GIOVANNI PAPINI..."EXPOSICIÒN PERSONAL"

Cuando Giovanni Papini adentra su exuberante, cautivadora y polémica inspiración en las SALAS, -que son cinco por todas- de su obra: "EXPOSICIÒN PERSONAL", se siente estremecer, aunque no con tanta contundencia como en otras, al hombre lleno de la luz de los genios, incisivo, agudo, fiel a sus principios, con arrestos de una gran amargura y desencanto interior.

Papini vivió una existencia conturbada en las reconditeces de su corazón. De Marxista-ateo y anti-clerical que era, metamorfosea sus criterios hasta avenir en un convencido, confeso y militante católico.

Ese drástico cambio ideológico es fruto, se nota, de grandes contradicciones y luchas interiores, que hacen de su trayectoria vivencial un drama profundo e incomprensible a los demás, sin afectar la diafanidad de la poesía que vibra en su vigorosa y lúcida prosa.


En esta obra, EXPOSICIÒN PERSONAL, de dos manifestaciones de su torbellino interno. De un lado su filosa IRONIA. Del otro su POLEMISMO incansable. Estas armas las usa a cada paso , enfebrecido e insistente.


EXPOSICIÒN PERSONAL comprende lo que él llama cinco SALAS, y como en las salas de las casas, de los museos, o de las galerías de arte se exponen cuadros, asì en estas SALAS de Papini se exponen inquietudes que lo desvelan. Quedan al descubierto en ellas su interior fantasía, su poderosa imaginación.

Están adornadas de varios retablos y cuadros. En cada uno de ellos deja correr infinidad de ideas. Ideas de Papini, tan raras, tan lúcidas, tan fanáticas, tan católicas, tan burlonas, tan pesimistas, tan peleadoras y siempre tan dominadas por la pasión de los estético, tan calcadas de su inspiración, tan obedientes a sus delirantes ideas, tan nítidas, eclesiásticas y reaccionarias.

Tenemos que convenir que el autor se nos muestra tal cual es, con un poco de todo lo que dà de sí en otras obras de él más extensas y no menos subyugantes.

Hombres de su perspicacia, donde quiera dejan las señas de su presencia. En el retablo de su segunda SALA, que el llama Píldoras de Minerva, dice:


MUSEO FILOSÒFICO.
"...tuve siempre el deseo de fundar un hermoso museo filosófico en el que quisiera recoger o reproducir en buenos facsímiles la cueva de Platón, la celda de Sócrates, el jardín de Epicuro, el tonel Diógenes, la tortuga de Zenón, el asno de Buridán, la cabeza parlante de Bacón, las cadenas de Campanella, el torreón de Montaigne, la mesita de zapatero de Böehme, la estufa de Descartes, los anteojos de Spinoza, la hoguera de Bruno, una de las botellas de Agua Mineral de Berkeley, los pantanos Kierkegaard, la pistola de Weininger, la rosa de Ardigò, el perro embalsamado de Schopenhauer y otra reliquias y baratijas por el estilo."...

En otros de sus retablos de esta Sala, llamado MARGARITAS COMESTIBLES, bajo el epígrafe de El Coleccionista Desengañado dice:

..."Conocí una vez a un coleccionista- loco de remate como todos sus semejantes- el cual había logrado reunir, a fuerza de viajes, terquedad y libras esterlinas, los siguientes rarísimos objetos: Unos anteojos usados por Baruch Spinoza. ..Un reloj montado por el Emperador Carlos V...Una llave y una cerradura hechas por el rey de Francia Luis XVI...Un par de zapatos fabricados por León Tolstoi...Una encinita desarraigada y encuadrada por Guillermo, emperador y rey.


-"A resultas de muchas otras locuras de ese género se quedó arruinado y un día, con pesar, se decidió a servirse de sus venerables rarezas. Entonces se dio cuenta de que con los anteojos de Spinoza no veìa...de que no había manera de poner a marchar el reloj de Carlos V...de que la llave de Luis XVI no entraba en la cerradura; de que era imposible andar con los zapatos de Tolstoi y la encinita de Guillermo, enmohecida, no ardía ni por ensueño"...

Tanto en este COLECCIONISTA DESENGAÑADO, como en el anterior MUSEO FILOSOFICO, la invariable intención pedagógica, con su sutil ironía por abajo que es la permanente tónica de los escritos Papinianos, describiendo con suave malicia aleccionadora y nos alecciona en mucho.

