Suponemos cosas porque lo necesitamos. Lo necesitamos para nuestra paz interior y nuestro equilibrio biològico.
Nadie puede vivir tranquilo sin hacerse suposiciones, claro està, que dentro de los paràmetros de una persona normal y no de un alucinado.
La era de las suposiciones siempre ha estado vigente en el espìritu humano desde el fondo de los siglos.
En la suposiciòn hacemos una simbiosis temporal, en el presente, del experimentado pasado, con el esperanzado futuro, de cierto muy tranquilizadora, y cuando se supone, segùn dicen, "porque la mente en positivo", no vaya a ser cosa que se baraje todo.
El que supone està imaginando algo que dà por sentado. Lo presume porque las condiciones presentes en el pasado dieron tales resultados y no habrìa porque no repetirse exactamente o de manera similar en el futuro. Esa es la base de la presunciòn humana. El fundamento del innato augur que llevamos todos por dentro.
El presuponer cosas, y esta dicho, tiende en algunos casos a producir una gran tranquilidad interior, asì tambièn como un desconcertante estado de inquietud y desazon. Desazòn que la mayorìa de las veces es en balde, y gracias a Dios que asì sea, porque lo que se teme, por lo se angustia uno, no acaece y nos hemos preocupado "para nada"
Cuantas veces presuponemos cosas que damos por certìsimas y resulta que si se "dan" suceden de una manera tan inesperada, como no se nos ocurriò jamàs imaginar, ya que si bien el augurio pone en reposo nuestras encontradas espectativas, este reposo nunca puede ser total, es imposible que sea total, siempre hay un resquicio por donde respira bajito el temor, la incertidumbre provocadora de nuestra presuposiciòn.
La vida del hombe està tachonada de mil detalles ignotos. La buena fortuna y las desgracias. quisièramos saber y no podemos. Quisièramos estar seguros y nos es imposible sobre toda imposibilidad. Quisièramos asirnos y pisar sobre roca firme, en cambio, el devenir de las cosas nos hacen tambalear desconcertados y temerosos.
Por ser la vida asì, tenemos que suponer. Es la suposiciòn la muletilla del desamparo hijo de Eva. Quizàs sea asì, tal vez sea asao...sòlo un consuelo. Un simple consuelo.
Al dominicano le encanta hacer suposiciones para todo. Le fascinan los vaticinios, y siente verdadera fruicciòn por los sueños- su interpretaciòn y las adivinaciones.
Aquì se lee la palma de la mano. Se lee la taza. Se leen las barajas. Se leen las miradas, la forma de sentarse y saludar. Por respeto al sentimiento de los demàs no digo que sean pura y simplemente disparates pero se abusa, abusa el "vivo", mucho con la ignorancia de los otros.
No se vaya a creer que eso nos sucecede porque somos pobres por la mala administraciòn de las riquezas del pais, en todas partes es igual. Ricos y pobres, intelectuales e ignorantes tienen su pizca sincrètica y susperticiosa escrita en el alma ¡Hay algo màs allà!
A quien no le gusta saber lo que le sucederà a sì propio y a los demàs en futuro?
Por ello proliferan las congeturas. Unas inteligentemente hilvanadas, otras hechas un perfecto disparate que màs que conjeturas en su sentido correcto, es, la opiniòn de lo que yo quisiera que sucediera.
El ser humano aùn con tantas limitaciones como tiene, fabrica hipòtesis de todo gènero, que en definitiva, no son otra cosa que mondas y lirondas suposiciones; en filosofìa, en ciencia, en arte, en polìtica, economìa, ciencias naturales en general, y ni digamos en el àmbito de la vida corriente.
Esas hipòtesis han hecho posible el avance de la humanidad. Si no sospechàramos, si no conjeturàramos, si no presumièramos estarìamos aùn en el paleolìtico inferior.
Supongamos puès que es saludable de muchas maneras.
Supongamos, ponièndonos siempre en primera persona.
Hagamos supuesas ilusiones, hipòtesis, conjeturas y demàs linduras de esas que nos tonifican muy mucho...
Has odio hablar de la "teoria de la mente"? Es lo más cercano a lo que sería la telepatía y, como dices, la adivinación. Esta es una capacidad positiva, creo yo, si se aprende a utilizar.
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