21 abril, 2007

LA TERCERA OLA...


Alvin Toffler

Cuando el hombre primitivo descubriò que podìa hacer el fuego, habìa realizado una hazaña comparable a cuando, milenios despuès encontrò la forma de bombardear y romper el nùcleo del àtomo de uranio, surgiendo asì la pasada Era Atòmica y despuès la Era Espacial.

Cuando el hombre prehistòrico inventò la rueda, demostrò una genialidad tal, que sòlo se la puede comparar a cuando milenios despuès los cientìficos se inventaron los transistores, las computadoras, el avance en la tecnologìa de la comunicaciòn, el diseño de paneles ultra sofisticados para naves espaciales tripuladas o no.

Cuando el hombre del Neolìtico logro articular el primer sonido con su voz, sonido articulado, diferentes a todas las clases de ruidos de la naturaleza; sonido capaz de expresar una idea de su propia cosecha, la hazaña fue de tal cualidad, que es sencillamente imposible comprenderla plenamente.

Un sonido producido por el aire al vibrar a su paso por entre los dientes, labios, velo del paladar, cuerdas vocales. Un sonido no un gruñido como el de las bestias. Un sonido en sus comienzos gutural, hasta grotesco: ña, ka, ña, ba, ...como los de un niño cuando aprende hablar. Al expresar conceptos, ¡fantàstico! ¿sencillamente fantàstico!

Si Homero viviò cerca de mil años A.C ( en caso de que el tal Homero existiera realmente) y usò una lengua ya perfeccionada en su fonètica, bien bonita, y en sus grafìas, tejidas de letras hechas a imitaciòn de los fenicios ¿Cuàntos milenios para atràs se tomarìa el hombre hasta desembocar en la Iliada y la Odisea? Y los escritos babilonios en escritura cuneiforme. Y los jeroglìgicos egipcios....

A propòsito de la articulaciòn de sonido, cuando nuestros antepasados remotos lo consiguieron, fueron capaces, de idear una serie de signos (lingüisticos, les llamamos ahora), y esos sìmbolos fueron perfectamente idòneos de transcribir, plasmar en la piedra o el papiro, tales sonidos fue algo asì como la invenciòn del disco- ahora CD- , la cinta o el cassete,-y ahora telefonos celulares, que graban y recogen imàgenes y los mas sofisticados enseres electrònicos, a diferencia de que estos, basta oirlos, y aquellos, como aùn hoy habia que leerlos y naturalmente saberlos interpretar. Es la escritura.

Cuando el hombre se percatò del sol, verlo y hacerlo su dios fue una sola cosa. El hombre cansado del nomadismo para la caza y la pesca resolviò quedarse estable en un sitio. Se diò cuenta de que podrìa hacer parir a la madre tierra el fruto que el quisisera. Se dio cuenta de que podìa hacer de las bestias no sòlo su alimento, sino sus servidores, naciò la propiedad. Naciò la ola agrìcola que todavìa tiene su surrapa. Naciò la Primera Ola, que incluye casi todas las etapas històricas en veinticuatro o veinticinco siglos. Unas cien generaciones como si nada.

Alvin Toffler nos trae algo asì como un ensayo futurista por demàs voluminoso, que ha arrastrado gran fama, un libro pequeño pero voluminoso. Su portada negra, de cartonite sobre la cual aparecen impresas en grandes letras blancas bordeadas de rojo su titulo: La Tercera Ola.

La Segunda Ola arranca con la industrializaciòn del mundo al inventarse la màquina de vapor. Todos los viejos esquemas se vienen a tierra. La Sociedad industrial deshace inverteradas tradiciones y costumbres ancestrales. La humanidad no conociò ni conocerà jamàs estertor tan terrible.

Cambio la tecnologìa. Transformò el comercio. Revolucionò la producciòn. Explosionò la unidad familar. Fomentò los totalitarismos ideològicos. A medida que fuè pasando el tiempo la Ola Industrial fuè capaz de invadir estamentos humanos enquistados aùn en la Primera Ola Agrìcola. Por eso las crisis terribles que agobian al mundo de hoy.

Estamos de lleno en la Tercera Ola, que es la piedra angular de esta obra imponderable de Alvin Toffler.

