28 julio, 2009

CUANDO SE DESPERTÒ, EL DINOSAURIO TODAVÌA ESTABA ALLÌ...


¿No es fabuloso, nunca mejor dicho, que una obra literaria acabada, redonda, sea tan breve que sirva de título a un texto sobre ella misma?

El autor de este minicuento lo tituló El dinosaurio. «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí». La brevedad de Augusto Monterroso, que él considera un lastre, pues le gustaría poder escribir obras extensas, ha sido sin embargo señalada por algunos críticos como elemento esencial de originalidad y calidad. «Desvarío laborioso y empobrecedor el de componer vastos libros; el de explayar en quinientas páginas una idea cuya perfecta exposición oral cabe en pocos minutos», que diría Jorge Luis Borges (así lo escribió en el prólogo a su Ficciones).
Que el personaje estuviera durmiendo solo hace que aumentar en el lector precisamente ésa sensación de haberse perdido algo. De hecho: ¿Qué es más inquietante? ¿Que aparezca un dinosaurio, o lo que le haya acontecido al personaje mientras estaba dormido? Impresiona la cantidad de reflexiones que pueden surgir (y que surgieron y siguen surgiendo, desde luego) en torno a solo siete palabras. Tan es así que no es extraño que este cuento se use como punto de partida para ejercicios de clase. Sirve como excusa para hacer a los chavales preguntas directas tales como «¿Qué son los dinosaurios?» «¿Cómo son?» pero también para otras no tan directas, y que llevan intrínsecos esfuerzos literarios: «¿Qué pasó antes? ¿Y después? ¿Cómo era la situación?». «La posibilidad de elegir una tarea y la ausencia de respuestas correctas pueden dar lugar a la imaginación y a muchas respuestas individuales en las que los alumnos pueden aprovechar las asociaciones y el vocabulario establecidos entre todos», explica la profesora Ingunn Hansejordet.
El peso de la narración recae en lo no dicho, lo que fomenta precisamente la multiplicidad de interpretaciones. Al lector le invade la sorpresa sorpresa, le puede la ambigüedad, a menudo le lleva al aturdimiento la breve narración. La sensación de que algo se nos escapa fuerza a encender la maquinaria de interpretar, la imaginación. «El cuento tendría un corte fantástico si tomamos al dinosaurio como algo real, como una conjunción del pasado prehistórico, donde esta criatura habita, con el presente de un mundo lógico y racional, donde vive el hombre. En otras interpretaciones, estaríamos ante una narración de misterio o policíaca, si el dinosaurio fuera apodo de algún hombre. Podría tratarse también de una comedia, o incluso tener contenido político, si le damos esta connotación al término “dinosaurio”».
Así lo explica Faustino Gerardo Cerdán Vargas en el artículo Augusto Monterroso y el minicuento. La obra literaria siempre es medio de quien la escribe, medio de quien la lee y la interpreta.

Le salió bien la transgresión a Monterroso. Quien aún pretenda que el cuento o los microrelatos son un género menor, tendrá que dar muchos más argumentos para sostenerse tras la publicación de El dinosaurio. Y el que aún no lo quiera creer, que eche un vistazo a la lista de continuadores, desde el escritor Pablo Urbanyi (hizo algo que es, a la vez, una parodia y un homenaje: «Cuando despertó, suspiró aliviado: el dinosaurio ya no estaba allí») hasta los múltiples y variados autores que en él se han inspirado y se pueden encontrar en el mismo internet en el que triunfa Twitter.

21 julio, 2009

MARIO Y ONETTI SE RECONFORTABAN....

DOLLY ONETTI Viuda del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti

"Mario y Onetti se reconfortaban"
JUAN CRUZ 21/07/2009

En mayo muere el poeta, cronista de los sentimientos, Mario Benedetti, a los 88 años. Un resistente al exilio y a la enfermedad.
Como si se hubiera producido una carambola maldita, el 28 de abril, el día en que empeoró en Montevideo la salud del poeta Mario Benedetti, moría triste en la misma ciudad uruguaya la poetisa Idea Vilariño, la autora de No, gran amor que fue de Juan Carlos Onetti, cuyo centenario estaba próximo.

Aliviaba la tristeza escribiendo.

"Su sarcasmo, a veces, se interpretaba mal"
Era como si sobre Uruguay pendiera en ese instante la ceremonia de una devastación. Aquel mediodía del 28 de abril, cuando falleció Idea y circuló la noticia del agravamiento de Benedetti, que moriría el 17 de mayo, la melancolía habitual de Montevideo se concentró aún más en los cafés y en las librerías.

De esas coincidencias hablamos con Dolly Onetti, o Dorotea Muhr, la viuda del autor de La vida breve. Fue su compañera durante más de cuarenta años, y aquí, en esta casa en la que hablamos, vivieron la última década de la existencia de Onetti. Aquí venía a verle Benedetti; era su amigo y su colega, e Idea Vilariño vino en 1989. "A Juan le hizo mucho bien esa visita".

