En cierta carta de Flaubert, la autora de Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar, encontrò esta frase terribe:- "Los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavìa, y de Ciceron a Marco Aurelio hubo un momento ùnico en que el hombre estuvo solo"....
La autora quedò atrapada en las redes de seda de la sutileza de la expresiòn y no encontro mejor excusa para escribir acerca de este emperador romano del siglo II, volcando todo su talento sobre este hombre, sòlo, solo y casi un sabio.
Marco Tulio Ciceròn muere cuarentaitres años antes de nacer Jesucristo; el emperador filòsofo, Marco Aurelio, muere en el año 180 de nuestra Era. El hombre, al decir de Flaubert, estuvo solo en el interìn.
Fueron doscientos y tantos años, en cuyo lapso se cumplio sobradamente el pèriplo vital del emperador Publio Elio Adriano.
Adriano nacido en Itàlica, España el el año 76, fue adoptado, poco antes de su muerte por Trajano, y gobernò el imperio desde el 117 al 138.
Fuè una extraña soledad la de èl. Es extraña siempre la soledad de un hombre en cuyas manos y decisiones reposa el destino de todo el mundo conocido hasta entonces.
Adentrarse en la lectura de las Memorias de Adriano es como adentrarse en un mar denso y tempestuoso cruzado a intervalos tanto por los relàmpagos del rayo, como por la brisa blanda y fresca que trae la bonanza.
Marguerite Yourcenar estuvo dàndole vueltas a la elaboraciòn del libro desde los 21 años. Lo terminò a los 25. Comenzaba y lo dejaba. Escribìa algo y tornaba a tirarlo al cesto de los papeles. Treinta años tuvo en publicarlo. La indecisiòn del escritor que se debate entre el filo de una idea, y, el entregarse a escribir sobre ella en cuerpo y alma, es una agonia. Sòlo el que la padece sabe lo desesperante que es.
Ella nos dice:- "En todo caso, yo era demasiado joven. Hay libros a los que no hay que atreverse hasta no haber cumplido los cuarenta años. Se corre el riesgo, antes de haber alcanzado esa edad, de desconocer la existencia de grandes fronteras naturales que separan, de persona a persona, de siglo a siglo, la infinita variedad de los seres; o por el contrario, de dar demasiada importancia a las simples divisiones administrativas, a los puestos de aduana, o a las garitas de los guardias. Me hicieron falta esos años para aprender a calcular exactamente las distancias entre el emperador y yo".....
En toda la narrativa, que no es pura invenciòn, prevalece lo que la autora llama la simpatìa màgica. Simpatìa màgica es hablar por boca del protagonista històrico. Todo el texto en primera persona.
De Adriano quedan algunas obras autènticas que han sido aprovechadas por la autora: correspondencia administrativa, fragmentos de discursos o de informes oficiales. Existen tambièn tres cartas referentes a su vida personal ìntima, la carta a Mitidia, la carta a Serviano, y carta dirigida por el emperador moribundo, a Antonio.
Marguerite Yourcenar escribe con verdadera maestrìa. Su maestrìa es doble: en lo tècnico y en lo prudencial. En absoluto opina. Ni siquiera sugiere opiniones. Es enorme. Ella se coloca en el centro del corazòn de Adriano y es èl el que dice sus memorias por escrito.
Publio Elio Adriano fue una bendiciòn para el imperio Romano en ese trabajoso siglo II de nuestra Era. Fomentò las artes, luchò denodadamente por la paz que es hasta màs dificil que hacer la guerra, y respetò a los cristianos, cuyos obispos en mas de una ocasiòn se le acercaron a exponerle la Buena Nueva, la que naturalmente èl se resistió aceptar por incomprensible y fanàtica, pero que miraba en el fondo con respeto
La autora, dijimos, no adelanta opiniones personales. La vida sentimental del divino Adriano fue muy conflictiva. Su mujer Sabina, sufriò un silencio y apurando rencores. El nunca la quiso, y como èl mismo dice entre medio arrepentido y triunfante, cercana ya su muerte, nunca se tomò el trabajo de hacerle un hijo.
