17 febrero, 2010

LA HONESTIDAD COMO LEGADO ORWELL....

Literatura

Por: Guillermo Altares16/02/2010




¿Por qué Orwell permanece? se preguntaba este domingo un artículo del suplemento de libros The New York Times. Es cierto que pocos escritores han tenido una huella tan profunda en nuestro tiempo. O mejor dicho, deberían tener una huella tan profunda más allá de que algunas de sus expresiones, como Gran Hermano, hayan entrado a formar parte del lenguaje cotidiano. Aprovechando el sesenta aniversario de la muerte de George Orwell (sus obras completas en inglés pueden ser consultadas en un sitio sin ánimo de lucro), el ensayista y periodista británico Geoffrey Wheatcroft reflexiona sobre la ética del autor de 1984 (una de las novelas más influyentes de todos los tiempos) y acaba recordando lo que dijo de él Evelyn Waugh: "Era un hombre con extraordinario sentido moral y con un enorme respeto por la justicia y la verdad".

Nacido en la India británica en 1903 y fallecido en Londres en enero de 1950, Eric Arthur Blair, George Orwell, fue un intelectual radicalmente independiente, que luchó en frentes reales (la guerra de España) e intelectuales, cuya obra es de una claridad moral insobornable (en el siglo XX tal vez sólo resiste la comparación con Albert Camus). En Homenaje a Cataluña, el libro en el que relata su experiencia durante la Guerra Civil, que Tusquets editó recientemente junto a otros textos (Orwell en España), Orwell narra como llega a Barcelona en 1936, se une a los trotskistas del POUM, va al frente y cuando vuelve a Barcelona se enfrenta a la represión estalisnista. Sin embargo, su narración de aquellos hechos, que casi le cuestan la vida, está marcada por una ínsolita voluntad de ser honesto.

"Es curioso, pero después de las experiencias que he vivido no tengo menos sino más fe que antes en la honradez de los seres humanos. Y espero que lo que he contado no confuda demasiado a nadie. Creo que en estos temas nadie es ni puede ser del todo imparcial; es difícil estar seguro de nada, salvo de lo que se ha visto en persona y, consciente o inconscientemente, todo el mundo escribe desde una posición. Pero si no lo he dicho ya en páginas anteriores, lo diré ahora: tenga cuidado el lector con mi partidismo, con mis detalles erróneos y con la inevitable distorsión que nace del hecho de haber presenciado los acontecimientos desde un lado.Y tenga cuidado, exactamente el mismo cuidado con las mismas cosas cuando lea otros libros sobre este periodo de la guerra civil española", escribe al final de Homenaje a Cataluña. ¿Cuántos escritores serían capaces de acabar un libro diciendo a sus lectores: no me crean, sean prudentes con lo que han leído, consulten más fuentes?

Y todo ello escrito en un lenguaje tan claro, directo y preciso, como su propio pensamiento. No en vano, el semanario británico The Economist encabeza su libro de estilo con seis reglas de escritura de Orwell: 1) Nunca uses una metáfora, simil o cualquier otra figura de estilo que estés acostumbrado a leer 2) Nunca utilices una palabra larga cuando puedas reemplazarla por una corta 3) Si puedes cortar una palabra, cortala 4) Nunca utilices el pasivo cuando puedas utilizar el estilo directo. 5) Nunca utilices una expresión extranjera o científica si existe un equivalente en la lengua de todos los días 6) Rompe cualquiera de estas reglas si te obligan a escribir algo que suene fatal.
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Nota para nuestros amables lectores:
Aquí les copio el link de una entrada que publicamos sobre Orwel de nuestra autoría.

16 febrero, 2010

SARAMAGO Y LA REFUNDACION DE HAITÍ....

