26 noviembre, 2008

LA EXISTENCIA DE DIOS....

Contrario a lo que muchas personas creen, Kant no niega la existencia de Dios, pero sostiene que no se puede probar por la razòn. Su prueba la asienta en la ciencia fìsico-matemàtica y en la conciencia moral. El grito de la conciencia, que es un hecho, no lo puede eludir, y ese hecho se eleva a Dios.

El argumento de San Anselmo, fundado en la idea de un ser perfectìsimo que uno puede imaginar, pues de otra manera la idea no fluiría, al decir del Santo, Kant la rechaza de plano, pues afirma que para que algo exista no basta tener idea de ello, sino que es preciso sentir percepciòn tangible de algo, es asì que la percepciòn sensible de Dios no la sentimos, el argumento de San Anselmo lo rechaza por ser un argumento màs bien lògico que ontòlogico.

En cuanto al argumento cosmològico de que por una serie de causas se llega a una causa incausada, tampoco le satisface. Santo Tomàs, en cambio, lo acepta. Kant rechaza dicho argumento de causalidad, por la sencilla razòn de que no encuentra el porquè se haya de suspender el proceso ascendente de que una causa trae otra, y asì sucesivamente, y de momento el proceso cesa. Entiende que no deberìa cesar.

En cuanto al argumento de la prueba de Dios fisico-teològico, que consiste en el ùltimo fin que nosotros hacemos para la descripciòn de la realidad metafìsica, tampoco le llena. "No podemos- dice-, sin salirnos de los lìmites de la experiencia, sacar esa adecuaciòn a un fin, conclusiones referentes al creador de esas formas. La metafìsica es imposible como conocimiento cientìfico". Como conocimiento cientìfico nada màs. Ciertamente, pero es que Kant funde las dos corrientes: cartesiana y empirista. El racionalismo parte de ideas necesarias existentes por sì en el pensamiento humano, y de ahì el salto a la realidad universal.

El empirismo inglès rechaza esas ideas y parte del anàlisis de la mente subjetiva y todo lo reduce a fenòmenos donde la idea universal y la realidad exterior desaparecen. Kant no parte ni de las ideas en sì ni de la mente subjetiva, sino de la existencia objetiva de la ciencia, elaborada por la mente, pero dotada de innegable validez universal. En suma: Kant rechaza la metafìsica y por eso rechaza el argumento fisicoteòlogico.

Pero si ninguna de esas vìas le llevan a Dios, Kant lo encuentra en la libertad, en la inmortalidad del alma y en la conciencia moral. En efecto, en la conciencia moral la libertad obra desahogadamente en toda su amplitud; no està sujeta a causas y efectos, es un modo de actuar puro, puès no depende del conocimiento de los fenòmenos, no es un mundo de objetos a conocer donde los fenòmenos se sucedan y son base de la ciencia; en la conciencia no tiene cabida el tiempo ni el espacio. En decir, que en lugar del objeto a conocer se sitúa el Yo conscio con doble funciòn: en cuanto conoce se pone a sì mismo como sujeto cognoscente (conciencia moral), y en cuanto desarrolla una actividad estimativa y valorativa (objeto a conocer), hace referencia a sì mismo, no tanto como sujeto cognoscente cuanto como sujeto agente, y en relaciòn con los demàs hombres, en el mismo plano de acciòn.

Pero en este punto Kant se contradice, porque la conciencia moral kantiana carece de horizonte, se halla enclaustrada en la ley por la ley, y ahora se los abre. La conciencia tiene un horizonte vastìsimo, y nos descubre panoramas de amplias perspectivas, en que las almas se mueven por fuerzas morales y el sujeto cognoscente tiene poco que ver, por ser un agente que intuitivamente valoriza los actos humanos...."Conciencia es el conocimiento intimo del ser, por el ser mismo". Esto es: que el conocimeinto ìntimo de la conciencia se abre a otros espacios no encajonados en la ley, y vuela al mundo inteligible, donde intuitivamente percibe valores en los actos humanos que estàn por encima de toda ley positiva.




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