03 mayo, 2009

"NO QUISIERA ESTAR EN LOS ZAPATOS DE OBAMA"...

Mordaz, irreverente, combativo… Los años no parecen pasar para Eduardo Galeano. Con 68 primaveras a sus espaldas, el escritor uruguayo echa por tierra con su sola presencia esa vieja idea de que las personas, con la edad, se dejan atrapar por el discreto encanto de la burguesía. Le entrevistamos en la capital de México.
Por Raúl Cortés/EFE
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Ni el hotel de cinco estrellas en el que se aloja en el centro de Ciudad de México –las ventajas de ser un autor de talla mundial– logra romper la imagen rebelde de este inconformista incansable que se presenta a la entrevista con una juvenil camiseta negra sin mangas, un pantalón de mezclilla y unas sandalias con calcetines oscuros.

Mientras pide un café cortado, sus vivarachos ojos azules no pierden un detalle a su alrededor. Tras un cordial intercambio de saludos y de experiencias, dice estar listo para responder. Mejor dicho, para destripar al sistema con su afilada lengua y su caudal infinito de historias sobre la injusticia social.

Seiscientas de ellas aparecen en su último libro, Espejos, una historia universal que el autor de Las venas abiertas de América Latina y Memoria del fuego ha venido a promocionar a México.
“Era un proyecto tan loco que yo mismo me asusté. Hasta que me acordé de una canción de Pedro Infante que dice ‘Tan grande no puede ser este mundo si cabe en cinco letras’, y eso me estimuló”, bromea este hombre alto, calvo y de aspecto europeo, muy alejado del físico de los desventurados protagonistas de sus relatos.
“Yo siempre digo que los libros me escriben y todos piensan que es un chiste, pero no lo es, es de verdad. Ellos me escriben, me van dictando lo que quieren ser. Estas historias las fui escribiendo sin saber muy bien dónde me iban a llevar, qué era lo que querían ser, y cuando consiguieron hablarme y me dijeron ‘queremos ser una historia universal’ casi me desmayo”, continúa jocoso.

Pero el tono cambia cuando la conversación se inclina hacia la más candente actualidad mundial.

::: Oxfam dice que con los 8,420 billones de dólares de dinero público comprometidos por los gobiernos del mundo rico para el rescate del sector bancario podría eliminarse la pobreza mundial durante los próximos cincuenta años. ¿Qué le parece?

Se queda corta. Con toda la plata que le están dando a los culpables de la bancarrota universal, recompensándolos por el desastre que ellos mismos ocasionaron, con todo ese dinero se podría acabar con el hambre en el mundo. Dar de comer a los hambrientos de aquí a la eternidad con postre incluido.

::: A decir del G20 vamos a tener un nuevo orden financiero mundial, respaldado con un billón de dólares. ¿Cómo evalúa esa reunión celebrada en Londres?
Me han dicho que los van a canalizar a través del Fondo Monetario Internacional, y del Banco Mundial. Es un chiste de humor negro. Sin duda, no puede ser verdad. Para burlarse de los burlados, para echar sal sobre la herida porque eso no me lo puedo tomar yo en serio. Éstos no son organismos internacionales. En primer lugar porque hay una potencia que tiene derecho de veto en los dos, que es Estados Unidos. Y en segundo lugar porque en el Fondo Monetario las decisiones las toman cinco países y en el Banco Mundial, ocho. Entonces no expresan la voluntad del mundo, sino la voluntad de los amos del mundo, que son los que están empujando al planeta al abismo. Son los que nos han impuesto a nosotros, los del Sur, a través justamente del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, la religión del mercado. Han hecho puré el Estado, han hecho mierda el Estado en los países del Sur y nos han obligado a bailar salsa al ritmo de la orquesta del Titanic.
Lo que me pareció positivo de la reunión del G20 es que, al parecer, se han puesto de acuerdo todos en que hay que acabar con el secreto bancario (aspecto que le toca de cerca por ser originario de Uruguay, un paraíso fiscal).
::: En la cumbre del G20 parece haberse reafirmado el liderazgo internacional del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama. ¿Qué esperanza existe de que represente realmente un cambio en Estados Unidos?
En este libro, Espejos, hay numerosas historias desconocidas sobre el racismo en Estados Unidos, que además ocurrieron hace un ratito nomás. Por ejemplo, que en 1942 el Pentágono prohibió las transfusiones de sangre negra.(Galeano sostiene que aquella medida, tomada durante la Segunda Guerra Mundial, trataba de que “no se hiciera por inyección la mezcla prohibida en la cama” y recuerda que le costó el puesto al entonces director de la Cruz Roja estadounidense, Charles Drew, de raza negra. “La sangre negra no existe, la sangre es roja. La sangre blanca tampoco existe”, concluye sarcástico).
Entonces, en un país donde ocurrían cosas así, así de trágicas, así de escandalosas, me parece una gran noticia que haya ganado las elecciones un presidente negro o por lo menos mulato, la mitad negro.
Por otro lado no veo ningún signo de cambio importante. Más bien te diría que algunas cosas me han chocado mucho, por ejemplo que aumentó el presupuesto de guerra. (Aquí hace un nuevo paréntesis para remarcar que el mundo destina tres millones de dólares a gastos militares y que los cinco países que tiene derecho de veto en las Naciones Unidas, “los custodios de la paz”, son los cinco principales fabricantes de armas).Entonces, en un mundo así, que Obama aumente el presupuesto de guerra me parece muy mal.