Actualidad / Literatura
Por: Winston Manrique Sabogal15/02/2010

Como sobre el pasado no se puede hacer nada, pero sobre el futuro sí, este es un buen momento para probarlo. Y José Saramago nos invita a todos a intentarlo con Haití (como lo expresa en su blog) al liderar una edición especial de su novela La balsa de piedra, cuyo beneficio íntegro se destinará a las víctimas del terremoto de la isla caribeña.
Una idea en la cual lo han seguido las editoriales Caminho y Alfaguar, los libreros de Portugal, España e Hispanoamérica y todas las personas que intervienen en el proceso de edición y publicación de un libro. Pero no es un gesto más dentro de las innumerables e importantes campañas de solidaridad que se han iniciado en todo el mundo. Aquí hay algo más. No es un mero hecho solidario, ni simbólico.
Porque la catástrofe sufrida por ese país latinoamericano -como consecuencia de los terremotos del 12 y 20 de enero pasado con casi 250.000 muertos y un país destruido- ha servido para mostrar el desastre y abandono político y social en que se halla la isla caribeña, además de la orfandad en que lo ha tenido la comunidad internacional. Más allá de mea culpas y de señalar a nadie del pasado o presente, el gesto del Nobel portugués y el contenido de su novela pueden interpretarse como una iniciativa para que entre todos contribuyamos a que los haitianos refunden su porvenir.

No se trata de intromisión. Sino de facilitar que los mismos haitianos tomen las riendas de sus vidas. Y, en cambio, sí es un reclamo para que los gobiernos de diferentes países, además de echar un vistazo atrás y repasar su comportamiento con Haití, cambien de actitud. No por lástima, ni pena, ni para saldar deudas posibles, ni como expiación. Si no como una inversión en sus propios países, en el mundo. Se benefician los haitianos, sí, pero también se genera equilibrio y justicia global que favorece el desarrollo y bienestar de todos a mediano y largo plazo. Inevitable, entonces, y arriesgo de que resulte una frase fácil e incluso gastada, pero certera en este contexto, las palabras de John Donne; "Ningún hombre es una isla, algo completo en sí mismo; todo hombre es un fragmento del continente, una parte del conjunto".
Una balsa de piedra camino de Haití es el título completo de esta edición solidaria que empezará a venderse este miércoles 17 de febrero a 15 euros. Todo el dinero irá a Cruz Roja Internacional en su programa de ayuda a las víctimas del terremoto. Esta es la segunda iniciativa similar que tiene Saramago. Ya lo hizo en 1999 con Centroamérica tras el paso del huracán Mitch, al donar los beneficios de su relato El cuento de la isla desconocida. "Porque todos tenemos una obligación", asegura el autor de dos títulos reciente de gran acogida: El viaje del elefante, del cual acaba de salir su edición en bolsillo, y Caín (ambos en Alfaguara y cada uno con más de 135.000 ejemplares vendidos). Por lo pronto, una forma de seguir los derroteros de Haití es a través de las diferentes informaciones y de las crónicas del periodista de EL PAÍS Ramón Lobo, Cuadernos de Haití en ELPAIS.com.

15 febrero, 2010

700.000 EUROS POR UN MANUSCRITO DE LOPE DE VEGA....


'Códice Daza', manuscrito de Lope de Vega adquirido por la Biblioteca Nacional. Efe
Efe Madrid

Las 532 páginas del 'Códice Daza', el único localizado de los tres borradores manuscritos que existen de Lope de Vega, estarán digitalizadas en un mes, y comenzará entonces la restauración de esta joya bibliográfica, la más importante adquisición de la Biblioteca Nacional en cuatro décadas.

El códice es en realidad un cartapacio que en su interior reúne numerosos cuadernillos en los que el literato escribió entre 1631 y 1634 poesía, sobre todo églogas (algunas inéditas), y también fragmentos de obras conocidas y publicadas aunque con variantes.
A pesar de su "inestimable valor literario", según ha asegurado la directora de la Biblioteca Nacional, Milagros del Corral, el manuscrito sí ha tenido un precio físico: 700.000 euros pagados con el respaldo del Ministerio de Cultura a un particular cuyo nombre no se ha desvelado.

Una cifra "enormemente ventajosa en este contexto de crisis", ha dicho Del Corral.
Los propietarios del 'Códice Daza' quisieron sacarlo de España para subastarlo en Londres en el año 2004, pero el Estado ejerció su derecho de tanteo y, tras examinar el cartapacio, negó el permiso para sacarlo del país.

La persona que accedió al borrador de Lope de Vega para poder emitir ese informe fue la directora de Patrimonio Bibliográfico de la Biblioteca Nacional, Teresa Mezquita, quien ha dicho que se quedó "atónita" cuando lo vio por primera vez, pues "era, inconfundiblemente, la letra de Lope y contenía unas obras de una importancia increíble".

