Su biografìa es impresionante. La fortuna le sonriò pareja a un sino de desgracias que fueron inacabables.
Toda su narrativa resume el ansia que sentìa por el escape de la realidad. La vida real le era demasiado cruda para poder digerirla. Preferìa emborracharse, y borracho, pergeñar historias desasosegadas y febricitantes pero evasivas.
La creaciòn artìstica, de la naturaleza que sea, rezan las preceptivas, es una actividad que media entre el trabajo y el juego.
El escritor, como el pintor, escultor, poeta, o compositor...crean, por una necesidad imperiosa de la que estàn imposibilitados a rehusar, y es para ellos su juego mejor, y su trabajo, en el peor de los casos ya que a la mayorìa les es muy mal pagado.
Pero no importa, siguen creando y produciendo.
Este Jack London, autor de El Vagabundo de las Estrellas morirìa en 1916. Demasiadas libaciones y comilonas absurdas engendradas al calor de la contìnua soledad, el abandono y el aprovechamiento interesado de muchos de los que le rodeaban.
Males coronarios, urea, artritis, glicemia, y, para colmo de males, adicciòn a la heroìna que tenìa que usar como calmante de sus constantes dolores artrìticos, y luego tenìa que usarla como quiera por la dependencia que formò.
Esos achaques fìsicos unidos a las presiones de los sablistas, y al acoso de los vividores y parientes abusadores acentuaron en èl, como vìa de escape, su gusto por las aventuras que practicò abundantemente en su juventud y que luego volcò con fuerza en el torrente de su fantasìa creadora.
La que era una de sus pasiones sanas, cuando ya no podrìa llevarlas a cabo las escribia..Las soñaba, las vivìa, quièn sabe cuàntas veces al insidioso influjo de su calmante: la heroina.
Està demàs decir que la biografìa de London nos llenò de desazòn. Una molesta inquietud se fue apoderando de nosotros mientras leìamos. No era en su vida, el prototipo de la vida de un escritor. Del narrador que nosotros soñabamos.
Lleno de confort. Apaciblemente aburguesado. Saludable, y con muchos y felices años a cuestas.
Nada de eso, y nos desencantamos. La novela El Vagabundo de las Estrellas, por ello, "durmiò" su tiempo arropado por alguna esquina.
Sòlo la casualidad nos llevò a encontrarnos con ella un dìa, la abrìa al azar y la leìmos...quedamos atrapadas..No pude volver a soltar el libro hasta terminarlo.
Genialidad. Preciosimo. Intriga. Fantasia. Denuncia social.
Leyèndolo, no podiamos menos que recordar a veces a Hemingway. en otras se me parecìa a D`Anunzio. En unas se evoca a Pio Baroja. No deja de venir a la memoria a Huxley, y tantìsimos màs que han escrito en medio de una vida atormentada y ciclònica.
Han escrito con un dominio grande recursos, tal exibe este London. Con una capacidad imaginativa infinita casi, y no exageramos, por lo menos en lo que resspecta al libro, El Vagabundo de las Estrellas.
Su protagonista Darrel Standing era un profesor de economìa en la Universidad, "X" problema parò en un lio de tal envergadura que hizo dar con sus huesos a la càrcel para una nada màs y nada menos que perpetua.
Fue llevado encadenado a la ya desaparecida, pero entonces famosìsima prisiòn de San Quintin en el Estado de California. Standing catedràtico de la universidad de Berkeley no volverìa a poner sus pies en la calle.
La prisiòn perpetua le fue reclasificada en pena de muerte por una discusiòn con uno de los guardianes.
Pasò entonces a una solitaria hasta la ejecuciòn de la sentencia.
Entonces solo su mente salìa. Iba a vagubundear por las estrellas de la fantasìa rompiendo, con mìnimo esfuerzo, las infranqueables barreras del espacio y del tiempo.
