Entiende que la uniòn del alma con el cuerpo es accidental, como la del jinete con respecto al caballo que monta: uniòn violenta y forzada, debido al ansia de volar que sufre el alma hacia otra esfera màs elevada. Distingue tambièn tres tipos de almas: racional, sensitiva y pasional. Su psicologìa es una combinaciòn de las creencias en el origen celeste de las almas, en la preexistencia y la transmigraciòn. Este retorno a una nueva vida material puede certificarse mediante una ley- kàrmica- que fuerza a las almas a dar màquina para atràs y encarnar de nuevo hasta alcanzar la perfecciòn deseada, y con esto sustituye a un tribunal al caso que las juzgue y pida cuenta de sus actos, como lo vemos en el orden social. Dicha encarnaciòn se verifica por el sortilegio de la metempsicosis, y pueden encarnar en tigres, reptiles, gusanos y hasta en tortugas. Todos estos animales son para Platòn instrumento de purificaciòn mejor que un tribunal acusador, que es lo correcto. A eso se reduce toda nuestra sanciòn moral que nuestros vicios merecen, y la herida mortal que se infiere a un ser divino, fenòmeno de orden moral, queda restañada por el esparadrapo de la encarnaciòn.
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