14 agosto, 2007

SOBRE LA DESESPERACION Y LA CALMA.....


Sabemos que te desespèras ante cualquier adversidad, y se hace imposible la existencia. Te comprendemos. Nos pasa a casi todos...
Sabemos que te angustias demasiado por los problemas que a diario te atosigan. Que atosigan a todos, y que a lo mejor, jamàs se presentaràn como te imaginas.
Que si sobrevienen terminaran por resolverse, y si no, terminaràn por olvidarlos. Sucede casi a todos.

Comprendemos que quieras ganarle la carrera a las manecillas del reloj...Vencer en la competencia, a las pàginas del almanaque. Correr, correr a lo loco, sabiendo que lo que deseas es ser feliz, sin saber còmo, ni donde encontrar tanta dicha...y estàn tan ciegos y sordos que la tienen al lado y no la ven, ni la oyen...

Como cuando nacimos nadie nos consultò si querìamos venir a esta feria de sorpresas tragicòmicas, y una vez aquì, no habrà nadie que nos diga cuando ni como, ni donde terminarà esta funciòn.
Tal incertidumbre, por obligaciòn, nos crea subconscientemente un estado de inseguridad letal y agobiante del que sòlo algunos màs avisados, filosòfica y psicològicamente se percatan. La gran mayorìa la barrunta entre nieblas, ya que las ideas y pensamientos profundamente existenciales no tienen o tienen muy poca cabida en el espectro de sus preocupaciones cotidianas.

Por eso apresuramos el paso...Por eso vamos jadeantes sin saber con certeza donde. Esas son las incongruencias a que estamos condenados por la vida.
Queremos arreglar nuestros asuntos de una vez, y no podemos.
Queremos que nuestra agenda diaria se cumpla al punto, y vemos con amargura que no, que no puede ser.

Queremos que los demàs, no solo nos escuchen sino que interpreten al piè de la letra nuestros sentires, y que vean las cosas como las vemos; teniendo, muy a pesar que persuadirnos, que los demàs no nos oyen, porque ellos, como nosotros, estan perdidos tambièn. Se oyen a sì mismo. Se ven a sì mismo y no a los otros.

Queremos el afecto y la aceptaciòn de los demàs, y sòlo se recibe a medias. La gente està demasiada ocupada en mirarse al espejo y quererse a sì mismos, para hacerlo con otros. Usan la crema que se llama cortesìa, o el ademàn con gracia que se le dice buena educaciòn, y suerte!
¿Nos desesperamos?...No seamos tontos(as), escuchemos la voz de la felicidad que te susurra al oido....
Acordèmonos, que la vida decia Toffler, es un juego en el que nadie gana.....
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3 comentarios:

  1. “Si yo dispusiera de cincuenta y tres minutos caminaría suavemente hacia una fuente…”

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  2. Que hermoso esto, ya te decìa en otro comentario de la influencia del Principito en tu vida...

    ¿Cuantas veces la habras leìdo??

    Saludos....

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  3. Jeje, unas cuantas. De principio a fin pocas, pero a veces leo un capítulo, un pasaje...

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