Su vida pendìa de un hilo, extramedamente desnutrido y enflaquecido. su mente en cambio cobrò una fuerza arrolladora, capaz de haber sobrevivido por años a no ser por el cumplimiento del plazo para ser ejecutado.
Ah, querido London, nietszcheano, socialista, racista, perfecto espíritu de contradicción, de esa contradicción que no es más que otra cifra de la profunda discordancia con el mundo que siente todo creador, su peor enemigo para la vida y su mejor aliado para el arte.
ResponderEliminarPD: Por cierto, no creo que nunca existiera “un creador lleno de confort. Apaciblemente aburguesado. Saludable, y con muchos y felices años a cuestas”. Aburguesados, eso sí, fueron la mayoría, como en el caso de Proust, pero eso no les hace peores, como parece obvio.
Un saludo Karina.
Pero bueno, LA. Ud. se desaparece del mundo de los vivos, y cuando regresa no informa como le fuè en su viaje extraterrestre, en cuales galaxias se aclopò su nave?...que descubrimientos hizo?...se encontrò por esos espacios siderales con el alma de su amigo Nietszche, o del mismo Jack London por supuesto?..o acaso alcanzò ver a Proust bailando el "Danubio Azul".....y a los demàs comiendo piedras...
ResponderEliminarUn saludo desde Quisqueya la bella.....
Amiga dominicana:
ResponderEliminarSi supieras que hice una breve visita (breve o larga, cómo medir el tiempo allá donde no existe) al Hades. Sí, al mundo subterráneo donde moran los héroes griegos. Y allí vi a Orfeo, buscando desesperadamente a su amada Eurídice, mientras amoldaba armónicamente sus pasos a la trepidante sinfonía de Offenbach. Y sí, querida Karina, vi a Niestzche de la mano de Dionisios, mientras éste le instruía en los misterios eleusinos y organizaban lúbricas bacanales con las Ménades. Y vi a Sísisfo, a Tántalo y a Aquiles, que libraba un perenne combate con las innúmeras sombras de sus víctimas iliotas. Y vi al Dios de los muertos, al mismo Hades, arrastrando del mundo de los vivos a la bella y abrumada Perséfone, para que la sombra del infierno cubriera infinitamente sus ojos, aún plenos de luz y dolor. Y vi a Odiseo, acompañado por la gentil princesa Nausicaa, con el corazón alborozado. Ya no recordaba a Penélope. Y vi a Homero, ciego, olvidado, mientras desgranaba los últimos versos de alguna lejana epopeya . Y vi a Esquilo, a Sófocles y a Eurípides, compitiendo en un magno y perpetuo festival del que saldría el mayor poeta del reino de las Sombras. Y a Anacreonte, libando un delicioso néctar de color rojo. Todo eso vi, querida Karina, y muchas cosas más que me está vedado decir. No estaba Proust, pero me lo imagino bailando en un infinito salón rodeado de espejos en las afueras de París, agarrado a la sinuosa y ondulante cintura de Odette de Crécy y bajo la atenta mirada de la duquesa de Germantes, mientras declina la última luz del día y crecen las sombras de las muchachas en flor. Si tengo de nuevo la oportunidad de visitar el Erebo, espero contar con tu grata compañía. Un saludo desde el recobrado mundo de los vivos...
Amigo, pero que aventura mas tenebrosa, no sabía que en tì moraba el mundo de las tinieblas…pretendes que te acompañe al Erebo, para presentarme al Dios de los muertos y se complique mi vida cuando Orfeo decida en un arranque de curiosidad bajar a las tinieblas a conocer a esa recién llegada que no es precisamente Euridice, y que ese Dios acceda embelesado al oír como Orfeo tocaba la Sinfonia No.3 de Offenbach, una sinfonia siniestra, y le prohíba que me vea hasta que hayamos salido del infierno….pero y esa locura…conmigo no cuentes para eso…
ResponderEliminarA veces creo que deliras, como es eso, que vistes Niestzche agarradito de la mano con Dionisios, cuando estos son polos opuestos, Dionisios amaba la vida alegre, los juegos y las fiestas, no, creo que vistes mal.