Amò a Grecia, y su cultura de la que como buen hijo del imperio romano que era se sentìa heredero. Su vida transcurriò en la frontera de la acciòn y el pensamiento; dulzura y arrebatos de ira, eros indomeñable y pureza total.
La traducciòn al castellano la hizo Julio Cortazar. Sòlo en su lengua española tiene mas de diez reimpresiones. Cuando comenzamos a leerla le dijimos a su dueño, porque no es mio el libro, que es como adentrarse en un mar de sabidurìa y experiencias infinitas. Es sencillamente grandiosa. Hay que leerla, y saborearla bien despacio, despacito, para que nada se quede sin degustar.
Memorias Adriano libros comentarios
Amiga Karina:
ResponderEliminarLeí hace unos meses este libro, traducido por Julio Cortázar, y me pareció, sencillamente, una obra maestra, una de los grandes libros del siglo XX. La mejor novela de ambientación histórica que he leído jamás junto a Sinuhé el Egipcio. Quedé fascinado. Uno se congratula de que este Emperador, que amó como nadie la Grecia clásica, naciera en España, ya que es uno de los cuatro emperadores que nuestro país dio a Roma, junto a su tío Trajano, Teodosio y Nerva. Tengo en espera otro libro de Marguerite Yourcenar, Opus Nigrum, que ya estoy deseando leer. Un saludo amiga...
Pero bueno amigo Luis Alfonso, Ud. es una verdadera enciclopedia ambulante en cuanto a libros se refiere..aparte de las referencias que pone, que yo de verdad las desconocìa....pero ese no es el motivo de mi comentario, le pido de favor me dè una pista de quìen es Ud. porque me lo imagino un escritor español que està escondiendo su personalidad con ese pseudonimo...me pregunto ¿cuantas veces lo habrè leìdo?..
ResponderEliminarQuien sabrà?..sòlo Ud.mi amigo puede quitarme esa venda de los ojos. ¿Lo lograrè?...
Un saludo...y espero la pista...una palabra y estoy segura harè de ella una "autopsia", màs cientìfica que cualquier patòlogo....
Amiga Karina:
ResponderEliminarPuedo prometer y prometo que no soy ningún escritor famoso ni nada por el estilo. Sí me gusta escribir, estoy trabajando en unos relatos, pero nada más. Además, aún soy relativamente joven, acabo de cumplir los 30. Espero que me creas a pesar de que te autodefinas como escéptica, porque no te miento. Y hablando de enciclopedias ambulantes, estoy convencido de que tú tienes, al menos, tantos conocimientos literarios como yo. Un saludo, mi incrédula amiga dominicana...
Bueno, despuès de leer y "analizar profundamente" tu comentario, llego a la conclusiòn de que en primer lugar no tienes el acento caracterìstico de los españoles, que aùn escribiendo lo delatan, aquì en este blog he tenido que borrar varios comentarios de sus "paisanos", ya que no hay una lìnea donde no digan una "malapalabra", (y que me perdonen que no son todos, mas bien son "españolismos", que por aquì resultan palabras ofensivas y viceversa.
ResponderEliminarDices que escribes "algunos relatos"...no lo dudo, en que lo escribes en aquellas màquinas "Underwood", porque una vez dijistes que eras nuevo en eso de computadoras y su manejo...no tienes direcciòn de E-mail, difìcil de creer, como dificil de creer que no te desempeñas mas que bien en la computadora...
Ya sin quererlo me has dado varias pistas, el de los "relatos" ha sido una muy importante...
Espero seguir mis investigaciones a lo Sherlock Holmes, atando cabos... y como ya dijera, "Elementary, my dear Watson"...