Mario y Juan Carlos "se reconfortaban el uno al otro de la ausencia de su maravilloso Uruguay. Mario fue más consecuente, porque volvió". ¿Y Onetti no tuvo ganas de volver? "Sí y no. Pero el no era tan fuerte...". Mario inició el desexilio, como él decía, pero nunca se recuperó del todo de la persecución que los militares practicaron contra tantos uruguayos. "Pero Juan Carlos no quiso volver. Era perezoso para el avión, lo odiaba, y siempre decía: 'Estoy viejo, estoy feo, la mitad de la gente que yo conocí se murió ya. No le entusiasmaba la idea de volver".

Mucha gente ha vuelto, dice Dolly, "y no siempre les fue bien". Benedetti regresó del todo cuando empeoró la salud de su mujer, Luz, que murió de Alzheimer, hace tres años, en Montevideo. Llevó consigo una tristeza honda que aliviaba escribiendo.

Se reconfortaban "sobre todo por teléfono". Benedetti regresó con cicatrices. El exilio, la persecución, y después la vuelta con su mujer ya tan ausente convirtieron el último periodo de su vida en una experiencia difícil que agrandó la melancolía a veces huidiza de su carácter.

Dolly los retrató alegres, un día, "contra esa biblioteca, los dos riendo, linda foto". Y se decía que Onetti no reía. "Un tópico más. Era huraño, sí. Era irónico y sarcástico, y a veces el sarcasmo se interpretaba mal. Creo que en Uruguay se usa más la ironía que acá, o por lo menos eso es lo que pasaba antes".

Pero Onetti no era tan huraño; "era muy simpático con los humanos, sobre todo con los niños, y con los animales. ¡Acordate de lo que era con La Biche! Era una adoración con la perra".

Él decía, de broma, que no se levantaba de la cama (donde la leyenda dice que vivió los diez últimos años de su vida, hasta 1995, cuando murió) "porque La Biche me muerde las canillas". En realidad, recuerda Dolly, se metió ahí primero porque le pusieron una inyección que tuvo malas consecuencias. Y también porque era perezoso. "Leía acostado. Estaba cómodo en la cama para leer. Como leía todo el tiempo, estaba mucho en la cama. Y luego tuve ese problema con la inyección. Ya eso no fue su culpa".

Idea Vilariño vino a verle en 1989. "Y fue importante para él. Como él no iba a volver, verla aquí era muy importante. Una gran poetisa, maravillosa... Ella era más intelectual, estaba a la altura de Juan en la literatura, yo estaba en otra cosa". ¿Y cómo fue el encuentro? "No sé; yo sabía que era una relación entre ellos, había sido una relación apasionada, quizá la más apasionada de Juan. Y cuando llegó, yo me fui. Estuvieron juntos, solos".

Dolly y Onetti se juntaron en 1955, "y Juan dijo que era para siempre. Y era verdad, yo lo sabía. Y yo sabía también que no iba a ser la única mujer de Juan a partir de entonces, eso era absolutamente absurdo. Él me contaba, no había secretos. Había algo así como de conspiración. Ésta es tu vida, yo la comparto desde fuera. Y, por suerte, no soy celosa. Nunca lo fui. Si no, no habría funcionado". Era generosidad. "No, no. Lo que me importaba era que él me amaba a mí. Éramos casi como uno. Muchas veces decía: 'Vos sos un brazo mío'. Lo fui".

20 julio, 2009

LA PASION ERÒTICA SE MOSTRARAN A TRAVES DE GRANDES OBRAS DE ARTE...

Bellezas agonizantes

"Cleopatra y las bellezas agonizantes" con obras de Man Ray, Dalí, Delvaux o Moreau, es otro de los capítulos del recorrido que finalizará con los dedicados a la Magdalena penitente, representada por Marina Abramovic, Luca Giordano o Canova, y a las decapitaciones. "Es la sección más heavy, en la que se aborda el tema de la mujer fatal en su extremo. Las Judith y Salome que acaban con su pareja, junto con algunos David, ambiguos, con la cabeza de Goliat. Es la cabeza cortada como fetiche erótico representada por autores como Francesco del Cairo, Valentin de Boulogne, Jacob van Oost, Guernico o Cindy Sherman". La selección de las obras responden al interés del comisario en que estuvieran representadas "todas las miradas y todas las orientaciones sexuales. También hay sadomasoquismo, voyeurismo, en un relato en que aparecen los principales fetiches de la pasión erótica, abordados con obras de la máxima calidad". En la imagen, "Venus"" de Amaury-Duvel, 1862.
EFE - 2009-07-20

Vampirismo, canibalismo

La primera parte de la exposición finalizará con "El beso", con insistencia "en el lado violento y oscuro. Hay mucho vampirismo o canibalismo en esta sección, con amantes que desean devorarse", según el comisario. Obras de Rodin, Munch, Max Ernst, Warhol, Magritte o Nan Goldin ilustran el apartado que finaliza en una pequeña sala adjunta donde se proyectarán tres vídeos de Bill Viola "que son espectaculares". En Caja Madrid se tratará "el encanto erótico de la muerte", con capítulos sobre Apolo y Jacinto y Diana y Endimión, "centrados en el cuerpo masculino como objeto erótico, los bellos efebos dormidos, lánguidos y agonizantes", con obras de Tiepolo, Rubens, Luca Giordano, Marina Abramovic o la imagen de David Beckham dormido fotografiado por Sam Taylor-Wood. En la foto, la obra de Picasso, "Espectáculo para una pareja. El capitán Fraus Banningh"
EFE - 2009-07-20