Pero que dices?..., que lo llevò a las orgías de las Mènades, esas sacerdotisas poseídas por el “Dios”, esas mujeres eran unas degeneradas que recorrían enloquecidas los bosques violando y lastimando a los hombres, no, no puedo creerlo, Niestche no era hombre de esas perversidades sexuales, pero es que no sabes que el nombre de “Menaje à tríos”, se deriva del acto sexual entre tres personas…y eso no es nada, tu exageración es terrible, la verdad que Niestche podrìa ser un poco loco, pero no tanto como las Mènades, acuerdate que su nombre proviene de “mainesthai “locura, estar loco”…estas delirando amigo…de verdad que esa visita te derritió las neuronas, pobre de tì…
Ah!..Pero veo que conociste la flor y nata del averno…A Sísifo tambièn lo viste, el pobre, recuerda que antes de morir pidiò a su esposa que se yo que cosa, y ya en el infierno se quejaba de que ella no estaba cumpliendo con sus deberes……!Como¡… tambièn vistes a Tàntalo y Aquiles, ese era malo, pero bello, que hombre!.. me imagino no habrás tenido ninguna amistad con estos cretinos, por aquello de los Ilotas, como sufrieron por su culpa ….
Hades queriendo llevar a la angelical Persèfone…es que no sabes que su vida transcurriò entre risas y cantos y bailes…pero tu si vistes cosas, Ave Maria Purisima.. eso fue que se enamorò de ella, y ya vez lo que le pasò…
A Odiseo tambièn, el pobre ese si sufriò, tan feliz que fue con Nauticaa, pero parece que por esos infiernos te entretuviste leyendo a Homero, y su Odisea, de aquí parece sacas esa historia, cuando veo que mencionas a Penélope…
Hayyy!... eso si me gusta, vistes a Homero, con su lazarillo de seguro, no me explico como no te le acercaste para que te dijera ciertas confusiones que hay con sus obras la Iliada y la Odisea, recuerda tu eres uno de los que dudas que el las escribiò, ahora que lo vistes no te atreves a preguntarle cara a cara, pero asi es la vida….una cosa es llamar al diablo y otra verlo llegar….
Entonces vistes a Esquilo y no le preguntas por aquellas noventa obras que escribió y de las cuales solo se conocen 7, es lo que digo de ti, tienes oportunidad de regresar con grandes primicias literarias y te volviste sal y agua…. Sófocles, en persona… y no aprovechaste para pedirle que te regalara aunque sea una de las 123 tragedias que escribió…que barbaridad….
Y de Euripides que me dices…le pasas por el lado y ni le diriges la palabra, un hombre que gano un concurso con su obra, “Los Pelìadas”, y de sus 92 obras, ¿tampoco le pediste ninguna?...ofrézcome pero que hombre mas tímido eres, entonces de que te ha valido ese viaje tan arriesgado, entre fuego y azufre, para regresar con las manos peladas…
Y de Anacreonte, que pasò con el, puès era un tiranuelo, a lo mejor fue de lejos que lo vistes y por eso no te atreviste tampoco a pedirle su obra cumbre que consiste en algunos fragmentos, en los que les canta a los goces de la vida y el amor…esta demás que me digas cual era ese delicioso nèctar, pero bueno pensándolo bien no sabía que era un vampiro,…
Ni que decir a Proust era difícil que lo vieras….a lo mejor estaba no bailando como dices en los salones aristocráticos de Paris, sino buscando su tiempo perdido, entre la voluptuosa Odette, que le puso los cachos y la tal duquesa Guermantes ….