Un saludo amigo...K
Amiga Karina:
ResponderEliminarReconozco que me divierten tus pesquisas. Estoy de acuerdo en que los españoles empleamos muchas “malaspalabras”, y que la población de mi país es, en general, bastante zafia (confío en ser una excepción). No obstante, juro por lo más sagrado que soy español (Madrid, 1977). Por otro lado, es cierto que soy un tanto ignorante en lo que a computadoras se refiere, aunque se debe más a mi desinterés, ya que trabajo con una todos los días. Por otro lado, claro que tengo mail (o correo electrónico): anquises777@yahoo.es, no me importa decirlo. Y en cuanto a los relatos, los escribo en mi ordenador portátil, pero para ello no necesito tener grandes conocimientos informáticos, ya que únicamente utilizo el programa word. A pesar de que andes un poco desacertada, reconozco que tu capacidad analítica me asombra. Un saludo querida amiga....
Puès a mi tambien me divierten, comenzando por decirte que esta frase "lo juro por lo mas sagrado", es muy tìpica del dominicano, acepto que eres español, pero aplatanado en la Repùblica Dominicana, me explico?...dices que no sales del Word...ja, y donde fue que dijistes que encontrastes mi blog, se te olvidò...te lo recordarè...navegando por google en las imàgenes, buscando algo de Jalil Gibràn...
ResponderEliminarSaludos cordiales...k
Hola Karina, mi nombre es Fernando, de Argentina.
ResponderEliminarHe llegado a tí en tu blog, buscando material sobre este libro.
La semana pasada hablando con un amigo me dijo que debería leerlo, por circunstancias personales que he estado atravesando.
Me has convencido con tu exposición acerca del mismo, y agregaré este blog a mis favoritos, porque tocas temas muy filosóficos, y me apasionan.
Saludos cordiales
Mar del Plata, Argentina
Hola Fernando, tamaña sorpresa me he llevado, el libro es bien interesante, y aquì en Dominicana lo puso de moda el Dr. Joaquìn Balaguer, quien fuera presidente de nuestro querido terruño (esto es historia aparte)...un gran intelectual, y mejor discipulo de Makiavelo..en una oportunidad se le ocurriò mencionar esta obra en uno de sus discursos, y eso fue "Arde Troya", todos quisieron saber acerca del libro...y lo puso de moda...
ResponderEliminarSi acaso llegas a leerlo espero te sea de gran ayuda...
Con afectos....Karina
Hola Karina. Me agradó mucho tu comentario sobre "Memorias de Adriano". coincidimos en que es una novela excelente y densa. es muy agradable encontrar un alma con gusto como la tuya. Mi blog es demasiado reciente, pero espero nutrirlo poco a poco (allí por ahora encuentras un comentario sobre esta misma obra. Ah, "El reino de este mundo" es uno de mis libros favoritos. bueno, un saludo especial...
ResponderEliminarGracias Alfredo, estuve por tu blog, de verdad el comentario està genial, me alegra mucho que tengamos coincidencias literarias, nos seguimos leyendo amigo, te visitarè a menudo...
ResponderEliminarSaludos cordiales
Karina....
"no tienes el acento caracterìstico de los españoles, que aùn escribiendo lo delatan, aquì en este blog he tenido que borrar varios comentarios de sus "paisanos", ya que no hay una lìnea donde no digan una "malapalabra", (y que me perdonen que no son todos, mas bien son "españolismos", que por aquì resultan palabras ofensivas y viceversa."
ResponderEliminaren la lectura de una excelente obre del Sr. Manfredi, "el ejército perdido", estaba deambulando por internet, viendo la historia de los diex mil mercenarios griegos aquí, y la fecha del posible estreno de las "Memoriasd de Adraino" por allá, cuando de repente he encontrado este agradable rincon de "filosofantes"...
Y en el, he encontrado algunos comentarios sobre los españoles própios de alguién no ilustrado (como los que cito al principio de esta modesta reflexión) y absolutamente desconocedor de la España de hoy.