La femme fatale

Un tercer espacio abordará "las dos figuras sobrenaturales- esfinges y sirenas- de la femme fatale donde se podrá contemplar una escultura de Louise Bourgeois; la fotografía hecha por Mapplethorpe a Patti Smith y pinturas de Courbet o Corot. El tema clásico de las tentaciones de San Antonio lo abordan Furini, Cezanne, Picasso o Antonio Saura, mientras que "la esclavitud erótica, con figuras que sufren, en una especie de agonía voluptuosa" estará presente en la sala sobre San Sebastián "que se aborda desde la pintura del Renacimento como icono gay o icono del cuerpo masculino voluptuoso", con obras de Bronzino, Guido Reni, Ribera, Bernini, Moreau, Edouard Levé. Frente a San Sebastián, Andrómeda representada por Rubens, Doré, Dalí, Bellmer o la escultura de Hans Bellmer. En la imagen fotografía de Man Ray "Las lágrimas" (1930)
EFE - 2009-07-20

La pasión erótica llenará el Thyssen
La pasión erótica, desde todas las miradas y orientaciones sexuales, y la íntima relación entre el sexo y el instinto de muerte se mostrarán a través de grandes obras de arte en la exposición que el Museo Thyssen-Bornemisza dedicará en otoño a las Lágrimas de Eros. (texto y fotos: EFE)
El lado oscuro
La muestra abordará el lado oscuro del dios del sexo y el amor, los tormentos de la pasión, en las más de 120 piezas en las que el comisario Guillermo Solana, director artístico del Thyssen, ha querido plantear un diálogo sobre los mitos de Eros con obras de maestros antiguos, pinturas del siglo XIX, los surrealistas y lo contemporáneo. En las salas del Museo Thyssen y de Caja Madrid irán dialogando los mitos paganos y las historias bíblicas judeo-cristianas en una narración en la que se combinan pinturas, esculturas, fotografías y vídeos. Una fotografía de Man Ray, "Las lágrimas", y la "Venus" de Amaury-Duvel, se exhiben en el espacio dedicado al nacimiento de Venus, "el origen de todo", con el que se inicia la muestra. En una segunda sala, "Eva y la serpiente", se mostrarán obras como "La encantadora de serpientes" de Henri Rousseau, "que se presta en escasas ocasiones", o las fotografías de Nastassia Kinski, de Richard Avedón, o la de Rachel Weisz con una gran serpiente que recorre su cuerpo desnudo, obra de James White. En la imagen, fotografía de Rachel Weisz, obra de James White
EFE - 2009-07-20

14 julio, 2009

GALILEO, DARWIN Y ARMSTRONG.....


TRIBUNA: ANDRÉS RIPOLL
Galileo, Darwin y Armstrong
ANDRÉS RIPOLL 14/07/2009

Tres personajes históricos que han revolucionado nuestra forma de pensar.-
¿Tienen algo en común estos tres personajes históricos (Galileo, Darwin y Armstrong) que merezca ser comentado? Aunque lo más obvio es la coincidencia, este año de 2009, del aniversario de tres grandes eventos que han sido cruciales para el progreso de la ciencia, la realidad es que, en cierta medida, han revolucionado nuestra forma de pensar.

Galileo En esta época de desarrollos tecnológicos tan espectaculares como el teléfono móvil o una prótesis inteligente, no creo que llamara la atención un largo tubo con dos vidrios en sus extremos que producía una imagen unas seis a ocho veces mayor de lo que se veía a simple vista. Sin embargo, en 1609, hace 400 años, Galileo consiguió con este instrumento gran notoriedad entre sus coetáneos. El 21 de agosto lo presentó al Senado de Venecia. Montó el artilugio óptico sobre el Campanile, en la Plaza de San Marcos, donde entusiasmó al público espectador. Ante sus ojos, Murano, situado a unos 2,5 kilómetros, parecía estar a solo 300 metros. Galileo legó los derechos sobre el telescopio a la República de Venecia, muy interesada por las aplicaciones militares del aparato.

Si la notoriedad de este primer telescopio se hubiera limitado a lo antes dicho, posiblemente pocos recordaríamos hoy los hechos antes narrados. Galileo fue perfeccionando su rudimentario instrumento (consiguió más de 20 aumentos) y continuó observando el firmamento.
Analiza con detalle la Luna y sus fases donde descubrió que el astro no es una esfera perfecta, como requería la teoría aristotélica. Comprobó que la zona transitoria entre la sombra y la luz era irregular, lo que afirmaba la existencia de montañas y no una superficie perfectamente esférica y lisa como preconizaba Aristóteles.

Descubre la naturaleza de la Vía Láctea, donde puede contar estrellas en la nebulosa de Orión y encuentra que ciertos objetos tomados como estrellas son en realidad cúmulos de estrellas. Prosigue sus observaciones y descubre las fases de Venus, para él, prueba evidente de la hipótesis heliocéntrica de Copérnico. Probablemente el descubrimiento más capital es constatar la existencia cerca del planeta Júpiter de cuatro pequeñas estrellas, que después de varios días de observación, confirma que son cuatro satélites (conocidos como los satélites galileanos: Io, Europa, Ganímedes y Calixto) orbitando al gran planeta. Para Galileo es la prueba de que, Júpiter y sus satélites, forman un pequeño modelo de Sistema Solar. Basándose en este descubrimiento pretende poder demostrar que las órbitas perfectas circulares de Aristóteles no existen, y que todos los cuerpos celestes no giran alrededor de la Tierra, un golpe muy duro para los seguidores de las teorías aristotélicas y ptolomaicas.

