22 abril, 2010

"EUROPA ES UN CONTINENTE CANSADO"

André Glucksmann

23/04/2010 )

El filósofo francés desgrana en la Real Casa de Correos sus gustos literarios en el marco de La Noche de los Libros

Alberto Ojeda

André Glucksmann (Boulogne-Billancourt, Francia, 1937) pondrá este viernes a la celebración de La Noche de los Libros el poso filosófico. El pensador francés, autor de obras tan controvertidas como Dostoievski en Manhattan u Occidente contra Occidente, es partidario de bajar los saberes filosóficos a pie de calle. Por eso sus reflexiones embisten sin miramientos las cuestiones candentes de la contemporaneidad: el terrorismo islamista (para él, en realidad, nihilista), la guerra de Iraq (de la que fue firme defensor), la presunta decadencia de Europa (“un continente cansado)

 Incluso, en las últimas elecciones presidenciales mostró públicamente su apoyo a Sarkozy, al que veía capaz de impulsar la modernización del Estado francés, “tan anquilosado” en su opinión. De todos estos asuntos habla con ELCULTURAL.es antes de tomar la palabra en la Real Casa de Correos (a las 20.30) para desgranar sus gustos literarios, entre los que sobresalen autores clave para la regeneración del continente tras los traumas de la primera mitad del siglo XX como Soltzenitsin, Grossman y Kafka.

Pregunta.- En su último libro que Sócrates y Heidegger son los dos caminos de la filosofía. ¿Por qué?
Respuesta.- Porque creo que el sentido de la filosofía, aun cuando se complica en exceso como sucede con Heidegger, es dar respuesta a cuestiones sencillas como dónde está la verdad, cuál es la frontera con la mentira, cómo morir, cómo amar, cómo sobrevivir… Se trata de bajar a la tierra el conocimiento necesario para responderlas. Sócrates fue el primero en hacerlo: entregar la sabiduría a los hombres después de haberla descolgado del reino de los dioses.

P.- Para usted los terroristas islamistas no son en realidad más que terroristas nihilistas
. R.- Todos los terroristas, islamistas o no, siempre se buscan sus coartadas: defender el bien de la humanidad, de su clase social… Lo que les diferencia son los métodos. Los islamistas se matan a sí mismo para poder asesinar. El hecho de que acepten morir en sus atentados les justifica para matar a otros civiles. Su grito favorito, en realidad, es ¡Viva la muerte!

P.- Usted defendió la guerra de Iraq. ¿Sigue creyendo que mereció la pena?
R.- Mereció la pena sobre todo para los iraquíes. Ahora son más libres que cuando vivían bajo Sadam Hussein. Éste asesinado a muchísima más gente que los atentados islamistas. Pero también hay que advertir algunos errores de los americanos, sobre todo sus errores de cálculo en las dificultades que surgirían tras la guerra. Tampoco se dieron cuenta de que Occidente se volvería contra ellos. Para ellos, y para Occidente en general, no está tan claro si mereció la pena.

P.- ¿No cambió su parece tras saber que los EEUU falsearon pruebas para demostrar que existían en suelo iraquí unas armas que luego se comprobó que no existían?
R.- No, no me hizo cambiar de opinión, porque yo nunca dije que existieran esas armas. Todos mis argumentos se sustentaban en la necesidad de acabar con la dictadura sanguinaria de Sadam.

P.- ¿Está consiguiendo Sarkozy su propósito de liquidar el legado del Mayo del 68?
R.- Ese es un proyecto vacío. Mayo del 68 acabó hace mucho tiempo, y la herencia que dejó es muy contradictoria. Por un lado, se criticaba al Partido Comunista Francés, mientras que por otro se lanzaban proclamas marxistas, maoistas… Mayo del 68 debería ser un argumento agotado, un tema del pasado.

P.- ¿Ve en Europa un continente en decadencia?
R.- La Unión Europea está en fase de hibernación. La primera mitad del siglo XX lanzó un ejemplo nefasto al resto del mundo: la guerra total y la revolución totalitaria. En la segunda mitad, ha intentado imaginar un antídoto contra ellas, con revoluciones como la de Terciopelo, la Primavera de Praga, que no aspiraban a tomar el poder sino a recuperar la libertad, y que consiguieron eliminar los vestigios del fascismo y el comunismo en el continente. Se ha pasado de un Antiguo Régimen a un Nuevo Régimen. Pero ahora, en este siglo, Europa vuelve a estar cansada, y ya no tiene fuerza para defender a aquellos que quieren recorrer su mismo camino.

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