De manera particular en esta parte del libro el autor dà vueltas a los mas diversos temas del futuro que empiezan ahora. El hombre. La Economìa. El hogar totalmente electrònico. El trabajo en el hogar. El desmoronamiento de los Estados tradicionales. La creciente y absorvente influencia de la computarizaciòn, que como se vè desde ya lo està anegando completamente todo. Nos parecen, y es verdad, obsoletas, las formas en que apenas unos 20 años atràs se hacian y organizaban las cosas.

La vida espacial. Las diversiones. Nuevo enfoque que tendrà el uso de las drogas y estimulantes. Una concepciòn polìtica democràtica o totalitaria diferente.

Hemos leìdo algo sobre historia, sociologìa y antropologia, Hemos prestado mucha atenciòn a lo que opinan, porque saben, de estas cosas, para aprender, pero nunca oimos a nadie ni decir y menos escribir y estructurar todo un libro sobre el devenir historìco de la humanidad de manera tan compacta, realista y contundente.

Regularmente los historiadores hacen muchas divisiones y subdiviciones acerca de lo pasado. Unas veces hacen una historia crìtica, otras veces medianamente cronològicas, taxativa.
El historiador tradicional tiene mèritos incuestionables. La paciencia de que hace gala es meritoria. Cronistas a la antigua al fin, centra su esfuerzo en las fechas, en los protohombres que protagonizaron la historia como seres predestinados por alguna fuerza transcendente y topodopoderosa. Pretende, dar como hecho cumplido lo pasado, y es cierto, no avannzan en absoluto la màs mìnima opinion explicativa del hecho pretèrito, y menos aun, acerca de lo que puede venir.

La historia debe verse como una totalidad. Pasado y futuro centrados en un volàtil presente. Lo que "ahora" sucede tiene hondìsimas raices en las cosas del ayer, y a la vez se proyectan en lo por venir.

Alvin Toffler, en su Tercera Ola, hace "historia" del porvenir. Elucubra sobre el futuro, plantea, con la vista puesta lejos, què habrà de acaecer a la familia humana en el àmbito del trabajo y de la producciòn economica-

El no es un adivino. No pretende ser ningun profeta ni nada que se la parezca. Es, en tèrminos pràcticos, el gran visionario de la nueva sociedad, de las nuevas relaciones de producciòn, fenòmeno este terrible que ha comenzado, en el seno de la presente gran crisis planetaria, a ir surgiendo.

Sintetiza la historia del planeta en tres gigantescas etapas que llama olas. Exactamente, enormes olas, fruto de enormes vientos.

La Ola Agrìcola Artesanal. La Ola industrial-tècnica; y èsta , que en medio de estremecedoras convulciones principia a surgir. La Tercera Ola, la de la producciòn civilizada, racional y justa, la del despegue definitivo al espacio sideral, la del dominio de la razòn a travès de la computadora y la informàtica y el robot.

Nosotros somos hijos incuestionables de la Segunda Ola. Somos fruto del industrialismo, del tecnicismo, de las aglomeraciones en los centros de trabajo industriales o academìcos; de salud, o informativos.

Toffler nos dice:..."Nadie conoce con detalles que es lo que nos reserva el futuro, ni que serà lo que mejor funcione en una sociedad de la tercera ola. Por esa razòn debemos pensar no en una ùnica y masiva reorganisaciòn, ni un solo cambio revolucionario en miles de experimentos conscientes y descentralizados que nos permitan probar nuevos modelos de proceso direccional a niveles locales y regionales antes de su aplicaciòn a niveles nacionales y transnacionales.


Ya està la Tercera Ola a la puerta de nuestras casas y nos toca......


3 comentarios:

  1. Anónimo18/2/09

    actualmente estoy estudiando desde ese libro, muy bueno por cierto, tiene un punto crítico totalmente cierto y agradable de leer. Buen libro, cierto y llevadero.

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  2. Alvin Toffler es sin duda un gran escritor, ya que en sus libros logra sintetizar ideas de una gran magnitud en una redaccion simple y atractiva para el lector.
    Su mensaje de que la generacion de la tercera ola se gesta actualmente, es hoy, mas fuerte ya que el ha predecido varios de los cambios en nuestros tiempos de una manera exacta y muy elaborada.

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  3. Anónimo19/3/11

    Excelente analisis, le recomiendo revisar su ortografia ya que este documento tienen una serie de erros ortografico, esto haria al documento perfecto.

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