En 1611, Galileo es invitado con todos los honores por el Cardenal Barberini, futuro Papa (Urbano VIII), a presentar sus descubrimientos al Colegio pontificio. La Academia de los Linces, de la que yo guardo un grato recuerdo porque en su sede de Turín recibí el título de Académico de la International Academy of Astronautics-IAA, lo recibe con entusiasmo y le admite como su sexto miembro.

Pero la intransigencia de Galileo, que rechaza la idea de una posible equivalencia de las teorías heliocéntricas de Copérnico comparada con la hipótesis geocéntrica de Ptolomeo, precipita la decisión del Cardenal Belarmino (el mismo que condena a la hoguera a Giordano Bruno) para ordenar que el tribunal de la Inquisición realice una investigación "discreta" sobre las teorías propugnadas por Galileo. El resto de la historia es muy conocida. Visto retrospectivamente, realmente la Inquisición fue bastante benévola con Galileo. En realidad su intransigencia era un ataque frontal contra las ideas que habían reinado durante siglos en la Cristiandad. Aristóteles era intocable porque había sido adoptado por los grandes teólogos cristianos como San Alberto Magno y Santo Tomas de Aquino; tengo para mí que la osadía de Galileo era difícil de asimilar por la Iglesia.

El telescopio ha sido, desde Galileo, el instrumento básico para la investigación astronómica. En realidad no es más que un colector de energía, que la concentra en el foco. Cuanta mas superficie colectora posea más energía recibirá el foco, de la que se podrá extraer más información. Para poder discriminar la información recibida será preciso instalar en el foco los instrumentos científicos adecuados: cámaras, espectrómetros, contadores, registros, etcétera.

Todos los objetos que hay en el universo radian energía en forma de ondas electromagnéticas, pero la atmosfera de nuestro planeta Tierra, filtra la mayor parte de esta energía. Para conocer en detalle el Universo es preciso observar en todos los rangos de frecuencia del espectro, no solo en el visible, también en rayos gamma, rayos X, UV, infrarrojo, microondas, radio, onda corta y onda larga. Es obvio pues que para abarcar toda posible información se precise instalar algunos de estos telescopios, con su instrumental científico, en las naves espaciales más allá de la atmósfera.

Primer Evento: Al cumplirse este año el 400 aniversario del primer telescopio de Galileo, la ONU ha declarado el año 2009, el Año Internacional de Astronomía, AIA - IYA 2009.
Gracias a Aristóteles, "maestro de los que saben" según Dante, a quien debemos el haber creado la ciencia de la razón, la lógica; gracias también a los desarrollos tecnológicos empezando por el telescopio de Galileo; y gracias al dominio del espacio, hemos conseguido acumular, en un período relativamente corto, unos conocimientos del Universo que probablemente no tiene parangón en ningún otro campo del saber. La confirmación de los procesos de nucleosíntesis en el centro de las estrellas, lo que nos permite afirmar que somos polvo de estrellas, porque sin estos hornos, donde se generan los elementos (carbono, oxígeno, fósforo, etc.) que componen la vida, no existiríamos.
La detección de múltiples planetas extrasolares, como confirmación de las teorías sobre generación y evolución de sistemas solares. La comprobación de que las leyes físicas son universales, y rigen por igual en cualquier confín del cosmos. La posibilidad de conocer con cierto detalle la historia del universo desde el Big-Bang hasta nuestros días, son algunos de los elementos que confirman el gran avance de la astronomía.

Hay evidencias científicas que permiten resumir varias de las secuencias de la historia del universo: después de la gran explosión, la semilla del cosmos se expandió exponencialmente de forma extremadamente rápida (todo ello en unos 10-35 segundos, según la teoría inflacionaria de Alan Guth). En los primeros minutos, en un ambiente de muchos millones de grados, se creó el hidrógeno y algo de helio. Cuando el Universo tenía 380.000 años de existencia, la temperatura había bajado lo suficiente para que las partículas cargadas eléctricamente como los electrones y los protones, que desviaban los haces de luz, se combinaran para formar átomos, lo que permitió la libre circulación de energía electromagnética que hoy vemos. Los siguientes 10.000 millones de años la materia y la energía, sometida a las fuerzas fundamentales, fue ordenando el universo tal como lo estamos viendo (galaxias, estrellas, planetas, etcétera).

Cuando el Universo tenía unos 10.000 millones de años y nuestro planeta Tierra unos 1.000 millones, sometido entonces a intenso bombardeo de meteoritos, parte de la materia se había organizado de forma que podía crecer y reproducirse. Material fósil encontrado en la isla de Akilia cerca de Isua, Groenlandia, datado con al menos 3.850 millones de años de antigüedad, parece confirmar que la vida ya existía entonces. ¿Cómo se originó? ¿Cuáles son los procesos fisicoquímicos que transforman la materia inerte en un ente vivo? Este sigue siendo uno de los mayores retos científicos de nuestra era.