Son comentarios similares a los que escucho, y rebato, en España, sobre la mujer dominicana y su actividad laboral, dicen la más antigüa del mundo, en estas tierras...
Reciba un saludo, y modifique sus erroneos estereotipos.
Gracias anónimo.
ResponderEliminarMe he sentido algo herida por el comentario de karina respecto a algunos españoles ( que seguramente habeilos hailos)pero no se puede generalizar. Estoy susceptible, tal vez deberia solo haberme quedado con la otra parte,`por cierto, muy divertida: el coqueteo descarado con LA. Y es que hasta en los blog, se va a lo que se vá, aunque vaya disfrazado de cultura. Yo también espero que rectifiques.
Igual que su autora para escribirlo desde hace tiempo diferia leer Memorias de Adriano en busca del tiempo propicio.
ResponderEliminarY ha sido hoy cuando, en el jard�n del Museo de la Independencia del Per� -donde vengo dedicado a un trabajo de investigaci�n- que he terminado esta primera lectura, que incluso me ha servido para un art�culo que esta en mi blog: www.albumdepalabras.blogspot.com.
Pero la verdadera gratitud de esta primera lectura es tambi�n haber podido encontrar lo que has escrito sobre el libro.En verdad celebro el hallazgo mucho m�s cuando a la vez es posible saludarte y felicitarte a trav�s de este fervoroso abrazo de palabras.
Está entre mis libros de cabecera. Cada vez que lo leo disfruto más y más. Todas las veces son diferentes y en todas encuentro algo nuevo, en la historia, en el personaje, en el amado, en los escenarios, en la filosofía del libro y en la del mismo emperador. Unas veces te quedas más con la parte filosófica, en otras ocasiones con la historia de amor, en otras con las vivencias de un hombre de estado, en otras es la enfermedad, la soledad.
ResponderEliminarUn libro exquisito para descubrir y redescubrir constantemente.
Un saludo
¿Quién disfruta este libro? ¿Hará falta una sensibilidad especial para degustarlo? ¿Es un libro para personas con cierta formación humanística? Estas preguntas las hago y las comparto porque tengo, aquí en San Luis Potosí, ciudad mexicana perdida de Dios, un pequeño círculo de lectura y me permití recomendar este libro a las asistentes. Una se desesperó y me pidió cambiar la lectura porque el que nos ocupa "no la atrapaba". Otra más, al no ser escrito bajo el viejo esquema de una novela típica "inicio-desarrollo-desenlace", le costó trabajo leerlo. Otra persona la disfrutó mucho. Yo la leí con muchísimo gusto, me fascinó. Sin embargo, respuestas tan distintas confirman una vieja idea con la que he estado casado hace tiempo: todo disfrute y toda realización de cualquier obra de arte siempre depende de los gustos y las competencias de, en este caso, los lectores, no importando si se trata de una obra maestra como esta o un relato escrito por el más deficiente narrador.
ResponderEliminar¿Quién disfruta este libro? ¿Hará falta una sensibilidad especial para degustarlo? ¿Es un libro para personas con cierta formación humanística? Estas preguntas las hago y las comparto porque tengo, aquí en San Luis Potosí, ciudad mexicana perdida de Dios, un pequeño círculo de lectura y me permití recomendar este libro a las asistentes. Una se desesperó y me pidió cambiar la lectura porque el que nos ocupa "no la atrapaba". Otra más, al no ser escrito bajo el viejo esquema de una novela típica "inicio-desarrollo-desenlace", le costó trabajo leerlo. Otra persona la disfrutó mucho. Yo la leí con muchísimo gusto, me fascinó. Sin embargo, respuestas tan distintas confirman una vieja idea con la que he estado casado hace tiempo: todo disfrute y toda realización de cualquier obra de arte siempre depende de los gustos y las competencias de, en este caso, los lectores, no importando si se trata de una obra maestra como esta o un relato escrito por el más deficiente narrador.
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