05 junio, 2007

DE NOVELA Y NOVELISTAS










 
 
 
 
...."No hay mejor consejero que un libro Ni mejor maestro. Ni mas espontáneo entretención. Ni detonante más disociador. Ni bomba atómica más temible. Ni envenenador de conciencias más fulminante. Ni enredador de conceptos más hábil. Ni loco más irresponsable. Ni cuerdo más lógico, Un libro"...
La cultura de los pueblos se mide por el espíritu de sus hombres de letras y por el alma vernácula de su literatura. Los pueblos son grandes o son pequeños según el valor de sus libros. Sería muy arriesgado tratar de deprimir la reputación de un pueblo sobre todo desde el punto de vista intelectual cuando pensemos que Don Quijote ha tenido una influencia directa en la literatura de todos los tiempos.
Sin la Divina Comedia mucho trabajo le hubiese dado al mundo reconocer en las letras italianas el predominio absoluto de la imaginación y de fantasía espirituales. Gracias a Víctor Hugo, el pueblo francés puede enorgullece de haber dictado a todos las conciencias las más claras teorías del sentimiento humano.

Así sucesivamente podríamos anotar que los intelectuales de todos los rangos, desde Moisés hasta el Siglo de Oro de la Literatura española y de los Enciclopedistas Franceses y desde estos hasta los hermosos días de Anatole France, hermosas ideas interpretadas por aquellos hombres privilegiados para pautar y reafirmar con su pauta la ideología universal de las épocas.

Gracias al libro, Dios ha podido ser comprendido sobre la tierra, y gracias a su literatura los pueblos pequeños, modernos y antiguos, incultos y bárbaros han podido salvarse del olvido.
Es por eso que la novela de nuestros días toma nuevo rumbos, sale de la emotividad romántica para adentrarse en la contemplación de temas especialmente psicológicos y sociales; se suceden al relato sentimental e inocuo, la visión clara de un problema social, el asunto profundo sobre las reacciones de los pueblos.

Si antiguamente la novelística se encauzaba dentro de un criterio romántico, causa por la cual este género literario cayó en desuso por la circunstancia de que se abusó del molde, tomándose siempre los mismos conceptos, uniéndolos a las mismas trabas, en tal término que, leída una novela, se podían dar conocidas las restantes, no quiere decir lo anterior, que al lado de esta fácil y cómoda manera de escribir, hubiera obras de verdadero realce e interés.

Tan desafortunados fuimos a este respecto, que correspondió a nuestra América Hispana, la servil tarea de imitar modelos importados de ultramar, sus obras de sensiblería azucarada y entendida, influenciaron totalmente nuestro medio, pudiendo asegurarse que territorialmente se escribía bajo los mismos cánones y reglas.

La parte principal de la trama se refería invariablemente a una heroína que suspiraba por el amor ido, por la tarde agonizante, por el crepúsculo interno, por el paisaje semi- espiritual. El amor era la forma obligada del relato y las interminables cartas en este género, los deliquios sentimentales se podían constatar desde el comienzo hasta el final .

Hoy en día, se dejan por nimiedades tales fórmulas para adentrarse el novelista en temas reales mas en concordancia con los temas actuales teniendo preferencia los temas inspiradamente históricos, la elucidación de problemas que afectan la sensibilidad social, los cuales se realzan en una forma pulcra y delicada.

La literatura es el índice por excelencia revelador de la tradición, del grado de cultura alcanzado por y de la prosperidad de una nación. El atributo de soberanía, no halla apoyo, si quien lo exhibe carece de prestancia intelectual. Las más esplendentes cimas no son las de un progreso material fúlgido y deleznable, sino las del saber, la veneración de una nación va en proporción con su obra intelectiva.

No se concebiría una Inglaterra sin un Shakespeare, ni una Alemania sin un Goethe, ni una España sin un Cervantes, por más que sus economistas traten de desviar la atención de su potencialidad económica. Pueblos aparentemente pobres, han fijado la admiración humana por medio de sus valores morales e intelectuales.

Nuestra América avanza con los tiempos, no se ha quedado atrás, nos presenta con originalidad su novelística actual, prefiriendo los motivos terrígenos y propios, fundando por así decirlo una propia escuela y una orientación que nos enorgullece a todos-

 

4 comentarios:

  1. Anónimo5/6/07

    Estimada Karina:
    Me gustó mucho esa frase en la que afirmas que los pueblos son grandes o pequeños según el valor de sus libros. No puedo estar más de acuerdo. Por otra parte, creo que la literatura hispanoamericana fue, durante el pasado siglo, netamente superior a la de su antigua metrópoli (como español no me importa reconocerlo), con grandes nombres como Borges, Sábato, Rulfo, Cortazar u Onetti. Sé que hay muchos otros, pero estos son mis predilectos. Un saludo Karina...

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  2. Mi estimado amigo, coincidimos en la selecciòn que haces de estos grandes de la literatura hispanoamericana.. pero yo sigo en mi locura con los clàsicos...aquì rapidito me muevo a contestar tu comentario... hay algo que estoy deseosa de saber...en una palabra me pica la curiosidad ¿eres español?, digo de la Ciudad de España, aunque tu acento y modo de entrelazar las palabras me parece que eres un gran intelectual, pero dominicano..(lo que me llenarìa de orgullo).. perdona que me entrometa en asuntos personales, pero es lògico que tan siquiera pueda saber cual es tu nacionalidad ....
    Abrazos....K

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  3. Anónimo6/6/07

    Estimada amiga:
    Por supuesto que la pregunta que me haces no supone una intromisión en mi intimidad. Soy de la España europea, la del otro lado del Atlántico, y más en concreto de su capital, Madrid. Agradezco enormemente que me consideres un gran intelectual, ojalá fuera así. Sólo soy una persona que alberga una enorme pasión por la cultura, y más en concreto por la filosofía y la literatura. Por mi parte, he de decir que tú sí me pareces realmente una gran intelectual, me asombra enormemente tu vasta cultura y tu forma de escribir, y es un placer poder intercambiar opiniones contigo. He de confesar que también me asombra que en un país como República Dominicana, que, desgraciadamente, tiene tantas carencias económicas (dicho sea con el mayor de los respetos), existan personas con una formación cultural como la tuya, que ya quisieran la mayoría de las personas de la (relativamente) próspera España. Por último, añadir que yo también soy un amante de los clásicos, empezando por el primero, Homero (si realmente fue él quien escribió la Odisea). Un cordial saludo desde este rincón del mundo, amiga.

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  4. Hola amigo Luis Alfonso, tendrìa que aceptar como bueno y vàlido tus argumentos, despuès de la aclaraciòn que has tenido la gentileza de hacerme, pero definitivamente me quedo con la duda,en mi perfil lo pongo, soy extremadamente incrèdula, y cuando se me atraviesa algo "entre ceja y ceja", como dice un refràn, es difìcil entrar en razòn..el que seas Español no cambiarà el afecto que te he tomado, admiro mucho España, su cultura y sus gentes..gracias por tus palabras hacia mi persona, pero todo se reduce al hàbito de la lectura que tengo, que desde pequeña me acompaña hasta el presente...
    Un cordial abrazo....Karina

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