplar un cuadro o escuchar un poema maravilloso no tiene nada de pràctico, y, sin embargo, fascinan; no solo de pan vive el hombre, dice la Escritura.

En fin: que el pragmatismo es una filosofìa que busca sòlo la verdad, reducida a la utilidad, pero hallamos en ese sistema otra verdad, y es su falsedad tambièn, porque deja truncado lo mas noble del hombre, el espìrtu, y sòlo estudia la materia; pero el hombre es un compuesto dual maravilloso de materia y espìritu, y lo pràctico es atender a los dos en su debida proporciòn, porque tan perjudicial es el espiritualista exajerado como el materialista cerrado y brutal.



09 octubre, 2008

EL FRANCES JEAN-MARIE LE CLÈZIO, NOBEL DE LITERATURA...


La Academia Sueca premia la aventura poética del novelista, decimocuarto escritor galo que recibe el galardón
AGENCIAS / ELPAÍS.com - París / Estocolmo / Madrid - 09/10/2008

"El escritor de la ruptura, de la aventura poética y de la sensualidad extasiada, investigador de una humanidad fuera y debajo de la civilización reinante", así califica la Academia Sueca la obra del nuevo premio Nobel de Literatura, el francés Jean-Marie Le Clézio (Niza, 1940). En 45 años de oficio, Le Clézio, un gran viajero fascinado por los mundos primarios, ha escrito una cincuentena de libros cargados de una gran humanidad, señalan los medios franceses. "Como todos los premios literarios, [el Nobel] significa ganar tiempo, resurgir, tener más ganas de escribir", ha declarado en la radio France Inter Le Clézio antes saberse premiado.
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El autor considera que el galardón es "una respuesta" y señala que "escribe para ser leído y ser respondido". Le Clézio sonríe cuando se le insinúa que este premio le inscribirá con mayor presencia en la historia de la Literatura: "Todo eso es relativo, no hagamos de esto algo demasiado grande".

En cuanto a su hipotético discurso de aceptación del premio, Le Clézio asegura que le gustaría que versara sobre las dificultades que tienen los jóvenes para que les publiquen, o las que tiene un autor que escribe en lengua criolla para traducir su pensamiento al francés y encontrar un editor fuera de su isla. "Por qué todo es tan difícil cuando uno vive lejos de un país grande, de un país con dinero", se preguntaba el Nobel minutos antes de saber que iba a ser premiado.

Vea aquí la entrevista completa a Le Clézio (en francés)

"Esta bien escribir novelas, porque cambias de personalidad, te conviertes en otra persona. Es delicioso cambiar de personalidad totalmente; meterse en la piel de alguien de otra época, de otro sexo e identificarse completamente con esa persona", añade el escritor al hilo de su nueva novela Ritournelle de la faim, (El estribillo del hambre) que se publica estos días en Francia.

Carrera fulgurante
El flamante Nobel recibió mucha atención con su primera novela Le procès verbal, (El atestado, 1964). Por ella, con tan sólo 23 años, recibió el prestigioso premio Renaudot, una obra que definía su literatura existencialista, próxima a Georges Perec y Michel Butor, admirativa de Michel Foucault y Gilles Deleuze. Le Clézio se conjuró para intentar elevar las palabras "por encima del degenerado estado del discurso cotidiano" y restaurar el poder de éstas para invocar una realidad esencial, señala la Academia Sueca.

Su novela de debut fue la primera de una serie de descripciones de los tiempos crisis, que se incluyen en la colección de relatos La fiebre (1965) y El diluvio (1966), en las que señala los conflictos y el miedo reinantes en las principales ciudades occidentales.
Incluso en esta primera etapa, Le Clézio destacó como un autor comprometido con la ecología, una orientación que se acentuó con obras como Terra amata (1967) y El libro de las huídas (1969).

Espaldarazo definitivo
En 1980 recibe un nuevo espaldarazo al recibir el premio de la Academia Francesa por Désert (Desierto), un evocador relato del contraste entre la grandiosidad de las culturas perdidas del norte de África y la mirada de los inmigrantes indeseados en Europa. La proximidad con el norte de África le viene de su esposa Jemia, de origen marroquí, con la que contrajo matrimonio en 1975.

A partir de ese momento, Le Clézio comienza a centrar su obra en el universo amerindio, una cultura en la que profundiza a partir de la traducción de obras como Las profecías de Chilam Balam o El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido. La temática de sus obras cambia, se centra en viajes y en mundos desconocidos y comienza a tener un gran éxito de ventas. En 1994 una encuesta le señala como el mejor escritor francés vivo.

Con Le Clézio son ya 14 los escritores de nacionalidad francesa que obtienen el más alto galardón de las letras. Su nombre no estaba en las quinielas de los favoritos para el Nobel. A sus 68 años, el escritor recibirá un cheque de 10 millones de coronas suecas (1,02 millones de euros), el 10 de diciembre en Estocolmo.

ENTREVISTA A JEAN-MARIE LE CLÈZIO

JMG Le Clezio - Nobel de littérature
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