18 febrero, 2008

PEDIR....


Hay momentos en la vida de un hombre, momentos de graves dificultades, estrecheces y contratiempos en que tiene, para poder sobrevivir la desgracia del momento, que pedir. Aunque el corazòn se le estruje y sienta que un nudo le ahogue la garganta.

Hay otros que no. Pueden estar pasando la peor crujìa de su vida, èl y los suyos, pero no piden. No piden nunca. No piden nada. No piden a nadie.

Otros son los que salen en su socorro, sin èl solicitàrselo, de otra manera su orgullo llevado a la màxima expresiòn los aniquilarìa de inaniciòn.

Siempre se ha dicho que màs hermoso es dar que pedir. Seguro. El que da se enalterce. El que pide, aunque sea para salvarle la vida a un hijo, se humilla. Sin embargo el pedir tiene sus facetas. Obligatoriamente en el pedir no siempre tienen que irse a lo tràgico. Piden los niños a sus padres y es hermoso. Piden los hombre y mujeres de fe a Dios y es reconfortante.

Piden los pordioseros (por-Dios-cero) y los limosneros en las puertas de las iglesias, porque es su oficio, asi como se lee, ese es el trabajo que realizan, pedir en nombre de Dios y hechar bendiciones a sus favorecedores.

Tambien el pedir puede ser intrascendente, entre amigos, amigas o novios o esposos, cosas superfluas sin importancia. Sinembargo hay un tipo de pedilon necio. Es el que de todo se antoja y no lo disimula, y da su sablazo de una vez. Puede ser dinero, lo màs comùn, o un regalo, o una posiciòn o un favor. Estos pedilones son oportunistas por antonomasia. Ellos entienden que la vida es un "toma y daca" y prefieren optar por la segunda parte.

Pero hay en el pedir un nivel de bajeza incalificable. El padre que vulnera la dignidad de la infancia de sus propios hijos lanzàndolos a la calle a pedir, para èl, siendo aùn joven y fuerte, no dar un golpe, jugar su lotto y beberse su romo.

Existen personas que tienen ese sistema como modus vivendi. Claro que no es por culpa de ellos, sino de la situaciòn, carecen de los màs mìnimos principios de dignidad personal; de respeto a sus hijos y a su compañera; sentido de hombria frente a las responsabilidades y vergüenza. Sobre todo vergüenza.

Pero esos seres son como si fueran niños. A esto reflexionamos, al tratar sobre el pedir. Que es una exigencia... Que es una reclamaciòn...Que es un requerimiento...Una solicitud... una suplica, un ruego, una impetraciòn. ...

6 comentarios:

  1. Quien en la calle limosnea es aquel marginado, desarrapado de la vida al que mal se lo mira, "al que no se lo mira". Y el hartazgo hace que algunos de ellos dejen de pedir para comenzar a exigir "lo suyo". Entonces dejan de ser marginales,para ser llamados "subversivos", o "peligrosos" para la conservación de la estructura y el orden social.

    José Luis

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  2. Durísimo este tema. La calle está llena de niños que piden. Uno piensa... quién está detrás para castigarlos si no consiguieron lo que sus padres obligan... Dios mío!.

    Pedir es difícil, es más lindo dar... pero a veces no queda otra. Pedir con dignidad... cómo hacerlo si hay tanta pobreza.

    Mucha gente ayuda, pero son tantos... como satisfacer a todos... terminaríamos pidiendo, finalmente, como ellos.

    Te dejo un beso, saludos cordiales.
    Impecable lo que has escrito, y muy actual en mi ciudad y mi país. Estuve en Capital Federal, alla en los subtes, en los bares... Dios mío...!

    Fernando.-

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  3. Hola Josè Luis, si supieras que por aquì existe desgraciadamente una industria del pedir, es inmensa la cantidad de niños y mujeres embarazadas pidiendo en las esquinas de los semàforos, es de pena, la mayoria, ¡increible! Haitianos, ahora en la polìtica es peor, te dirìa que no son pobres de solemnidad, pero exigen lo suyo..."el deme lo mio", es la frase caracterìstica de estas sabandijas pedilonas e ignorantes, impotentes para bajar el lomo.

    Gracias por tu presencia...
    Un saludo afectuoso :) Karina

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  4. Hola querido amigo Fer, doy mis paseos como siempre por tu blog, una verdadera carga de cosas positivas y hermosas que me llenan de optimismo y alegria, leyendote supe que andabas por Buenos Aires,ya imagino que dejar tu querido mardel aunque sea por breve tiempo no te resultarà fàcil...bueno el caso es que te divirtieras aunque contemplaras en carne viva algo de lo que pongo en el post y que tan atinadamente comentas, es una realidad que estrangula la mayorìa de los paises del "tercer mundo", como el nuestro, pero si por Baires tambièn sucede imàginate como serà de este lado del charco....
    Un beso enorme, con el cariño de siempre...Karina

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  5. Karina, te escribo desde Argentina; como sabrás acá el hambre y la precariedad oprime al hombre cada vez más profundamente. Los cartoneros en la calle se han vuelto parte del paisaje común de la ciudad y la necia y ciega sociedad no hace más que quejarse de que estos "desharrapados de la vida" dejan sus veredas sucias. Las manos que piden son demasiadas en este país denominado "tercermundista" y la tristeza colectiva se siente bajo la opresión y la marginación general.

    Saludos de José Luis.

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  6. Apreciado y atento amigo Josè Luis, de verdad desconocia que Argentina un paìs que tengo como muy desarrollado pasa por lo mismo que pasamos nosotros, los paìses tercermundistas, se que hay pobreza y pordioseros en todas partes del mundo...como te habràs dado cuenta mi amigo Fernando que tambièn contesta este post es Argentino, al cual tengo mucha estima y tambièn me toca el tema con mucha sensibilidad...de verdad esto es triste, tiene dos vertientes, segùn mi parecer, los que estan pidiendo por real necesidad, y aquellos niños famèlicos cuyos padres son que los ponen en esa abominable tarea...bueno tendremos que aprender a vivir con esto, es ley de la vida...pero de verdad te digo y se que no debiera hacerlo por aquello "de que mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha"...siempre tengo una latita de menudo en mi carro para dàrselo a aquellos pordioseros que mi instinto e intuiciòn me dicen que de verdad lo necesitan...y me siento bien cuando lo hago....

    Un saludo cariñoso amigo....
    Karina...

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