11 enero, 2008

LA IMPORTANCIA DE DECIR MENTIRAS.....


Es indudable que si el hombre entre las cosas que aprendiò con los siglos, para defender su propia pervivencia, no hubiera aprendido a parlar por la lengua a contrapelo de lo que habìa en su mente, no hubièramos podido ahora estar escribiendo. Aunque la mentira es execrable, asi nos han enseñado desde la infancia, sin ella la vida nos serìa intolerable.Seria intolerable nuestra vida social. Seria imposible nuestra individualidad, y ahì està todo.



El caos. Socialmente porque la verdad, como puños, o como sea, no puede andarse diciendo asì por asì. Ni a nivel de relaciones personales y muchìsimo menos internacionales.Se imaginan Uds, lo que serìa una campaña polìtica a base de verdades "crudas", los primeros que empezarìan a protestar contra ese descarnado decir serian los propios electores, ya que el mentir està tan enraizado en nuestro modo de ver las cosas y de que nos las digan, que nos asusta la pàlida fiereza de la realidad.



Se hacen ustedes la idea de lo que serìa una reuniòn social polìtica a base de encopete diciéndose como la cosa màs natural del mundo las verdades en la cara; y aunque no fuera una reuniòn encopetada, a ras del pueblo por igual, se nos hace inconcebible y grotesco, porque aunque no lo queramos reconocer estamos convenidos de que la ausencia de la verdad, a veces, es no solamente necesaria para la paz, sino tambièn necesaria por consideraciòn a los demàs; por caridad.



La mentira es fea, pero la ausencia de la verdad ( no se interpreta como eufemismos) es sana y conveniente, ademàs, de que es lo que la inmensa mayorìa de las personas esperan oir, si no se ofenden. Y aunque nos duela reconocerlo tenemos que metir, o cuando menos ocultar la verdad- con celo y decoro- por aquello de no herir. Herir suceptibilidades. Denostar amores propios de amigos y relacionados. Denigrar y ofender a quienes sinceramente guardamos cariño y respeto.Y para que nos respeten tambièn, porque esa es otra: Si digo me dicen.Y por eso tan manido y necesario de ser bien educado/da.



Decir siempre la verdad es buena educaciòn...pero como un contrasentido maldito, decirla siempre y sin contemplaciones es a la vez de pèsima educaciòn. Serà entonces que la verdad es en sì contradictoria.



¿Serà que la verdad es a veces aceptable y vàlida, y otras no? En esos reales..."tejemanejes", se debaten las absurdideces de la educaciòn tradicional.Si acerca de la verdad y la mentira, se le enseñara al ser humano desde la infancia lo que hay en realidad.Si nos hubieran enseñado lo que es la "verdad", sobre la verdad. Es seguro que una buena dosis de neurosis y escrùpulos de conciencia tuvieran de hace tiempo en el sitio que les corresponde. El zafacòn.



Los confesionarios y gabinetes de psiquiatras anduvieran màs descansados de oir tonterìas, aunque para los que las dicen son cosas muy "graves" no habrìan tantos prejuicios y malos pensamientos.



Asì tenemos que mentir no es bueno pero tampoco del todo malo. No està demàs tener eso presente. No siempre se puede decir la verdad. Que toda verdad, por su misma naturaleza, no es necesariamente oportuna, ni justa, ni siempre saludable a todos y para todo.



Que la verdad dicha, monda y lironda, en cualquier ocasiòn es socialmente inaceptable, entièndase, socialmente, he dicho, o sea que pura y simplemente serìa, su empleo, no en pocas ocasiones una actitud conductual anti-social. Asì como suena.



Me llega a la memoria un himno a la verdad que cantàbamos en la escuela en nuestros estudios de la primaria, pero la realidad de la vida pautaliza otros patrones. Uno termina comprendièndolo y aceptàndolo asì.



Desnudar nuestros sentires y pensamiento, cara a cara, frente a los demàs, es una forma de desnudar el cuerpo. Asì como el recato y la decencia nos imponen la pudicia y el decoro corporal; asì la prudencia y la caridad nos exigen, para con los demàs, cuidado al hablar, Frenos al expresar lo que pensamos.



Hay quienes mienten porque en definitiva la verdad los echa por tierra, los destruye. Lo hacen a modo de defensa. Tambièn unos mienten para inflar su ego. Es tan mediocre e insignificante sus vidas, que tienen que mentir para darse con la mentira, el lustre que no tienen, el brillo del que carecen. Otros mienten, segùn hemos dicho, de favor. Son las llamadas mentiritas o mentirotas "blancas". No perjudican a nadie, Tienen la virtud de dejar tranquilas y contentas a las gentes, al tanto que se las cree.



Existen mentiras perversas. Mentiras crueles. Reciben el nombre de falsos testimonios. Son tan nocivas como el màs virulento de los venenos. Tan afiladas como hojas de afeitar. Su finalidad, destruir reputaciones. Enlodar famas...Sepultar prestigios...Ese tipo de mentira es una desgracia y Dios nos libre de caer en una de esas lenguas largas, que las profieren...

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