19 octubre, 2007

HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA.....

Rafael Lapesa

La hechura de un libro supone, en el plano exterior, antes que nada, la existencia del idioma o lengua en que se va a escribir, y claro està, conocimiento, por parte del autor, elementales si se quiere, de la lectura y escritura (¿?): rudimentos gramàticales y algo de la tècnica a emplear segùn sea el tema que se va a tratar.

Eso decimos, en el plano exterior, pero en el plano interior, toda hechura de libros supone antes que nada ideas, principios e inspiraciones, porque no basta con una, tienen que ser varias que motoricen, insuflen vida a la creaciòn escritural.

Puès bien, de los dos planos de necesidades, arriba anotados, el que es zapata, base, fondo de todo es el que se refiere a la existencia del idioma, o lengua, en que se va a escribir, que es con la que nos hemos criado, la que hemos bebido, infantes, de labios de nuetra madre junto a la misma leche que bebimos de su seno.

Nuetra lengua castellana que ya cumpliò su milenio y tantos de andarse parlando y escribiendo por ahì. Que es en realidad como una madre, cuyo regazo acogedor son sus signos ortogràficos, grafias, concordancia, sintaxis, morfologias, retruècanos, metàforas , elipsis, combinaciones mètricas, sustantivos y verbos, atravèz de los cuales somos capaces de taducir afuera todo nuestro mundo interior.

Un mundo que a veces es turbulento... otras apacibles... Que a veces se revuelca angustiado y otras satisfecho y en paz. ...que a veces regurgita odios y en otras rebosa amor.

La lengua vive. Vive y và abrazada a la inteligencia humana. Tan ìntimo es el abrazo y es la uniòn que solo ella es capaz de dejar sentir lo màs ocultos secretos del corazòn colectivo e individual.

La lengua vive, y es, cultura elementalìsima que manejan de maravilla los ignorantes; y complicadìsima que con igual destreza maravillosa manejan los sabios, para su altisonante fraseo.

Cuando hablamos de la lengua entendemos idioma, y cuando de idioma se trata, etimologìa en mano, nos referimos al "idios" griego que viene siendo lo propio.

La lengual el idioma, que son sinònimos, constituye una actividad tan personal que parece como si la hubièramos hecho nosotros para nuestro exclusivo uso, y tan colectiva, y asì efectivamente ha sido, que parece como si se levantara del centro de la tierra por sus propias fuerzas, a unìsono, de todas las gargantas.

Es tan propia. Es tan de todos.

Al usar la lengua, con su autonomìa, se pone en movimiento nuestros mecanismos socializantes, aparecen el tu, el èl, el ellos somos parte del hombre social-El grupo està en nosotros. Yo hablo y me entienden, ellos hablan y yo los entiendo, la interacciòn en pleno quehacer.

Menèndez Pidal, en 1942 afirma: "El plan que el señor Lapesa adopta es sencillo y claro, ademàs de ser conveniente comprensivo. Toma como hilo conductor la historia externa del idioma español, y simultàneamente, a travès de ella, expone la evoluciòn interna gramatical y lèxica.

El lector profano (pues el libro no quiese ser solo guìa para los que buscan la especializaciòn) no tropieza con capìtulos de pura tècnica gramatical, y, sin embargo, se incia en esa tècnica, encontràndola bajo forma fàcil en la exposiciòn de las vicisitudes mas generales porque el idioma atraviesa."

Sea dicho, el uso de la lengua no solo rerpresenta sino que nos hace sentir que integramos un grupo con movilidad y vida propia.

Està demàs decir que nuestra lengua es hija legitima del latìn, que son nuestros hermanos en el parlar, son el italiano, el rumano, el frances, el portugues, valenciano por igual descendendientes del latìn, quien a su vez lo es del griego, quienes a su vez, los griegos calcan sus grafìas del fenicio.

El conocimiento pues de la hstoria de nuestra propia lengua materna vale por si sola.

En nuestro poder "Historia de la Lengua Española", de Rafael Lapesa, en su octava ediciòn corregida y aumentada. Es un tomo grueso. Con mapas de España, de sus regiones y las rutas que marcan la expansiòn, en el siglo XII, por toda la penìnsula de sus siete (7) dialectos principales, portugès, castellano, gallego, leonès, aragonès, catalano y valenciano, de los que el castellano habrìa de imponerse definitivamente en el iglo XV, por razones de orden socio-econòmico, polìtico y militar, que son las causas que ponen y quitan idiomas a travèz de la historia, habida cuenta de que un idioma no es una camisa que pueda ponerse y quitarse con suma facilidad.

La obra de Rafael Lapesa es enorme. Seiscientas setentaiseis paginas en las que con lujo de detalles amenidad, amplìsima erudiciòn, expone el devenir històrico de nuestro idoma. Don Ramòn Menèndez Pidal, en 1942 le dedica un pròlogo que es corona. En uno de sus pàrrafos finales dice que la obra Menèndez Pidal: "Tambièn merece aplauso la idea de ensanchar el estudio lingüistico en el principales estilos literarios. En la descripciòn de estos hayamos la oportunidad de observaciòn que nos prometian anteriores trabajos especiales del autor, como su hermoso estudio "consagrado a P. Ribadeneyra".

Apertrecharnos pues con la historia de la lengua española de Rafael Lapesa y veamos la lingüistica en sus raices...

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