11 noviembre, 2007

LA CIUDAD DE LA ALEGRIA....


¿Cual serà esa ciudad de maravillas?. Todo fantàstico en ella. ¿Ciudad de ensueños?..La ciudad del Mago de Hoz...La ciudad de los niños en Disneylandia...O acaso una Austria, una Brujas, Londres, Paris, Viena, Mònaco? O quien sabe si es otra cosa. Es otra la alegrìa de que reza ese titulo.

Nada de la alegrìa a que, egoistamente, estamos acostumbrados...La que nos han enseñado..La que desde pequeños nos han dicho. Eso es gozar, eso es estar alegres...Es la alegrìa donde prevalece el egoismo, los excesos, el alboroto y el escàndalo. Esa no. Estar alegres no es solamente divertirse. O tal ves sentirse bien...La alegrìa tiene muchas facetas. Facetas que van del paroxismo y la exacerbaciòn casi demencial, a la mas discreta tranquilidad y goce interior. La dulce alegrìa de servir. La tierna alegria de ayudar a los demàs...La perfumada alegrìa del sacrificio, del trabajo insistente, del silencio....Alegrìa en medio de la miseria, el servicio a los demàs, la oraciòn...La pobreza compartida.

Dominique Lapierre, periodista desde que fue por muchos años del periòdico Paris Match, que se propone a sì mismo a la direcciòn del periòdico para cubrir todos los puntos calientes del globo. Un periodista àvido de lo diferente y se mete por los sitios mas raros y sòrdidos y pobres del planeta buscando algo nuevo, inusual, sorprendente para dejar con la boca y los ojos abiertos a sus lectores.

Lapierre y su compañera desandan caminos arriba y abajo en los paìses del tercer mundo en su bùsqueda imparable de hèroes y anti-hèroes y lo mas increible es que los encuentran a montones, de hombres y mujeres de fè profunda, aceptaciòn del manejo evangèlico total que viven y se sacrifican en el anonimato, asì se contraron con el P. Paul Lambert en un barrio infectado de Calculta.

Lapierre con su mujer se meten por los barrios màs sòrdido y miseriosos de Calcuta. Descubren toda clase de piedras preciosas, brillantes, diamantes, zafiros, esmeraldas, perlas...en hombres y mujeres entregados a la promulgaciòn del mensaje de la liberaciòn. A su encuentro con el P. Lambert comienza esta historia-poema de la caridad y la entrega.

Calculta en la actualidad es una ciudad infernal. Està en el Estado de Bengale Occidental a orillas del Hugli uno de los afluentes del rio sagrado Canges. Tendrìa en la actualidad algo asì mas de veinte cinco millones de habitantes. Su enorme cantidad la hace una ciudad promiscua, anti-higiènica, destructora de las voluntades màs firmes.

El pueblo Indù es una comunidad ètnica con una espiritualidad profundamente enraizada. Ese estoicismo a ultranza les lleva a soportar con admirable entereza, abordando hasta la temeridad, sus propias miserias materiales y carencias de medios. Està poblada de campesinos sin tierras que van hacer lo que aparezca para poder vivir.

Està probado que donde vive en llamas el espìritu... Donde mora la Fe...Donde tiene su asiento real la caridad...cualquier cosa, incluso la que parezca màs absurda y denigrante, està llena de destellos de luz. De gozos interiores dificilmente interpretables por el no iniciado en el mundo de la espiritualidad.

La Ciudad de la Alegrìa, era solo un barrio mas que poblado y super pobre, perdido en un ocèano de barrios, sectores residenciales y cèntricos de la ciudad de Calcuta. Era el Slum. Las familias campesinas que se fueron aglomerando allì vivian en la calle. Dormian en las aceras, hacian sus necesidades en los desagües pluviales. Se bañan cuando llueve y soportan mil penurias de las que ni se lamentan, ni cuenta se dan de sus denigrantes condiciones.

Cerca de trescientos mil nàufragos habitaban aquellas miserables ciudades obreras donde sòlo moraban campesinos desplazados a la ciudad carente de todo menos de sus costumbres tradionales y su gran fe religiosa.

Lapierre, en su Ciudad de la Alegrìa, escribe sobre aquel medio millòn de nàufragos que las habitaban y habitan. Misèrrimas aglomeraciones de subproletarios desempleados, desplazados, marcados de por vida dadas las tradiciones clasistas de la India. Allì podìan verse juntos afganos de tipo turco-iranì, indo-arios de Cachemira, bettias cristianos, araones negroides, mongoloides del Hepal, tibetos.birmanos de Assan, aborìgenes, bengalìes, usureros kabulìs, monges hindùes, musulmanes barbudos como los fakires y hasta improvisados dentistas venidos de China.

En aquel maremagnum humano y deshumanizado, donde la misma miseria sirve de caldo de cultivo a las vilezas de la peor especie fue donde por voluntad propia y vocaciòn de servicio vino a instalarse con su capillita y su dispensario el P. Lambert, ahì se instalò en la India.

Sirviendo y ayudando lo encontrò el periodista del Paris Macht que escribe esta novela llena de vivencias sobrecogedoras, sobre todo, para los que estamos aburguesados, y en el fondo preferimos teorizar filigranas desde nuestro confortable bunker y decir y escribir linduras que meterse entre los pobres y màs que pobres miseriosos, y hacer vida comùn con ellos, y hombro a hombro, con valentìa rayana en el heroismo.

La Ciudad de la Alegria, en medio de este caos del mundo de hoy, donde los valores màs sofisticados y forrados de millones son los que prevalecen se levanta la sencillez y el mensaje de esta novela de hoy.

Tambièn es feliz el que ayuda...Tambièn es feliz el que ama al desconocido...el que perdona...el que renuncia.

Esa es la Ciudad de la Alegria, la ciudad del perdòn.
La ciudad de la comprensiòn.
La Ciudad de la Alegria de Dominique Lapierre, una llamada a la autèntica caridad que es callada, que es sacrificada, que es perseverante...

1 comentario:

  1. La ciudad de la Alegría!, ojalá viviésemos en ella.
    Con amor real y desinteresado.

    Te dejo un beso grande amiga, hace rato que no venía a saludarte, me disculpo.

    Beso grande y qué bueno que siga tu producción tan enriquecedora, siempre.

    Fernando :)

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