El que fuera llamado 'Fénix de los Ingenios' por Cervantes escribió los contenidos del 'Códice Daza' cuando era casi un septuagenario al que se le acumulaban las desgracias y la soledad: en ese periodo murieron la última de sus grandes amantes, Marta de Nevares, y su hijo Lope Félix, mientras que la más querida de sus hijas, Antonia Clara, fue secuestrada por un hidalgo de apellido Tenorio.
Tanta desdicha ha quedado plasmada sobre los pliegos del 'Códice Daza' en la letra del dramaturgo, cuyos trazos pierden pulcritud según avanzan las cuartillas, pero sobre todo en sus poemas, que rezuman un tono melancólico.

La forma desordenada en que se suceden poesías y obras en este borrador o sus múltiples enmiendas y tachones confirman la forma desordenada en la que trabajaba el prolífico Lope de Vega, que pudo escribir hasta 1.800 obras de las que nos llegaron 400.

Una vez a salvo en la Biblioteca Nacional comienza ahora para el 'Códice Daza' un arduo proceso de restauración, aunque antes será digitalizado para que los investigadores y lectores puedan estudiarlo cuanto antes.

La estructura externa del cartapacio está deformada por una "mala colocación" y será necesario consolidar las tintas y las zonas del papel más deterioradas para evitar que se desprenda la escritura, ha explicado la restauradora de la Biblioteca Nacional Amelia Justo.

El papel verjurado que forma los cuadernillos es de muy buena calidad, ya que en esa época el papel se hacía a partir de paños, pero la tinta ferrogámica empleada por entonces es muy agresiva para el papel y con el tiempo llega a corroerlo, ha señalado.

Cuando esté restaurado, el borrador manuscrito volverá a ser digitalizado de nuevo, y después descansará en la cámara acorazada de la Biblioteca Nacional, con otros valiosos vecinos como el Cantar del Mío Cid y los Códices de Leonardo Da Vinci.
La directora de la institución ha asegurado que a pesar de los cuatro siglos de antigüedad que tiene el 'Códice Daza' es posible trazar su recorrido desde que Lope lo compiló hasta la actualidad.

13 febrero, 2010

QUIERO SER EN TU VIDA....

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Quiero ser en tu vida algo más que un instante,
algo más que una sombra y algo más que un afán.
Quiero ser, en ti misma, una huella imborrable
y un recuerdo constante y una sola verdad.
Palpitar en tus rezos con temor de abandono.
Ser, en todo y por todo, complemento de ti.
Una sed infinita de caricias y abrazos;
pero no una costumbre de estar cerca de mí.
sino un amigo acompañandome en todo momento
No quiero ser en tu vida una pena de ausencia
y un dolor de distancia y una eterna ansiedad.
Algo más que un instante, y algo más que el ensueño
que venciendo caminos, llega, pasa y se va.
Ser el llanto en tus ojos, y en tus labios la risa.
Ser el fin y el principio. La tiniebla y la luz.
Y la tierra, y el cielo; y la vida y la muerte.
Ser, igual que en mi vida, has llegado a ser tú.

A SATÁN, ATENTAMENTE, SUS VÍCTIMAS.....

Stalin (derecha) y Nikolai Ezhov, instigadores del Gran Terror de 1937.
Una recreación gráfica de Evgeni Zamiatin, autor de Nosotros

Mijaíl Bulgákov, autor de El maestro y Margarita.


REPORTAJE
Editadas las cartas de los escritores Mijaíl Bulgákov y Evgeni Zamiatin a Stalin
JOAQUÍN ESTEFANÍA - Madrid - 13/02/2010


Sorprende en el protagonista de la película El círculo del poder, de Andréi Konchalovski, su ingenuidad en el tratamiento al poder omnímodo de Stalin en los albores de la II Guerra Mundial y al final de los grandes procesos de Moscú contra la oposición de izquierdas y de derechas: el tiempo del Gran Terror en la URSS. Algo de esa ingenuidad y relación masoquista hay también en la correspondencia que establece Mijaíl Bulgákov, el autor de la extraordinaria novela El maestro y Margarita, con Stalin, que encabeza con el familiar saludo "¡Muy estimado Iósif Visarionovich!", en la que le pide angustiado que cese la persecución que padece y le deje volver a sus novelas, a sus obras de teatro, porque para él no poder escribir equivale a ser enterrado vivo.