Darwin ¿Existió un primer organismo vivo del que descendemos todos? A Darwin no le gustaba la idea de vida en constante emergencia y hoy la gran mayoría de biólogos piensan que la vida en la Tierra desciende de un ancestro común. Si este no fuera el caso, sería difícil explicar como todos los organismos vivos comparten el modo en que la célula registra la información genética y la reproduce. Pero ¿Cómo pudieron sobrevivir a los intensos bombardeos de meteoritos los primitivos organismos? ¿Acaso la vida fue inseminada desde el espacio por una panspermia natural, como propuso Svante Arrhenius? Hallar vida sobre otro planeta no nos esclarecería el origen de ella, pero encontrar un simple microbio en cualquier parte del cosmos transformaría para siempre nuestra imagen del Universo.

Durante los siglos XIX y XX, los científicos han reconstruido laboriosamente la historia de la vida en la Tierra. En términos generales, cuanto más retrocedemos en el tiempo más simples eran los seres vivos. La proliferación de vida compleja ocurrió en los últimos mil millones de años (aproximadamente un 25% del tiempo total de existencia de vida en este planeta). Solo en los últimos 500 millones de años se inició una autentica explosión de especies que dio lugar a la colonización de la Tierra por los seres vivos complejos. Antes la vida estaba limitada a organismos unicelulares.
Segundo Evento: Fue Darwin quien explicó en líneas generales la teoría de la evolución en su libro El Origen de las Especies que se publicó el 24 de noviembre de 1859, quedando agotada el mismo día la edición, y lo mismo le sucedieron a seis ediciones posteriores. Este año se conmemora el 150 aniversario de la primera edición.

La publicación provocó grandes controversias porque echaba por tierra la teoría creacionista y desplazaba al ser humano del centro de la creación. Sin embargo, convenció a los científicos de que los seres vivos evolucionan primando las mutaciones genéticas que se adaptan al ambiente. Darwin explica en la introducción del libro la razón de la fecha de publicación. Dice que le ha movido a hacerlo el que "Mr. Wallace... ha llegado casi exactamente a las mismas conclusiones generales que sostengo yo sobre el origen de las especies". Este reconocimiento de la co-autoría de la teoría evolucionista, honra a Darwin.

La NASA organizó, en 1996, un simposio al que asistieron expertos de los más variados campos del conocimiento: científicos, filósofos, teólogos, incluso algún político. El simposio tenía por objeto deliberar sobre cuales deberían ser las líneas maestras en las que se asentara su programa científico en el futuro. Como conclusiones a dicho simposio se redactó un informe proponiendo el programa multidisciplinar Origin,s que fue aprobado y donde la NASA está invirtiendo, por muchos años, gran parte de los recursos destinados a las ciencias del espacio. El objetivo fundamental de este programa es esclarecer los orígenes, los que explican el Universo y los que explican la vida. El programa está compuesto por un conglomerado de grandes misiones. Cada una de ellas se basa en el legado científico y técnico de las misiones previas, proporcionando nuevos conocimientos y tecnología para la siguiente.

Si alguna de las grandes misiones futuras como el TPF (Terrestrial Planet Finder), encuentra algún planeta extrasolar con signos de vida, por ejemplo gases atmosféricos tales como dióxido de carbono, vapor de agua y ozono, se iniciaría una misión más allá del año 2020 (Life Finder), que constaría de una red de grandes telescopios. La radiación infrarroja combinada de estos telescopios produciría en los detectores, espectros de muy alta resolución de las atmósferas de los planetas extrasolares distantes. La investigación en astrobiología ayudará a expandir nuestros conocimientos sobre los signos de vida que se espera aparezcan en diferentes estados de evolución y ¿por qué no?, sobre especies con algún grado de inteligencia.

Armstrong En 1973, en Cracovia, tuvo lugar un simposio para conmemorar el 500 aniversario del nacimiento de Copérnico. Durante siglos se afirmó que la Tierra era el centro del Universo. Nadie se atrevía a disentir de Aristóteles y Ptolomeo, según los cuales todo giraba alrededor de la Tierra. Fue el canónigo Copérnico quien dio una gran lección de humildad a la Tierra y sus habitantes al mostrarles que no tenían ninguna situación de privilegio, que ésta no era más que un insignificante planeta, girando alrededor de una estrella vulgar, en un inmenso universo. Fue en este simposium de Cracovia donde Brandom Carter presentó un principio revolucionario: el Principio Antrópico, según el cual quizá el hombre vuelva a recobrar el orgullo de ser el centro del universo, aunque no centro físico, sino como único observador privilegiado. Carter lo expresó claramente: "Nuestra posición en el Universo es necesariamente privilegiada en el sentido de que es compatible con nuestra existencia como observadores".
Los viajes al espacio son la realización de un deseo ancestral y la culminación de uno de los grandes sueños de la humanidad. Yuri Gagarin voló por primera vez al espacio el 12 de abril de 1961, es nuestro primer mensajero cósmico. Muy pronto, el 25 de mayo de 1961, el Presidente Kennedy pronunció en el Congreso de Estados Unidos, un discurso histórico con respecto a la exploración del espacio por el hombre: "Esta nación debe comprometerse a conseguir el objetivo, antes de terminar esta década, de alunizar un hombre en la Luna y retornarlo sano y salvo a la Tierra". El programa Apollo había nacido.

