29 agosto, 2007

EL ADIOS A UN CRONISTA DE SU TIEMPO: FRANCISCO UMBRAL....




"¿De qué he posado yo en la vida? De quinqui, de dandi, de revolucionario, de todo", escribió Umbral. Las gafas de pasta oscura, la melena larga, la bufanda, los jerseys claros de cuello alto, la chaqueta de pana, el largo abrigo (según las temporadas). El gato, del que tanto habló, y las mujeres. La política y el poder, la crónica rosa, las anécdotas sobre los personajes públicos que iba atrapando, sus rotundas afirmaciones y su gusto por provocar. Todo eso forma parte del personaje.

"Quizá la literatura sea eso", escribió en Mortal y rosa. "Desaparecer en la escritura y reaparecer, gloriosamente, al ser leído. Por eso no hay que hacer demasiado evidente el esfuerzo del pensamiento al escribir. Para no entorpecer la resurrección de la carne que glorifica al autor cuando es leído. Toda lectura tiene, por lo menos, este doble fondo. Hay una superficie de prosa, de ideas, y debajo, como una figura inmovilizada dentro del hielo, está el autor".

"YO HE VENIDO AQUI A HABLAR DE MI LIBRO"
Uno de los momentos más recordados del columnista es su famosa 'espantada' del programa de entrevistas de Mercedes Milá en el que se sintió ofendido porque no se habló de su libro 'La Década Roja'

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CRISTO Y APARTE
(este artìculo fuè publicado en fecha 14 de julio del 2007, en el periòdico "EL MUNDO"...puede considerarse uno de sus ùltimos, de los tantos que publicò en dicho periòdico

FRANCISCO UMBRAL

Todos los grandes sistemas que nos gobernaban están haciendo su unánime desaparición en la Historia que efectivamente vivimos e incluso ha aparecido un planeta con agua, que sale a beber con toda majestad, como lo hubiera soñado Einstein si Einstein fue un señor que se permitía sueños, cosa que no creemos.

Estamos viviendo una descongelación de todo lo congelado, desde el planeta hasta el Ebro. Así, el Papa Ratzinger se sitúa más allá de todas sus teologías y se presenta, seductoramente, como el personaje con más posibilidades de la creación. Claro que este golpe de Estado no lo da Ratzinger a lo loco sino con un propósito secreto, que es el de situarse en primer lugar como ese planeta que bebe agua y que parece una cosa de Harry Potter. La afirmación tibia de que el Papa es siempre el único enviado de Dios, se llena de contenido cuando Ratzinger principia a sugerir que él es Ratzinger sin dejar de ser Cristo y es Cristo sin dejar de ser Dios y es Dios sin dejar de ser hombre. O sea que le pega la vuelta a su mito y así queda cerrado el anillo de la personalidad de este alemán serio y sobrio, pero también contradictorio. Ultimamente nos está distrayendo mucho.

Los dioses, como los mitos, como los príncipes, disponen de su santidad y de su comunicación con un poder invisible y hasta una gracia de párroco poblano con sanfermines y todo. Pero no creo yo que la espantada de Ratzinger sea meramente astuta, sino que tiene muchas más significaciones. Ratzinger se ha convertido en un dios cuando el cargo está vacante. No valdría la pena subirse el sueldo como Zapatero si no hubiese algo que ganar.

Pues bien, lo que quiere ganar Ratzinger es el poder de la Tierra y en la Tierra. Este toque a la absoluta verdad es como cuando el presidente de la cosa se prepara, misterioso, para las elecciones generales. Decimos a veces que Ratzinger no es un pontífice de este siglo, pero uno cree que lo es más que nadie, porque el siglo XXI es la movida de las grandes preposiciones y Ratzinger se adelanta a toda la gramática para comportarse como un líder de la santa Rusia o del supremo Oriente. Ha llenado a Dios de contenidos civilizados. Utiliza a Dios como arma de potencial pesado. Si no fuera así, él no estaría ahí.

Esto que ahora ha hecho sabiamente el Papa es lo que quieren hacer, y a veces lo hacen, los poderosos de la Tierra. Ratzinger va por delante de todos ellos, quizá al encuentro de ese planeta sediento y simpático que ameniza y amenaza nuestra supervivencia. Stalin preguntó una vez cuántos batallones tenía el Papa. Le dieron la cifra aproximada y era tan baja, incluso contando con la Guardia Suiza, que Stalin se quedó tranquilo para mucho tiempo. Nuestro pontífice actual no se resigna a seguir alternando con Putin y demás funcionarios, de modo que proclama sus cifras beligerantes para ir ganando tiempo.

Seguramente las cosas no pasarán de ahí, pero Ratzinger nos ha dado una lección de política internacional como Dios manda. Porque en política no se hace necesario matar tanto como se mata ahora. Basta con el anuncio atroz de que se va a matar. Al hombre le basta con asustarse un poco.
DIJERON DE EL:
EL PRESIDENTE DEL PP ESCRIBE SOBRE FRANCISCO UMBRAL
'Umbral, un amigo'
Actualizado martes 28/08/2007 16:56 (CET)

MARIANO RAJOY
MADRID.-
He sentido profundamente la muerte de Francisco Umbral. Era un amigo. Alguien que siempre estuvo ahí, mostrando hacia mí un afecto sin doblez, una simpatía intensa y desinteresada que siempre agradecí.