Los dos autores sufrieron un calvario a manos del régimen estalinista
"No poder escribir es lo mismo que ser enterrado vivo",
se lamenta Bulgákov
Aparecen publicadas ahora estas cartas, así como las del escritor Evgeni Zamiatin (Cartas a Stalin, Editorial Veintisiete Letras), años después de la inmensa labor que hiciera el investigador Vitali Shentalinski, en su extraordinaria trilogía (Esclavos de la libertad, Crimen sin castigo y Denuncia contra Sócrates. Nuevos descubrimientos en los archivos literarios del KGB. Galaxia Gutenberg) contra la amnesia histórica.

Cuando la perestroika abrió en Rusia los primeros horizontes de libertad, Shentalinski se encerró para hacer un estudio de la historia de los escritores durante el periodo soviético que se inicia en 1917. Entró en la Lubianka, sede del KGB en la última reencarnación de los servicios de seguridad soviéticos, y abrió su caja negra para descubrir informes clasificados, documentos que se creían perdidos, obras inéditas de los represaliados: cerca de tres millares de intelectuales.
Lo primero que sorprende en las cartas de Bulgákov y Zamiatin -muy distintas, las del primero más dubitativas; las de Zamiatin más directas- es que apenas piden por su supervivencia, a pesar de que pasan pobreza, frío y privaciones ("los escritores rusos están acostumbrados a pasar hambre", escribe Zamiatin), sino el cese de las persecuciones y el silencio al que son sometidos por parte de las autoridades, los editores, sus propios camaradas del mundo de la cultura.

Dice Bulgákov que la lucha contra la censura, cualquiera que sea y cualquiera que sea el poder que la detente, representa su deber de escritor, así como la exigencia de una prensa libre: "Si algún escritor intentara demostrar que la libertad no le es necesaria, se asemejaría a un pez que asegurara públicamente que el agua no le es imprescindible".
Por su parte, Zamiatin, militante del partido bolchevique y autor de la novela Nosotros (1920), que prefigura la contrautopía sobre el gran hermano de Orwell en 1984, fue apartado de la vida pública como un apestado por los camaradas que lucharon con él contra la dictadura zarista y que creyeron en la versión oficial de que era un enemigo del pueblo. Zamiatin pide a Stalin la expulsión del país, que le concede, y lo argumenta del siguiente modo. "Sé que aquí, debido a mi costumbre de escribir según mi conciencia y no por mandato alguno, se me considera un escritor de derechas; mientras que allí, por esa misma causa, tarde o temprano me tildarán probablemente de bolchevique. Pero incluso bajo esas condiciones, allí no me condenarán a guardar silencio, tendré la posibilidad de escribir y de publicar, aunque no sea en ruso".

Gracias a la intercesión de Gorki, Zamiatin saldrá de la URSS y no volverá nunca. Morirá cinco años después en París, tras haber adaptado a su protector, Máximo Gorki, en Los bajos fondos, y haber colaborado con el director de cine Jean Renoir. En cambio, Bulgákov permanecerá en el exilio interior y sufrirá prohibiciones, insultos, amenazas, retiradas de sus obras del cartel, manipulación de sus textos y el robo de sus manuscritos, lo que le llevará al borde de la locura.
En una de sus cartas, Bulgákov habla a Stalin de las críticas de sus obras publicadas en la prensa soviética: de ellas, tres son laudatorias y 298 hostiles e injuriosas; por ejemplo, se le describe como un barrendero de la literatura ocupado de recoger las sobras de una mesa después de haber vomitado en ella una docena de invitados. Por ello, el autor de El maestro y Margarita o La guarda blanca suplica a Stalin que le autorice a abandonar la URSS con su mujer, ya que para él "no poder escribir es lo mismo que ser enterrado vivo".