Sobre el programa Apollo se han escrito muchos volúmenes y no es mi intención repetir lo que ya se ha dicho muchas veces. Sin embargo es muy instructivo recordar lo que el proyecto logró en un tiempo increíblemente corto y con unos medios técnicos considerados hoy prehistóricos. Tuve la suerte de participar en el desarrollo de las misiones tripuladas Apollo, y éstas dispusieron de recursos económicos y humanos prácticamente sin límite. A esto hay que añadir la herramienta moral más valiosa que proyecto humano pueda tener: la ilusión. Entre las múltiples actividades poco comunes a realizar, fue preciso decidir como se desarrollarían las misiones, en que parte de la Luna se alunizaría, encontrar soluciones técnicas para construir grandes lanzadores para transportar varios astronautas a la Luna y naves espaciales que pudieran ensamblarse en el espacio con total estanqueidad; diseñar y fabricar trajes espaciales para actividades extravehiculares en la superficie de la Luna donde reinan vacíos extremados, grandes dosis de radiación y temperaturas totalmente inadecuadas para el hombre: sobre todo, la medicina tuvo que encontrar solución a muchos problemas que conlleva la ausencia de gravedad y la intensa radiación.

Tercer evento: el día 20 de julio de 1969, ahora se cumple el 40 aniversario, Neil Armstrong, como observador privilegiado representando a la humanidad, pisaba por primera vez un objeto celeste distinto de la Tierra, haciendo realidad nuestro sueño ancestral. Como dijo al grabar la primera huella humana en la superficie lunar: "Un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad".

Podemos concluir, pues, que nuestra especie vuelve a ser el centro del universo, no en el sentido físico, sino como observador privilegiado por ser consciente de ello. Parece que en cierta forma se ha cumplido un ciclo histórico universal: la nada -materia inerte- a vida -consciencia que nos permite observar y reconocer la belleza de nuestro entorno-.
Andrés Ripoll es miembro de la Real Academia de Ingeniería y de la International Academy of Astronautics.


08 julio, 2009

HERRAMIENTAS DEL JARDIN DE DARWIN....


Broche de la capa de Darwin
Broche de la capa que Darwin utilizaba en invierno en su jardín de Downe.
GALTON COLLECTION - 08-07-2009

Herramientas utilizadas por Darwin para la jardinería y broche de su capa.- GALTON COLLECTION

Mostrados en público por primera vez los útiles empuñados por el científico británico mientras pensaba
EL PAÍS - Madrid - 08/07/2009

Unos pequeños útiles de jardinería, que Darwin utilizaba, poco, mientras pensaba y observaba mucho en el jardín de su casa de Downe, han sido expuestos por primera vez durante unos días en Londres por la Royal Society. Formaban parte de la exposición Ciencia doméstica: los naturalistas victorianos en casa, y fueron encontrados en el University College de Londres. Por lo que se sabe, no se habían expuesto nunca en público.

Se trata de unas tijeras, unas pinzas y el broche con el que Darwin se sujetaba la capa que se ponía para salir al jardín. Felicity Henderson, comisaria de la exposición, explicó: "Aunque son pequeños objetos, son icónicos porque nos permiten sentirnos cerca de Darwin, envuelto en su capa y sumido en sus pensamientos. Es una experiencia muy común a cualquiera que haya practicado la jardinería doméstica".

El jardín fue el laboratorio al aire libre de Darwin, el lugar en que recogía datos y desarrollaba sus ideas sobre la evolución, recuerda la Royal Society. Se comenta que cuando una vez le preguntaron a su jardinero por la precaria salud del naturalista, aseguró: "Mi pobre amo, me gustaría que tuviese algo que hacer. Pasea por el jardín y le he visto estar parado más de 10 minutos delante de una flor. Si tuviera verdaderamente algo que hacer, creo que se sentiría mejor". De hecho, Darwin mantenía una amplia correspondencia con otros jardineros para obtener información sobre el cultivo y la reproducción de las plantas e incluso mandó consultas a revistas de jardinería. Utilizó esta información para su obra magna El origen de las especies, de cuya publicación se cumplen 100 años.
"Darwin siguió, durante los últimos 40 años de su vida, el consejo de Voltaire y cultivó su jardín", recuerda Steve Jones, catedrático de Genética del University College. "Con estas herramientas sentó las bases de la botánica moderna: el estudio de las hormonas, las enzimas digestivas, el sexo, la autofertilización y demás. Con ellas está el broche de su capa favorita, la que utilizaba a menudo para acompañar a su esposa y su familia a la iglesia en Downe, y siempre se volvía antes de entrar para volver a su adorado jardín".

03 julio, 2009

UNA PROMESA DEBIDA A IDEA VILARIÑO...