Otra cosa que me preocupa es el envío masivo de tropas a Afganistán. No sólo porque ya debían haber aprendido la elección de Irak, como para repetirla ahora, sino que me preocupa que haya dicho que las tropas van para combatir a los talibanes. El terrorismo, dice él. Y ni una sola línea dedicó a otro tema que a mí me parece muy importante, porque según los Estados Unidos el más grave problema universal es la droga. Sobre todo lo dicen cuando se refieren a Colombia o a México. Si el más grave problema universal es la droga, ellos son los primeros responsables, no sólo porque la consumen más que nadie, sino porque la producen y la exportan.

El noventa por ciento de la heroína del mundo proviene de Afganistán, un país ocupado por los Estados Unidos. Según la legislación internacional, el país ocupante tiene la responsabilidad de lo que ocurre en el país ocupado. Por lo tanto, si protestan contra México y Colombia tendrían que empezar por casa, y si mandan tropas a Afganistán deberían mandarlas para luchar contra el tráfico de drogas, en primer lugar, y en segundo lugar, contra los talibanes, que no me parece mal que lo hagan.
::: Respecto a Irán, parece que ha habido un acercamiento con el presidente Mahmud Ahmadineyad. ¿Tampoco le parece que ha habido algún avance?
En eso por lo menos hay un cambio de actitud que puede ser positivo. Yo no estoy haciendo un balance del gobierno de Obama. Estoy simplemente diciendo un par de cosas que a mí me lastimaron porque yo pienso, bueno, que esto significa que es más de lo mismo. Me pregunto, ¿es más de lo mismo con distinto color? Porque al fin y al cabo si yo en este libro dediqué la mayor parte de las historias a contar historias desconocidas de cómo las mujeres han sido despreciadas, maltratadas, humilladas, desconocidas, y cómo los negros, los indios, el oriente y el sur del mundo han sido suprimidos de la historia oficial que se nos enseña, si yo dediqué a todo eso mis mejores energías de los últimos años, no es porque crea que los negros son mejores que los blancos o que las mujeres sean mejores que nosotros.

Ya mis amigos, que tienen muy mala leche, hace tiempo que me dijeron que el sistema, en su infinita perversidad, me había ofrecido a Condoleezza Rice (ex secretaria de Estado de EE.UU.). Se trata de que haya igualdad de oportunidades. Y en un mundo que sea de verdad democrático tiene que haber igualdad de oportunidades y no las hay. (Ejemplo de ello, señala, es que en la prensa diaria no hay cifras claras sobre los muertos registrados en Irak entre los ocupados, pero sí entre las tropas estadounidenses).

La victoria de Obama es un triunfo contra el racismo, pero Obama no tendría que olvidar que el racismo no termina en las fronteras de los Estados Unidos, porque los Estados Unidos suele aplicarlo de la manera más feroz en el resto del mundo. Y él contribuye a ello en la medida en que aumenta el presupuesto de guerra de un ministerio, que ni siguiera tiene la honestidad de llamarse Ministerio de Guerra, se llama Ministerio de Defensa, lo que para mí es una obra maestra de la poesía universal.

::: Parce que Obama piensa eliminar definitivamente las restricciones a los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba y a las remesas a la isla desde la nación norteamericana. ¿Cree usted que se levantará por fin el embargo con Obama?
¡Ojalá, ojalá lo haga!. Es todo tan complicado. Yo no quisiera estar en sus zapatos. Los Estados Unidos han anunciado que van a enviar a México a un embajador especialista en “Estados fallidos”. Lo que implica decir que México es un “Estado fallido”. Yo no sé si tendría que ser al revés, si no tendría que ser México quien enviara a los Estados Unidos a un embajador especializado en “Estados fallidos”, porque el Estado de los Estados Unidos ha fallado en lo esencial, que es la custodia del bien público ante la voracidad de los intereses privados. Por no vigilar bien a los buitres de Wall Street, es el mundo entero el que se está derrumbando. Por lo tanto se trata de un “Estado fallido”. Yo no quisiera estar en los zapatos de Obama, que preside un “Estado fallido”.

Y su lengua se suelta aún más al hablar sobre América Latina, “la niña de sus ojos”, para la que pide únicamente “sentido común”, algo de lo que, en su opinión, es “enemiga” la organización internacional del poder, que toma “examen de democracia a los demás, para decir ‘eso no es democrático’, ‘eso no es bueno para el mercado’, ‘el mercado se va a enojar’, como si fuera un santo el mercado, que es el que nos está empujando al abismo ahora, el de la orquesta del Titanic”....

1 comentario:

  1. Anónimo4/5/09

    Un artículo interesante:

    http://www.elconfidencial.com/cache/2009/05/02/mundo_40_obama_esconde.html

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