En abril de 1930, suena el teléfono del domicilio de Bulgákov; es el propio Stalin. Aparentemente, éste convence al escritor de que un intelectual ruso no puede vivir fuera de su patria y le proporciona trabajo en el Teatro del Arte; en la conversación, Bulgákov, profundamente impresionado por su interlocutor, no se atreve a reiterar su petición de exiliarse del país. Stalin termina diciéndole: "Tendríamos que reunirnos para hablar", pero esa conversación no se producirá nunca y Bulgákov sobrepasará la depresión y la demencia ante las continuas duchas escocesas a las que le someten las autoridades soviéticas, sin duda por orden de su secretario general.
Bulgákov termina de escribir su obra maestra, una de las novelas más importantes del siglo XX, en 1940, semanas antes de su muerte, pero sólo en 1989, con la perestroika de Gorbachov, se publicará en la URSS su versión definitiva, más de dos décadas después de su edición en Occidente. Nunca conocerá los efectos de la analogía que hay en El maestro y Margarita entre Satán y Stalin.
En la relación epistolar aparecida ahora en España se estima la posibilidad de que algunas cartas de Bulgákov probablemente fuesen cartas comenzadas, proyectadas y nunca enviadas. Las firmaba con el seudónimo de Tarzán y trataba de establecer lazos personales con Stalin. El antólo-go se pregunta: "¿Se trata de ingenuidad, de adulación servil, de masoquismo o de fascinación? Sin duda, todo a la vez".

Un miedo paralizante recorrió las vidas de muchos intelectuales hasta que Stalin murió en marzo de 1953. Estas cartas reflejan ese miedo y la necesidad de huir de él. Quizá porque como Konchalovski hace decir a Stalin en El círculo del poder: "Yo lo sé todo. Todo de todo el mundo". Esta película, las investigaciones de Shentalinski o las cartas a Stalin ayudan a comprender la naturaleza del estalinismo y la banalización del Mal, con mayúsculas.

12 febrero, 2010

CARTAS DE AMOR: PEDRO SALINAS A KATHERINE WHITMORE...


Madrid, 1 de agosto de 1932 (Manuscrita)

Desgarramiento. Una mujer, una Katherine, se queda allí, metida en aquel cajón de madera, entre seres desconocidos, frente a una noche triste e incógnita. Allí hay que dejarla. Fatalmente. Y la otra mujer, la otra Katherine, permanece invisible y presente a mi lado, se viene conmigo, alegremente colgada de mi brazo, mirándome en la mirada noble, pura y honda de siempre. No, en la estación, en la despedida no hay una separación simple de ser con ser, no, cada uno de nosotros nos separamos no de la otra criatura querida sino también de aquella parte nuestra que ella quiere y que se va con ella.

¿Verdad que anoche tú no te has separado de mí, ni yo de ti? Más bien yo me he separado de mí mismo, eso siento, y tú de ti misma. Y tengo, anoche, hoy, la sensación de andar entre fantasmas y sombras, con alguien al lado, a quien no puedo estrechar, pero que vive en torno mío, y se me escapa cada vez que quiero cogerlo. Sensación angustiosa y dulce a la vez, caricia desgarradora.

Además, qué pena anoche, aquellos momentos últimos, atropellados por la estupidez y el desorden. ¡Qué ira sentí contra toda aquella gentuza innoble, qué ganas de látigo, de echarlos a todos, de hacerte sitio, un gran sitio, un tren sólo para ti! Al salir todos mis sentidos se complacían, ¿sabes en qué? En sentir en el bolsillo, junto al pecho, el bulto de tu carta. ¡Qué mentira eso de que el papel no pesa! Anoche el papel de tu carta me pesaba como la más hermosa y grave de las realidades. Lo sentía allí, en el bolsillo, como una prueba material de que eras, de que habías existido.
Porque, ¿sabes?, empecé a dudar. A dudar de todo, de tu realidad, de la mía, del mundo, de los días recientes… Sólo el peso de tu carta en el bolsillo me servía de prenda, de prueba. Vivía yo en ese rectángulo de papel. Era el lugar más cierto del mundo. Y antes de poder abrirla, así, cerrada y en el bolsillo, tu carta era el puente con la vida, el sí que me daba la vida a la pregunta atormentada: «¿Soy? ¿Es? ¿Somos?». Sí, sí, sí. Todo, sí. Todo, sí, oye, todo sí. Y luego en mi cuarto la leí. La he leído. La leeré. ¡Cuántas delicias!