En esta misma SALA, la dos, la que concluye con el retablo que llama LOS RECORTES DEL HERRERO, dice:

Parece imposible..."..sin embargo, he conocido criaturas humanas - especialmente mujeres- que sufrían terriblemente por falta de preocupaciones y sinsabores. La tristeza y la congoja constituían su clima natural y no hallaban sosiego hasta que no llegaba algún mal a ocuparlas, a preocuparlas, y, casi diría, a distraerlas. Cada desgracia era "para aquellos seres singulares, una gracia y se las veía cultivar amorosamente la desdicha como nosotros cultivamos la amistada y el genio"...


Mas adelante sabiamente nos enseña:

IMITADORES DE LOS MUERTOS:

..."Para retardar la muerte (corporal) es preciso imitar a los muertos. Es preciso recurrir a la indiferencia, a la insensibilidad, a la ataraxia, a la renunciación total, a la acedia. Alegrías, penas, pensamientos, obras: todo es vida, pero vida que consume la vida, que se quema a sí misma"...

"...Para conservar las apariencias de la vida es preciso, por lo tanto, empobrecer, mutilar, vaciar la vida; ser, a semejanza para no morir, se reduce a imitar a los cadáveres"...

El penetrar por la tercera SALA de Papini, comienza hablándonos sobre la música, NOTAS NO MUSICALES SOBRE LA MUSICA; y sigue con la lectura. En esta parte que el llama COMO LEO, se muestra todo lo del maestro-poeta que vive en él y lucha por llevar a los que le escuchan o leen que para el caso es igual. Dice:

..."No leo, en el mismo día un solo libro, mas que en contadas ocasiones. Hay que saber preparar el menú cotidiano de nuestra dieta intelectual. Según las horas y el estado de ánimo, deben prepararse alimentos diversos pero bien surtidos. El pan casero de los clásicos va muy bien con las nueces secas de los filósofos antiguos, pero los racimos y los pámpanos de la poesía constituyen un gran alivio después de los callos de las estéticas y los menudillos de la crítica"-

Mas adelante nos hace una magistral exposición sobre el sueño. El la llama FILOSOFIA DEL SUEÑO:

..."El sueño es un intento de volver al vientre materno, dormirse es un atrevimiento, porque la muerte no tiene horas fijas, y nadie tiene la seguridad de volver a despertarse"..

En la SALA tercera se exponen las que llamamos bienaventuranzas del estilo de Giovanni Papini, con sólo dos nos haremos una idea, de su profundidad, de su ironía, de su pedagogía, el dice:

"..Venturosos los que se ven asaltados por los mosquitos ya que un poco de su sangre perezosa es llevada en vuelo sobre "alas ligeras"

..."Feliz más que toda otra criatura es aquel que parece un monstruo a los ojos de los hermosos, porque inspira el temor que "le hermana a los fuertes o suscita la piedad que le acerca a los santos"...

Papini, como se ve, es cáustico hemos dicho y profundamente aleccionador, un verdadero clásico .

En las SALAS cuarta y quinta, tenemos a un Papini dominado por esos arrestos místicos y evangelistas a lo Iglesia Católico-Romana, con que definitivamente ha ingresado a la posteridad de la literatura Italiana y universal.


Ya en esas SALAS le vamos a dar rienda suelta a su fanatismo religioso sin cortapisas, como se supone le place. En ellas le vemos aun sin mengua de su proverbial lirismo, abrazarse al canto y defensa de sus creencias católicas con una pasión inusitada que nos parece sincera aunque sus contenidos en realidad nos luzcan infantiles y catequéticos y extraídos de devocionarios y del añoso catecismo de Respalda.


Por esas SALAS se suceden los cuadros y retablos por el estilo de: COMUNION, PIO XII, SAN PABLO, BELEN Y SOLILOQUIO, EVA A MARIA y algunos mas en los que dominados por su fè, y adornados por su enfebrecida imaginación, nos brinda temas muy manidos y cuestionables, de línea invariablemente apologética y fabular.


Toda la obra EXPOSICION PERSONAL concluye, como era de esperar con un cuadro gigantesco que el título RESURRECCIÒN DE LA CARNE, al que sólo le falta abiertamente, aunque se puede leer perfectamente entre línea la "vida perdurable" y el "amén" del Credo.


Definitivamente Papini no es un autor cualquiera. No es un autor para los espíritus débiles y flojos. No es el autor de los conformistas. El es renuente a las innovaciones pero exige mucha calidad, mucha entrega personal, inteligencia y espíritu crítico.


Tener algo de Papini en los anaqueles de las pequeñas bibliotecas de cada quien es espiritualmente muy saludable y refrescante.