LAS PALABRAS SE LAS LLEVA EL VIENTO....

"Verba Volant, scripta manent", rezaba el adagio latino, al traducirlo encontramos... las palabras se las lleva el viento, mas lo escrito permanece.

Ni siempre se puede hablar, y mucho menos escribir ciertas cosas. Si, las palabras vuelan, pero van dejando una estela, segùn sean estas, una estela venenosa y letal.

Si lo que expresan las palabras se lleva al còdigo escritural mucho màs letales, mucho màs peligrosas y explosivas.

Ahora, no se puede estar permanentemente callados. El que calla otorga. La ùltima palabra es la que vale, es la que gana el debate, aunque careza de razòn, pero como despuès de esas no hay màs, las ùltimas palabras, en el debate, son como los puñales mas filosos.

Desde la apariciòn del homo-sapiens hasta que logrò articular el primer fonema nitido, inteligible, envoltura de un concepto preciso pasaron muchos cientos de miles de años, y tanto tiempo, evoluciòn y "trabajo" no han sido para que se desperdicie.

Hay que hablar. El còdigo oral, o sea, las palabras dichas tienen su contraparte en el còdigo escrito, o sea en la escritura.

El mismo afàn de perpetuidad del hombre lo ha llevado a tratar de inmortalizarse a travez de las ideas o conceptos que escribe. Quien escribe le habla, se dirije , màs a las futuras generaciones, que son, aunque todavìa no hayan nacido las que tienen un juicio màs imparcial, ademàs de comprender mejor porque lee el texto dentro del contexto y eso a ubicar mejor las cosas.

Nunca la escritura podrà suplantar al habla. en su evoluciòn natural, el hombre, fue preparado para hablar, no para escribir.

Fijènse que para hablar el hombre no necesita de ningùn aditamento extra, como làpiz, papel, computadora, lo hace naturalmente con solo sus òrganos de fonaciòn que estan en la boca, y su cerebro.

Verba volant, el gran problema, por eso es como que si no hubiera testimonio de nada y para nada. Los hechos històricos se hicieran leyenda antes de tiempo, leyendas ampulosas, absurdas, falseadas. Asì han llegado muchas historias hasta nosotros con muy poco aditamento de verdad, y si demasiado fantasìa, tanta, que no sabemos ni reirnos.

Podemos hablar en cualquier postura, y haciendo cualquier oficio. Para escribir se impone una postura quieta. Preferiblemente sentada con sosiego.

La palabra simboliza la acciòn, la escritura la eternidad, en el principio existia el Verbo!". El tèrmino verbum latino quiere decir palabra, y asì, en el comienzo de su evangelio.

Cuando un hombre habla se le mira a los ojos, a todo el rostro y las manos, no tan fijamente, que el que habla se sienta molesto pero hay que mirar y venerar la actitud del hombre que habla aunque sean sandeces. Por tonto que sea el solo hecho de hablar lo enaltece.

La lengua el òrgano-instrumento del cuerpo humano, màs peligroso. En ella se pueden leer enfermedades del cuerpo y del espìritu. Si luce subural, o sea, sucia de seguro que andan mal las vias digestivas, si luce demasiado activa y criticona, segura que està enfermo el espìritu en su paz y su equilibrio emocional.

Algo muy unido a la lengua es el gesto de los ojos y la expresiòn facial que ello conlleva. No se habla, se mira, y en esa mirada tan demoledora como cien palabras dichas de una vez; con todo la lengua aterroriza, y aun màs aquellas que no tienen pelos.

La lengua como te exalta te hunde, Cuando esa actùa, aunque se pruebe lo contrario, deja un enrarecido tufillo de sospecha que es pràcticamente imposible de borrar.

Al hombre pre-històrico le maravillaron tres partes de su misterioso cuerpo, de las tres dos permanecen escondidas, y solo una se exhibe vanidosa, a veces enjoyada, son la lengua, el sexo y las manos. De los tres el màs respetable es la lengua.

Hablemos, hablemos con cordura y sin ofender, y sin ser cargantes a los demàs. Aunque las palabras vuelan, cuando hieren forman llagas incurables y el resentimiento es muy peligroso.....

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