En Rojo
Tania A. Ramos González/Especial para En Rojo
Fue un martes a las diez y treinta de la mañana cuando pude tocar de cerca el misterio de su poesía. La muerte, como una de sus temáticas principales, me llevó hasta su puerta. Estaba en la fase investigativa de mi tesis y una beca me había abierto el camino para llegar hasta Montevideo y conocerla. Ella no recibía a nadie; la vida y sus múltiples niveles de tristeza habían logrado que se aliara sin reparos junto a una soledad segura y productiva.
He de aclarar, que en realidad me llevó hasta ella una herida, pronto entendí que era compartida. Diez y veinticinco, mis impulsos estaban allí queriendo reconocer en ella lo que había perdido. Quizá aceptó verme porque dos asuntos la acercaban a Puerto Rico: “Fefel” Varona y el recuerdo de la correspondencia que sostuvo con Juan Ramón Jiménez mientras éste vivía aquí.
Ciertamente, las razones sobraban, yo estaba allí frente a su puerta esperando hurgar entre sus versos, entre su laconismo, para comprender el ritmo de sus palabras, para conocer a la “Suplicante” que perdió su paraíso, su pobre mundo, sus poemas de amor. Llevaba conmigo una libreta, una grabadora, copia de las cartas que ella le había escrito al poeta, una hija en el vientre y el frío desnudo de quien se acerca a un precipicio. Toqué el timbre de aquella puerta oscura que cobijaba a una extraordinaria poeta. Fue entonces cuando la vi por primera vez.
Estaba tan cerca de mis ilusiones que sentí la fragilidad del temor constante a equivocarme con cada palabra pronunciada a su lado. Una biblioteca inmensa llenaba la sala donde tenía lugar aquel encuentro, poco a poco entendí que la realidad puede a veces superar la fantasía. Comenzamos a conversar, rompiendo el abismo que se forma ante la presencia de un desconocido. Yo sólo tenía fragmentos de su vida; ella la tenía toda; yo sólo tenía preguntas luego de haber devorado su obra publicada; ella, pocas respuestas y una mirada serena. Sin darnos cuenta, las horas se acumularon en el sofá mientras conspirábamos a favor de la poesía. Manuel Claps, Juan Carlos Onetti, Juan Ramón Jiménez del lado de allá; Eugenio María de Hostos, Julia de Burgos, Juan Antonio Corretjer, entre otros, del lado de acá. Ella conocía muy poco de nuestra literatura, apenas podía entender qué clase de país éramos (somos), -pero colonia todavía ¿por qué?, -me preguntaba; fue difícil explicarle, puesto que en el fondo compartía con ella la misma decepción.
Ella ya había escuchado de Puerto Rico por su cercanía con Casa de las Américas en Cuba (fue jurado en certámenes) y también porque en 1968 conoció a José “Fefel” Varona. Ambos coincidieron en un vuelo (asientos contiguos); su encuentro fue previo al ataque que daría fin a la vida de éste, por parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses. “La inteligencia de ese joven me impactó, él me habló de su país y lo que lo motivaba a ir a Vietnam”, -me decía la poeta. Fue sólo ese encuentro, pero provocó que Vilariño le dedicara un poema en su libro Pobre mundo, a raíz de la muerte de éste. Así la complicidad iba anudando nuestras vidas.
El mate de aquella tarde y tanta palabra suelta fueron marcando el territorio entre el cariño, la admiración, las coincidencias y el amor. Yo traté de indagar sobre diversos asuntos. Empecé a preguntarle acerca de su círculo de amigos e intelectuales; sus ojos decían más que sus palabras... “el filósofo Manuel Claps, -contestaba escuetamente-, pues él y otro grupo de escritores (fundadores de la revista Número1) nos obligábamos a ser severos, críticos y autocríticos”. Pero su poesía, Idea, su poesía; esa profunda tristeza y apego a la muerte (que en el fondo es apego a la vida): “mi poesía comenzó buscando darle expresión a lo que sentía”-contestó.
La muerte de su madre (1943), la de su padre (1944) y la de su hermano Azul, poco después, además de los periodos de enfermedad en la piel, que la tuvieron todo un año en cama, son sólo algunos datos que la marcaron y pueden haber propiciado que ella dedicara su vida al estudio de las letras y no al de la ciencia y la medicina, como se había propuesto inicialmente. Cuando hablaba con tibieza de su padre, el poeta Leandro Vilariño, le brillaban los ojos; una especie de alegría tierna habitaba su memoria sólo percibida por el tono de su voz. Los silencios eran buenas señales, ya tocaba un cambio de tema urgente. Yo quería saber siempre más, pero no debía abrumarla, algo me susurraba al oído que no debía. Por fin, me atreví a preguntarle de sus amores, en especial sobre Onetti, todos hablaban y especulaban, tras las dedicatorias que ambos poetas habían colocado en el umbral de sus respectivos libros (Ella: Poemas de amor; Él, Los adioses).
Era de conocimiento público que habían tenido una relación amorosa, difícil e intensa. Sí, lo amó, sin lugar a dudas. Pero el suyo fue un amor doloroso, signado por partidas y pérdidas, sin por ello dejar de ser amor. Tuvo sus ganancias poéticas y literarias para ambos. Pero aquella tarde, fue poco lo dicho, salvo un lacónico: “Juan Carlos Onetti, relación personal muy intensa, lucha de secretos y silencios mal leídos. No hablábamos de literatura”. Tan sólo eso, y que lo vio antes de morir. Cuando lo visitó comprobó que todavía quedaba un profundo cariño puesto a airear. Claro, que hablar de los escritores y cómo éstos se relacionan amorosamente, fue la forma perfecta para hacernos piolas, desde ese lugar intangible de los sueños y las decepciones. Fue entonces cuando saqué las cartas que ella le había enviado a Juan Ramón Jiménez. Abrir esas cartas fue hurgar en un baúl de nostalgias; tesoros escondidos, y poco comentados por la crítica, se me fueron apareciendo.
Ella lo admiraba, lo leía y sabía de memoria muchos de los poemas de la segunda antología. Había mantenido una relación de amistad con el poeta y algo de esa correspondencia la intercambiaron mientras él vivió en Puerto Rico. Vilariño recuperó así copia de sus cartas, y en recompensa, me permitió leer algunas de las que Juan Ramón le había escrito. Digamos que tuvieron una relación de amor platónico correspondido. Transitar por aquellas letras cerradas, enigmáticas, amorosas y desbordadas, ya era un gesto de confianza que agradecí pronto. Sentí aquella impertinencia autorizada como un cumplido en medio de nuestra prolongada conversación. Ya éramos amigas, si no cómo explicar tanta intimidad organizando los sentidos. Una llamada nos interrumpió, un corte inesperado, ya habían venido a recogerme; si bien es cierto que era tarde, qué importa el tiempo cuando estás en medio de la poesía.
Una familia generosa se había atribuido rigurosamente la responsabilidad de cuidarme, pues tenía seis meses de embarazo y estaba en un país conocido sólo a través de la literatura y de mis extensas lecturas sobre su historia, sobre todo, a partir de la dictadura. Visto estaba que necesitábamos un segundo encuentro. No me atreví decirlo, pero ella lo sugirió. Al salir aquella noche de la calle Anzani, esquina Italia #2129, un diluvio interno me invadía el pecho, estaba aún tratando de apalabrar la experiencia. Aquel martes inolvidable, había conspirado con la poesía, había empezado a cerrar una que otra herida y había prometido regresar. Hace unas semanas se me ha muerto mi poeta, con la que me desvelé por año y medio terminando una investigación, explicándome sus versos, su ritmo, su idea de muerte, su dolor. Hoy, revisando mis papeles he encontrado una carta suya, esta vez era para mí:
“Querida Tania: Qué alegría volver a encontrarte y saber que todo anda bien. [...] Me gustaría ver tu trabajo cuando esté terminado. Aunque no siempre comprenda tus procedimientos, creo que en general vas muy bien. Te ruego que no vaciles en escribirme por cualquier problema. Una vez operada Poema [su hermana] y entregado Shakespeare [estaba traduciendo Julio César] estaré más libre. Te saludo con mucho afecto. Idea”. No pude volverle a escribir; la vorágine de la cotidianidad, lo urgente le quit[ó] tiempo a lo importante. Me quedan aquellos días pegaditos a la última mirada, un intento de cumplir con una promesa debida, aun sabiendo que “Ya no estás en un día futuro” (Ya no -1958- en Poemas de amor), esperando que hayas llegado a tu “seguro seguro paraíso” (Parasíso perdido -1947-) porque tu muerte es la afirmación de la prolongación de tu vida, y tu poesía un paradigma profundo de inmortalidad, un designio infranqueable, una sutura en medio de la inescapabilidad.
La autora es profesora a tiempo parcial en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras y conferenciante en la Universidad del Este en Carolina. Escribió su tesis para el grado de Maestría en la Universidad de Puerto Rico sobre la poesía de Idea Vilariño.1La revista Número fue fundada y dirigida en 1949 por Idea Vilariño, Manuel Claps, Emir Rodríguez Monegal y posteriormente Mario Benedetti.2La crítica ha dedicado mucho tiempo a dilucidar y divulgar la relación amorosa que existió entre ellos. Un documental titulado Idea (Mario Jacob, Montevideo: Imágenes Org, 1995) centra bastante su atención en ese aspecto, pero creo que otras relaciones han sido más determinantes en la configuración de su poética.
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02 julio, 2009