Primero la delicia de ir aprendiendo tu escritura, tu letra, de tropezar en una palabra y descifrarla, por fin. ¡Tu escritura, un modo más de ti, una manera más de vivir tú! Primera carta tuya, en inglés. Júbilo, júbilo, alegría. ¡Sensación festival, inaugural, de promesa, de fiesta! No importa que toda tu carta esté teñida de una sombra de melancolía, tierna y suave. Así debía ser, así. Pero por encima de esa melancolía, hay algo que me da un gozo sin límite. Esto. «You have taken away the cynicism which was growing upon me.» ¿Es posible? ¿Tendré yo la suerte de ser elegido para en un momento difícil de tu vida salvarte de algo? ¡Qué gran justificación, ya, de mi papel a tu lado, de mi compañía! Ya no es por egoísmo, por lo que debo seguirte a lo lejos en la vida, es por bien tuyo.

Soy capaz de serte espiritualmente útil. Y me preparo, ¿sabes?, ante esta espléndida tarea: ayudarte a vivir, arrancarte de las fuerzas negras, de los poderes sombríos que te amenazaban. Y eso por ti, no por mí, ¿sabes? ¡Oh, si tú me hicieras ese favor, dejarme que te sirva! Qué cosa más justa, que tú, que no imaginas tal entusiasmo por la vida, recojas, devuelto a través de mí, ese entusiasmo que es tuyo. No, no, tú no has nacido ni para el escepticismo cínico, ni para la frivolidad desengañada, no. No te rindas nunca a eso.
No te puedo imaginar paseando tu spleen, por terrazas de grandes hoteles, con cualquier ser insignificante. Nunca. Cree en ti, cree en tu valor único, en tu distinción suprema, en la nobleza de tu alma. Y vive de ella. Yo de lejos, de cerca, te ayudaré. Hasta que no me necesites más. Y mira, no tengas temor, oye, de quitar a nadie nada, queriéndome, no. ¡Me lo dices tan delicadamente en tu carta! No, yo no soy ni seré peor para nadie por ti, no. Lo que tú me pides, lo que yo te doy en nada atenta a lo que debo a los demás. Tú en mí no serás nunca nada malo, nada que robe algo a alguien, no. No tengas miedo. Seré cada día mejor. Tú me has alumbrado una nueva riqueza y por eso lo que a ti te doy a nadie se lo quito. ¿Comprendes? Nunca sufras por eso. Eres pura, leal, clara. De ti sólo puede venir luz alta, luz de paraíso.

(Sin firma)

En los márgenes:

Adiós. Perdona esta carta tan larga y esta letra tan mala. ¿Sabrás leerla? Pero aún me parece que te he escrito muy poco. Quiero más, más, más. Gracias, gracias, siempre. Viviré dándote gracias. Hasta mañana, ¿sabes?, hasta ahora, te escribiré.

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La Historia de Pedro y Katherine
Katherine Withmore, americana, especializada literatura española en la Universidad de Kansas y Berkeley, en 1932 viajó a Madrid para matricularse en el curso de “Generación del 98” que el poeta Pedro Salinas impartía.
Así empezó una gran historia de amor, hasta que Katherine tuvo que regresar a Estados Unidos. Entonces, se inició una correspondencia que alcanzó, en algunos momentos una frecuencia diaria.

Margarita, la esposa de Pedro, intentó suicidarse al descubrir la relación, sin conseguirlo. Katherine, consciente del daño que estaba causando a segundas personas, intentó romper la relación.. Pedro, ciego de amor, siguió con aquella fuerza e infinita creencia en sus cartas.
Luego la vida se encargaría de separarlos, Katherine se casó y su marido murió al año. Pedro al iniciarse la Segunda Guerra Mundial fue exiliado a vivir en Puerto Rico.
Volvieron a verse una última vez, en la primavera de 1951. Pedro fue a Northampton para dar una conferencia. Katherine le aguardaba impaciente, con la esperanza de poder explicarle. Al preguntarle: “¿No entiendes por qué tuvo que ser así?” Pedro le miró con tristeza y contestó duramente: “No, la verdad es que no. Otra mujer, en tu lugar, se habría considerado muy afortunada”. Poco tiempo después, Pedro Salinas, murió.
La correspondencia del poeta a Katherine fue recopilada y publicada.

