El viaje épico de un elefante asiático llamado Salomón que, en el siglo XVI, tuvo que recorrer Europa por caprichos reales y absurdas estrategias.
Un hecho real, ocurrido en la época de Maximiliano de Austria, que está en la Historia o, para ser más rigurosos en la pequeña historia, aunque intervengan personajes que tuvieron vida real en su día y que ahora vuelven a tener otra oportunidad al ponerse en manos de la brillante imaginación del escritor portugués.
Una novela llena de compasión, ironía, sarcasmo, belleza en estado puro y humor, un humor con el que el Saramago nos permite penetrar en el laberinto de humanidades en conflicto sin tener que abjurar de nuestra condición indagadora de humano y de lector.
DECLARACIONES DEL AUTOR:«Este relato surgió hace unos diez años, en Salzburgo. En un restaurante precisamente llamado El Elefante vi un friso de pequeñas esculturas figurando la caminata de un elefante desde Lisboa hasta Viena [...] No es una novela según nos hemos acostumbrado a entenderlo. Lo llamaría "cuento", una designación no menos noble que la de novela y que incluso tiene una tradición más antigua.»
«Escribo para comprender, y desearía que el lector hiciera lo mismo, es decir, que leyera para comprender. ¿Comprender qué? No para comprender en la línea en que yo estoy tratando de hacerlo; él tiene sus propios motivos y razones para comprender algo, pero ese algo lo determina él. Lo que no quiero es que se quede en la superficie de la página. Cuando alguien está leyendo en una lectura y levanta la mirada como si estuviera aprendiendo con mucho más intensidad lo que acaba de leer, es el momento en el que ese alguien está totalmente involucrado, como si pensara: esto es mío, esto tiene que ver conmigo. Uno saca de la lectura lo que necesita.»
«En cierto sentido se podría decir que, letra a letra, palabra a palabra, página a página, libro a libro, he venido, sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que creé. Considero que sin ellos no sería la persona que soy hoy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser más que un esbozo impreciso, una promesa como tantas otras que de promesa no consiguieron pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no llegó a ser.»
«La importancia que puede tener usar una palabra en vez de otra, aquí, más allá, un verbo más certero, un adjetivo menos visible, parece nada y finalmente lo es todo.»«Un libro es casi un objeto. Porque si es verdad que es algo voluminoso, que se puede tocar, abrir, cerrar, colocar en un estante, mirar e incluso oler (¿quién no ha aspirado alguna vez el aroma de la tinta y el papel ya fundidos en una página?) también es verdad que un libro es más que eso, porque dentro lleva, nada más y nada menos, la persona que es el autor. De ahí que sea necesario tener mucho cuidado con los libros, enfrentarse a ellos dispuestos a dialogar, a entender y a tratar de contarles lo que nosotros mismos somos. Los buenos libros, que es de lo que aquí se trata, están hechos con la honestidad y el trabajo del autor, luego hay que tratarlos también con honestidad y sin regatear esfuerzos.»
«Llevamos siglos preguntándonos los unos a los otros para qué sirve la literatura y el hecho de que no exista respuesta no desanimará a los futuros preguntadores. No hay respuesta posible. O las hay infinitas: la literatura sirve para entrar en una librería y sentarse en casa, por ejemplo. O para ayudar a pensar. O para nada. ¿Por qué ese sentido utilitario de las cosas? Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada. Un tenedor tiene una función. La literatura no tiene una función. Aunque pueda consolar a una persona. Aunque te pueda hacer reír. Para empeorar la literatura basta con que se deje de respetar el idioma. Por ahí se empieza y por ahí se acaba.»
La obra:Saramago nos propone acompañar a un elefante indio a través de media Europa, soportar el frío, la lluvia y la nieve —por no mencionar los malos olores— para desesperación de quienes componen el séquito, archiduques incluidos... y para la inmensa diversión del lector.
Saramago reflexiona sobre la condición humana y nos sonríe con ironía a lomos de Salomón, un elefante indio que parte de Lisboa para emprender un asombroso viaje a Viena.
En los silencios del paquidermo que protagoniza esta historia entrevemos que el ser humano no ha cambiado gran cosa, a pesar de los siglos transcurridos desde el extraordinario viaje que Saramago nos relata con sentido del humor.
Saramago nos regala un delicioso cuento escrito con el irónico pesimismo que caracteriza su escritura.
Fuente: El Paìs
Tengo que comentarte que hace poco termine la lectura de este libro y conforme a lo que el autor explica de su libro pieso que si que cada quien toma y etiendo lo que quiere , yo nunca habia leido a Saramago y la verdad me gusto mucho su estilo ironico.
ResponderEliminarSaludos
Asì es Miguelon es una gran obra y el un gran escritor, tiene un estilo muy peculiar que gusta mucho, principalmente a los que nos gusta la ironìa.
ResponderEliminarAbrazos
Saramago dice que se inspiró cuando estaba en ese restaurante en salzburgo, pero mi teoría es otra
ResponderEliminarhttp://0enliteratura.blogspot.com/2009/09/saramago-y-los-simpsons.html
podrían contestarme algunas preguntas a cerca de la novela?
ResponderEliminarES URGENTE, por favor.. una tarea que necesito responder en literatura..
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