Entre Francisco Umbral y yo se dio una curiosa complicidad que fue alimentando con los años nuestra amistad y que tuvo momentos de gran dicha para ambos.
Gracias a ella he aprendido muchas cosas, tanto de la experiencia humana de Paco como de su brillantez intelectual y su talento.

Paco Umbral es el gran cronista de la España contemporánea, capaz de mirar la realidad desde la altura de su independencia y capaz de ofrecernos esa mirada convertida en arte gracias a su talento.

Creo que obtuvo el reconocimiento público que se merecía su genio y su talento. Todos somos deudores de su obra, nos descubrió en sus libros y sus artículos un idioma nuevo, poético, vanguardista y pletórico de imágenes.

La lectura de su colaboración en El Mundo ha sido para mí un refrescante ejercicio cotidiano que voy a echar de menos. Con todo, nos quedará a sus amigos el eco imborrable de su voz y esa elegancia ingeniosa que siempre supo mostrar hacia la vida. Descanse en Paz.
Mariano Rajoy.Presidente del Partido Popular.
MARIANO RUIZ-GALLARDON
Toda gran ciudad, para serlo, necesita grandes escritores que, como los artistas, los intelectuales o los cineastas son los que la hacen grande. En el caso de Madrid, Francisco Umbral ha sido uno de los más destacados. Su obra, como la de pocos novelistas y articulistas, ha situado a nuestra ciudad en lo más alto de las letras españolas de la segunda mitad del siglo XX. Su vinculación a Madrid, más que por el hecho de haber nacido en ella, es fruto de un enamoramiento.
JOSE HIERRO
Yo sé el porqué de su look: las gafas de cristales muy gordos, el tapabocas campesino o 'foulard' de cuando 'snob' son parte del disfraz de don Francisco de Cervantes Umbral. Y es que —este ser de lejanías lo confiesa— soñó, desde niño, con ser columnista, como otros sueñan con ser toreros, o santos o médicos. Pienso que lo que de verdad le apetecía era ser cronista de sociedad, cotilla por lo fino, notario de lo banal y efímero, flagelador de la estupidez....

A LA MANERA DE PROUST
ENRIQUE MUGICA .-ACADEMICO.
Francisco Umbral es, sobre todo, un literato. Pero, todavía más, es toda una literatura. A la manera de Proust, que en la Recherche hace un solo libro en muchos tomos, Umbral, sea en su periodismo magistral de cada día, sea en sus novelas, sea en sus ensayos, sea en sus libros de crítica literaria o costumbrista (porque no hay que olvidar que Umbral es también, aunque no sólo eso, el gran escritor costumbrista de la historia de nuestra época, como Larra lo fue de la suya), pues Umbral decía en todos sus libros, en toda su obra, lo que hace es darnos una visión del mundo, una visión unitaria en cuanto que es una visión muy suya, muy propia del mundo que él vive y que nosotros vivimos también. Por eso a mí me resulta difícil citar un solo libro de Umbral. Umbral, repito, es todo una literatura. Y, desde ahora, con esta merecida concesión del Premio Cervantes, que le honra a él, honra al jurado y no deshonra a Cervantes, es, además, una literatura canónica en lo oficial, siendo así que ya lo era de hecho en lo popular por sus muchos lectores y en lo profesional por su reconocido magisterio. El hecho de que Umbral haga la misma obra en tantos y tantos libros diferentes, puede parecer a algunos que miran superficial y torpemente la realidad literaria que el escritor se repite. No es así, de ninguna manera, lo que hace Umbral no es repetirse, sino recrearse. A todo esto no hemos dicho que en ese sentido y muchos otros Umbral es, en el más clásico sentido de la palabra, un escritor académico. Quiero decir que no sé a qué está esperando la Real Academia para llamarlo a su seno.
JAVIER VILLÀN:
Francisco Umbral es el escritor más caudaloso de la literatura hispana. El que mantiene con el lenguaje una familiaridad impúdica y casi ofensiva. El que crea, el que rescata palabras venerables; el que redime y ennoblece palabras cimarronas y desgarradas. El idioma para Umbral no tiene zonas prohibidas ni acoplamientos o yuxtaposiciones ilegítimas. Ese es el don de los forjadores de una lengua: la multiplicidad y la disgregación de fuentes.
JOSE ANTONIO MARINA
Para entender la grandeza y la complejidad de Umbral, hay que captar en bloque todo su proyecto estético. Su primer paso fue la creación de un «personaje literario» que iba a hacerse a sí mismo al escribir. Un surtidor no tiene esencia, sino sólo existencia. Pues eso. Hay, por tanto, que distinguir entre el ciudadano Umbral, avecindado en Majadahonda, y Francisco Umbral, dandy de izquierdas.
ROSA REGÀS
El mayor atractivo de la escritura de Francisco Umbral es un poder de seducción de tal magnitud que no deja indiferente a nadie. Hay personas a quienes les gusta tanto lo que escribe que jamás se pierden una de sus columnas ni ninguno de sus artículos, que van a la librería en cuanto sale uno de sus libros, e incluso buscan los antiguos en librerías de viejo como perlas que no consiguieron en su momento. Otros en cambio que, en cuanto se define sobre cualquier cuestión, se convierten en enemigos de lo que él defiende, dicen que les dejan indiferentes sus novelas y critican sus contenidos.
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