LA NAVE DE LA NASA "LRO" EMPIEZA A TOMAR FOTOGRAFIAS PARA CALIBRAR SUS INSTRUMENTOS...

Zona de cráteres cerca del Mare Nubium, en la Luna, de unos 1.400 metros de ancho- NASA/Goddard Space Flight Center/Arizona State University
Primeras fotos de la nueva misión lunar

EL PAÍS - Madrid - 02/07/2009

La NASA ha hecho públicas las primeras imágenes de la Luna que ha hecho su nave automática Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) desde que se puso en órbita allí el 23 de junio. Estas fotografías se han tomado para calibrar y comprobar el funcionamiento de las dos cámaras que lleva la nave, una angular de baja resolución y un teleobjetivo de alta resolución, y el resultado es satisfactorio. Son imágenes de una zona situada a pocos kilómetros del cráter Hell E, al sur de Mare Nubium tomadas justo en el límite entre la iluminación diurna y nocturna, por lo que tienen un fuerte contraste. La inhóspita región es similar a la de descenso de los astronautas del Apolo 16, en 1972, ha comentado el investigador principal de la misión Mark Robinson.
NASA(Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio)
La LRO ha empezado también a activar sus otros seis instrumentos científicos y su calibración se realizará en las próximas semanas. El plan es comenzar en agosto la fase de observación la luna. El objetivo de esta misión es obtener información sobre la superficie lunar que ayude a definir posibles lugares de descenso para las naves tripuladas que la NASA planea enviar al satélite natural de la Tierra después de 2020.