06 octubre, 2008

LA MAMMA.....

El ìtalo-americano, Mario Puzo, uno de los grandes de la narrativa contemporànea, escribe lacerado por el dolor y el amor a su tierra cuna del Renacimieto y asiento por siglos del imperio romano.
Escoge esta vez el corazòn palpitante de estos italianos emigrados a principios de siglo: el hogar, y en el, la figura descollante y sagrada, la Mamma.

La Mamma italiana en aquel New York de entonces , duro e inhòspito era una verdadera campeona en la fidelidad a su marido en su mayorìa hombres crueles e insensibles; en la defensa de sus hijos a los que protegía con verdadera fiereza, y en el mantenimiento en pie de la casa.

Aquellos italianos emigrados salidos de todo lo largo de la penìnsula itàlica incluyendo la isla de Sicilia, estos fueron y son famosos como es sabido, pasaron de sus vidas rùsticas y casi salvajes en sus sierras y aldeas al cuarto, o quinto piso de un edificio uniforme, todo lleno de hollín, ratones, cucarachas, y estrechez.

Esas madres todas fueron sufridas, todas consagradas a ver realizadas sus màximas aspiraciones, ver sus hijos criados y graduados en la escuela de manera que puedan ingresar a otro plano social y enriquecerse.
Lucìa Santa criò sola su prole...Su marido era un animal salvaje enloqueciò y hubo que internarlo de por vida en un sanatorio para orates altamente peligrosos.

Y cuando no perdìa una cosa, perdìa otra, cuando el puñal no se clavaba por un lado el destino hacìa que se le clavara por otro, y asì sufriò en su ignorancia y tosquedad sin llanterìo ni acorbadamiento.

..."Y ahora pensaba Lucìa Santa, volvìa a encontrarse sola. De nuevo tenìa que entablar tremendas batallas. Pero como era màs vieja, màs dura y màs experimentada que antes, no sentìa la desesperaciòn y el miedo de cuando era solo una viuda joven.

Era una veterana de las calamidades, y sus espìritu no estaba debilitado por locos sueños de juventud. Ahora su objetivo era uno solo: seguir viviendo.

Este mini-clàsico de Puzo no alcanza el engranaje ni la belleza literaria de otra gran novela de èl: El Padrino, de la que se han hecho màs de cien traducciones, pero respira el estilo y su legitima tendencia a exaltar su patria....

1 comentario:

  1. Anónimo8/10/08

    Quien dijo que no manejas al palabras,como el viento maneja las hojas a su antojo, si lo haces en cada comentario y aunque todavía no lo sepas germinan dentro de ti las palabras.
    Un sentimiento .

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