01 febrero, 2010

EL VALOR DE UN RETRATO...

El fotógrafo Anthony Di Gesu tomó esta instantánea el 20 de noviembre de 1952 en su estudio de Manhattan. Salinger había encargado este retrato, entre otros, para hacerles un regalo a su madre y su prometida y pidió al fotógrafo que no hiciese públicas las imágenes. Di Gesu, que se arrepintió de no haberle pedido al escritor que le firmase una de sus obras, cumplió su promesa durante 30 años. Según el artista, Salinger quedó muy satisfecho con los resultados. Hasta ahora la imagen no se había difundido públicamente, tan sólo se incluyó en una muestra en 1982.
REPORTAJEEl cine cuenta la vida de Salinger
Un cineasta llamado Shane Salerno pasó los últimos cinco años indagando en la vida del autor de 'El guardián entre el centeno'
BARBARA CELIS - Nueva York - 31/01/2010

Tras la reciente muerte del esquivo escritor J. D. Salinger, viene la sorpresa: existe un documental de más de dos horas sobre la vida y la obra del escritor y se sospecha que el propio Salinger podría tener una aparición estelar en él. Sin que el resto del planeta lo supiera, un cineasta llamado Shane Salerno pasó los últimos cinco años indagando en la vida del autor de El guardián entre el centeno y el resultado es Salinger, cuya existencia hizo pública el viernes la periodista Nikki Finke a través de su blog Deadline Hollywood, considerado el oráculo sobre las noticias de la industria. A la película también le acompañará un libro de 700 páginas con información extra recopilada durante el rodaje.
El silencio de Salinger se hace eterno

El documental, que aún no tiene fecha de estreno, es un recorrido exhaustivo por la vida del escritor y contiene, según Finke, cinco minutos que aún nadie ha visto y que podrían esconder la única entrevista de las últimas tres décadas con el autor.

En principio, no parece que Salerno, guionista de éxito que actualmente trabaja en un proyecto para James Cameron, contara con el beneplácito del escritor para realizar el documental, pero siempre, según Finke, el filme incluso arroja cierta luz sobre la obra acumulada por el escritor durante las pasadas cinco décadas y de la que nadie sabe realmente nada.
Financiado con sus propios medios -Salerno ha ganado millones de euros durante los últimos años firmando superproducciones para Hollywood-, el documental está basado en la biografía (no autorizada) Salinger escrita por Paul Alexander. En principio, iba a ser una película de ficción, pero este guionista de 37 años enseguida entendió que el filme tendría mucha más fuerza como documental, puesto que muchos de quienes conocieron a Salinger estaban cercanos a la muerte y sus testimonios se perderían.

Más de 150 personas desfilan por su documental, desde sus compañeros de redacción en la revista The New Yorker a escritores como Tom Wolfe, E. L. Doctorow, A. Scott Berg, Elizabeth Frank, Gore Vidal, o actores como Philip Seymour Hoffman, Edward Norton o Martin Sheen. Hay fotografías y filmaciones inéditas del autor y muchos detalles sobre momentos cruciales de su vida, desde su experiencia interrogando a nazis durante la II Guerra Mundial hasta su decepción cuando Oona O'Neill, hija del dramaturgo Eugene O'Neill, le abandonó para casarse con Charlie Chaplin.

La pasión del director Shane Salerno por el autor de El guardián entre el centeno fue la que le llevó a embarcarse en el proyecto. Según Finke, el cineasta sentía una conexión personal con el escritor. Se recoge en estas frases: "Adoro su obra y el hecho de que tuviera el mundo a sus pies y fuera capaz de decir, 'no gracias'. Salinger entendió en 1951 el efecto corrosivo que la fama y el dinero podrían tener sobre su forma de escribir. Era único y, en esta era de Internet en la que la gente persigue sus 15 minutos de fama, nadie es capaz de hacer lo que Salinger hizo: retirarse a vivir a los bosques de New Hampshire y escribir sólo por el placer de hacerlo".