08 noviembre, 2006

MADRE NATURA..ESPLENDIDA Y CIEGA

Como todas las cosas hechas al azar y sin saber, la vida consciente e inteligente del hombre- fruto de la casualidad-, viene adolecer, a final de cuentas, de un fallo demoledor; su inaplicabilidad.

Increíble. Un derroche tan exuberante y rico de luces de talento, inteligencias e ingeniosidad, como reina entre los seres humanos, choque a la postre con el enmarañado e intrincado misterio de los siglos y milenios donde se pierden, como joyas preciosìsimas, para siempre.

Sólo algunas, muy pocas estrellas rutilantes, emergen aùn las crònicas viejas y las consejas, para cumplida admiraciòn y ejemplo si se quiere, de las tiernas generaciones que empiezan su peregrinaje hasta que se consumen y apaguen como las que les precedieron.
Y es que la madre natura es asì de dispendiosa y generosa con sus dones, que los brinda y regala y esparce sin miramientos ni control..

Si al animal macho nos referimos, lo enriquece hasta lo increible de espermatozoides fertilizadores, en grado tal que "jamàs de los jamases", todos podran llenar su cometido, y en el transcurrir de la vida de un hombre que muera de 70 ò 80 añios, millones de estos imperceptivbles y poderosos seres, como larvas velocìsimas, daràn al traste con sus potencialidades fertilizadoras de las màs variadas formas.
Sobre la facultad intelectiva del hombre, que es nuestro objetivo ahora, ni digamos. Es de saber que supera en mucho no sòlo su capacidad fecundante, sino cualquier otro de tipo biològico que tenga, aùnque misteriosa e inexplicablemente arranca de un òrgano mas, como si fuera una secreciòn divina, que es el cerebro, guardado para su absoluta protecciòn en la "caja del cràneo, desde los primeros meses del embarazo.

Es de maravillarse...Tanta luz derrochada...Tanta potencia desperdiciada...Tanto talento evaporado...tanta capacidad puesta a correr al albur...
Ese, al parecer, es el operativo de la madre naturaleza.
Su sistema de hacer al azar, y como sin una explicaciòn valedera las cosas.

Su mètodo, hacer llover, anegarlo todo en la lluvia infinita e inacabable de los dones, y què dones!...


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