Después de esta tràgica cronología de tu paseo, no creo que puedas contar con mi compañía, me siento muy cómoda donde estoy, con mucha claridad, para ir a dar donde el Dios de la oscuridad, a esas nieblas gruesas que envuelven los bordes del mundo…y pensar que sitúas a estos personajes en el mismo infierno, que mal le hicieron al mundo…es lo que me pregunto, ya regresaste, bienvenido seas pero cuando vuelvas, ahí te quedas, al menos que bajes con una cantidad apreciable de libros…..
Ya veo a qué te refieres, mi inquisitiva amiga. Leí tu respuesta, que, paradójicamente, es un océano de interrogantes. Ya te dijé que me estaba vedado revelar algunas de las claves que conforman tan singular y tenebroso piélago, pero no me resisto a aclarar algunas de tus lógicas dudas, caribeña Euridice. Nietszche, querida, era una de esos genios en los que vida y obra divergen hasta hacerse prácticamente irreconocibles. Una vida apolínea y un alma dionisíaca. Fue necesario que muriera como hombre para que renaciera, como una crisálida, su espíritu báquico. Y no veas el asunto de las orgías como sexo a secas. Es una mirada demasiado procaz a lo que, sublimado, es una auténtica celebración de la vida y, por ende, del Universo. En lo relativo a Aquiles debo decir que, efectivamente, era un hombre bello, y que conste que soy irremediablemente heterosexual. Estoy seguro de que el aqueo haría las delicias de cualquier fémina. Prosigo...
ResponderEliminarNausicaa... qué decir de tan bella mujer. ¿Sabes que un estudioso de los mitos griegos, llamado Robert Graves (autor de “Yo,Claudio”) postulaba que ella era la verdadera autora de La Odisea, y que se hacía aparecer en dicho libro? Curioso, ¿verdad? La dulzura, el encanto que destila ese clásico está muy alejado de la rotunda y tosca fiereza bélica de La Iliada. Pudo ser escrito por una mujer, que duda cabe.
Me echas en cara que no me acercara a Homero para perturbar con mi burda presencia su bello y doloroso mundo de sombras. No se me permitía, y tampoco hubiera echo uso de tamaña impertinencia. Además, frente a un coloso de la literatura como él sólo hubiera acertado a balbucear estupideces. Dejémosle descansar... Lo mismo vale para Esquilo, Sófocles o Eurípides.
Y qué decir de Anacreonte. Sí, era un tiranuelo, como hay muchos ahora, pero al menos poseía una sensibilidad artística de la que carecen por completo los caudillitos fascistoides y dictadorzuelos demágogos que pueblan nuestro atribulado mundo y que cosechan, inexplicablemente, innúmeros apoyos.
Por cierto, y en relación a Proust, ya me explicarás que significa la expresión “poner los cachos”.
Por último, me agrada sobremanera tu conocimiento del mundo de los clásicos. Por desgracia, es raro dar con una mujer de tu cultura e inteligencia. La mayoría tienen como único y estrecho horizonte vital la moda en todas sus variantes (entre las que el consumo compulsivo no es la menor). Y tengo, por suerte o desgracia, bastante experiencia en el tema (30 años me han sido suficientes para conocer, amar, enamorarme, decepcionarme y renegar de muchas mujeres). Y que conste que este defecto también atañe a los hombres. Espero que tu pareja, si la tienes (que no lo dudo), sepa apreciarte en tu justa valía. Un saludo amiga. ¿Alguna pregunta más?...
anda que no estais flipaos ni ná, y luego decís que London le daba al alcohol y la heroína
ResponderEliminarjaja, Hace muchos años que leí el viajero de las estrellas. Puede alguien decirme si se basa en hechos reales ya que un compañero de la prision del protagonista, creo que Ed Morrel, existió en verdad y escribió un libro narrando sus escapadas astrales de la prisión y London documenta sus "sueños" con pruebas como por ejemplo la existencia en un museo de los restos del naufragio que relata como una de sus vidas anteriores.
ResponderEliminarGracias
¿Darrel, sigues ahí? yo tengo una de tus estrellas, la última que contaste durante tu primera trance.
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