21 noviembre, 2012

LA EDAD MADURA...

Cuando se està en la infancia las cosas van tan sobre rieles que ni cuenta se dà uno de los años. Ni del tiempo...Ni de penas, si las hay... Ni de contrariedades, si aparece. Todo es un contìnuo presente sin problemas. Feliz.

La entrada en la pubertad y adolescencias, previas a la primera juventud, la vida luce por lo regular demasiada placentera. Codiciable.

Hay que verlo todo. Disfrutarlo todo. La consigna suprema es, gozar. Divertirse. Sacrificarse, tal vez, si fuere menester, pero el dolor y lo penoso del sacrificio, no se valoran en sus aspectos detestables y negativos. Todo lo contrario.

La aventura prima en ellos. Lo novedoso de ellos (el dolor) atrae. Concitan un fresco sentido de curiosidad. De sàdico saboreo.

Cuando de lleno, y florida, se instala en nosotros la juventud, son aùn màs dulces las cosas de la vida. Demasiado gratas para cometer el error de cogerla en serio.

Se trabaja con ahinco, y se pierde festivamente el tiempo sin mayores contemplaciones. Se comprende , henchidos los pechos de fe y rebosantes de risa los labios.

La idea: Eterna es la juventud, se alimenta. Su flamerio crece, como una fogata intensivada de sueños y planes.

El pasado a las consejas, y se burla uno.

El futuro, què và...¡Ya vendra y de seguro mejor!

Pero....cuando se arriba a la lìnea de los treintaicinco, y se camina, no digamos se corre. Entonces nadie quiere correr, sobre el trillo de los cuarenta, las cosas se vuelven de otro temple.

Se piensa... en lo que nunca antes se pensaba, aunque todavìa le faltan años, la vejez.

Se piensa... en lo que nunca antes se habia pensado en serio, aunque se rebose de la salud, la enfermedad....

Se piensa... en lo que nunca antes se habia plantado, la seguridad econòmica. Se acuerda uno de la soledad...Se recuerda uno, mas de la cuenta, de la muerte.

Enconces se crece la depresiòn...Asoma, gris- famèlica, la nostalgia y se tiende a lanquidecer. Unos màs que otros segùn sus propios temperamentos, niveles econòmicos, estilos de vida anteriores y culturas.

Marjorie Fiske, quien fuera catedràtica de psicologia social, en el Departamento de Psiquiatria de la Universidad de California, quien a su vez fungìa como Directora del Equipo de Desarrollo Humano, es la Autora de esta obra que parece dedicar a todos los jòvencitos de cuarenta y pico, "LA EDAD MADURA, ¿LO MEJOR DE LA VIDA?..

Tener o pasar de los cuarenta debe ser sencillamente enorme, tantos falsos ìdolos que se han ido de boca y muchos en la Cima, ni muy jovenes, ni muy viejos, asi, en lo mejor de la vida...


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